En
varias ocasiones, en Maracaibo me he encontrado con gente que vocifera sobre el
racismo en EE.UU., sobre cómo los negros son discriminados en los trabajos, se
les asignan menos créditos en los bancos, etc. Pero, insólitamente, muchas de
estas personas tienen pánico a contratar a algún operario de la etnia indígena
wayúu en sus domicilios o negocios privados. La hipocresía, por supuesto, es
bestial: los gringos son racistas por no querer contratar a negros, pero
nosotros sí podemos discriminar contra los wayúu.
Cuando los confronto y les hago ver
la hipocresía, generalmente obtengo esta respuesta: la discriminación norteamericana
contra los negros obedece a un prejuicio racista puro y duro; debido a sus
nociones de pureza racial acumuladas desde hace siglos, los blancos
norteamericanos no quieren mezclarse con gente de otro color de piel, ni
siquiera para contratarlos como operarios. En cambio, la discriminación criolla
en contra de los wayúu no obedece a ningún prejuicio, sino sencillamente, a una
decisión racional: el sistema de justicia privada vengativa que practican los
wayúu significa un enorme riesgo, pues en caso de algún accidente laboral, las
consecuencias para el patrón son devastadoras.
En realidad, los casos no son muy
distintos. A diferencia de lo que ocurría antes de la década de 1960 (cuando
aún existían las leyes segregacionistas de Jim Crow), mucha de la discriminación
contemporánea en EE.UU. no se debe a un puro prejuicio racial, sino más bien, a
motivos similares por los cuales en Maracaibo, la gente tiene temor de
contratar y hacer negocios con los wayúu. Los negros en EE.UU. tienen más
incidencia en el crimen, menos tasa de cumplimiento de pagos crediticios, etc. Así
como para un patrón en Maracaibo, hay un riesgo mayor en contratar a un obrero wayúu,
del mismo modo para un taxista blanco norteamericano, hay un riesgo mayor en
subir a su taxi a un cliente negro (pues, estadísticamente, hay más
probabilidad de que sea criminal).
¿Es reprochable esta discriminación?
Mi juicio: es lamentable, pero no es
reprochable. Este tipo de discriminación es racional,
tal como la ha calificado Dinesh D’Souza, en un brillante libro sobre el
racismo. El patrón marabino que rehúsa contratar a un wayúu, o el taxista norteamericano
que prefiere no montar a un negro en su taxi si es de noche, no hace sino
calcular las ventajas y desventajas de su acción, y con base en ese cálculo,
decide acordemente que el riesgo es demasiado elevado.
En una ocasión, el activista negro
norteamericano Danny Glover célebremente armó un alboroto porque, una noche en
Nueva York, ningún taxi se detuvo a recogerlo. Comprendo la indignación de
Glover. Pero, a la vez, Glover debería comprender la racionalidad empleada por los
taxistas que no lo recogieron: estadísticamente, el grupo al cual pertenece
Glover, tiene más probabilidades de cometer crímenes. Del mismo modo en que es
racional para una compañía de seguros cobrar más caro a los conductores menores
de treinta años (pues se prevé que habrá más accidentes), es racional para un
taxista neoyorquino ser renuente a recoger a una persona negra en la noche. De
hecho, está ampliamente documentado que este tipo de discriminación es ejercida
por los propios taxistas negros en
ciudades como Nueva York. ¿Se debe esto a un complejo de inferioridad, mediante
el cual los taxistas negros odian a su propio grupo étnico? No, sencillamente,
los taxistas negros están ejerciendo una discriminación racional para reducir
los riesgos que los afectan.
En vez de denunciar el supuesto “racismo
institucional” de EE.UU. frente al hecho de que ningún taxista lo quiso
recoger, Glover debería denunciar la tendencia que su propio grupo étnico tiene
hacia el crimen. Cuando los negros dejen de ser estadísticamente más dados a
cometer delitos en EE.UU., entonces Glover sí tendrá justificación en reclamar
la discriminación que se ejerce en su contra. Del mismo modo, los líderes
indigenistas de la región zuliana, en vez de reprochar tanto a los criollos por
no querer contratarlos, deberían promover un cambio cultural en su propio grupo
étnico, de forma tal que el sistema de justicia vengativa privada desaparezca
de una vez por todas; una vez que se haya logrado eso, cesará la discriminación
racional, y así, se recuperará la confianza para seguir haciendo negocios con
ellos.
Es comprensible, pero igual si no se les da una oportunidad esos grupos van a acrecentar su resentimiento y (paradójica mente) la violencia no se va a acabar, si queremos salir adelante no debemos guiarnos de estereotipos, o al menos que si contratan a alguien de estos grupos se les brinden las mismas condiciones en las cuales contratarían a uno de los suyos (ya que como consecuencia de lo anterior los empleadores y los demás empleados pueden hacerle trampas y (como dicen en mi país) montarsela) y que los contratos sean mutuos. Además con respecto a lo que se menciona de la justicia vengativa, se debe tener en cuenta que el deber de los patrones no es solo que sus empleados sean productivos, sino garantizarles las prestaciones sociales
ResponderEliminarMuy razonable...
Eliminar"En vez de denunciar el supuesto “racismo institucional” de EE.UU. frente al hecho de que ningún taxista lo quiso recoger, Glover debería denunciar la tendencia que su propio grupo étnico tiene hacia el crimen. Cuando los negros dejen de ser estadísticamente más dados a cometer delitos en EE.UU., entonces Glover sí tendrá justificación en reclamar la discriminación que se ejerce en su contra. Del mismo modo, los líderes indigenistas de la región zuliana, en vez de reprochar tanto a los criollos por no querer contratarlos, deberían promover un cambio cultural en su propio grupo étnico, de forma tal que el sistema de justicia vengativa privada desaparezca de una vez por todas; una vez que se haya logrado eso, cesará la discriminación racional, y así, se recuperará la confianza para seguir haciendo negocios con ellos."
ResponderEliminar¿Qué clase de justificación es esta?¿Entonces por qué hay más crímenes de negros se justifica que a alguien que no ha hecho nada se le niegue un servicio sólo por ser negro?
Es la justificación más simple que he visto hacia juzgar a alguien por el color de su piel. Eso creo es racismo de acuerdo al diccionario. Y creo que usted lo sabe.
Corrija como debe.
Lamentablemente, formamos parte de colectivos sociales. Y, a la hora de evaluar riesgos, nos juzgan a partir de esos colectivos sociales. Una compañía de seguros de automóviles cobra más a un joven de 18 años, que a un hombre de 35. ¿Por qué? Porque hay más riesgo de que el joven cometa imprudencias. ¿Tiene culpa de eso un joven en particular? No. Pero, la compañía tiene todo el derecho a cobrar más en función del cálculo de riesgos.
EliminarLo mismo aplica al taxista que decide recoger a un pasajero. Si ese pasajero es negro (en Nueva York, esto no es así en otros lugares), hay más probabilidad de que sea criminal. ¿Tiene culpa ese pobre pasajero? No. Pero, el taxista está en todo su derecho de calcular el riesgo, y protegerse.
Esto no es propiamente racismo (yo en ningún momento estoy invocando una explicación biológica). Es, sencillamente, una "discriminación racional" por parte de los taxistas, el mismo tipo de discriminación racional que hacen las compañías de seguro.