Es un hecho
indiscutible que los hombres homosexuales son más promiscuos que los hombres
heterosexuales. Esto ha sido respaldado por múltiples estudios, y los gays que
quieran negar este hecho, tratan de tapar el sol con un dedo. De hecho, los
homosexuales deberían entender que esa alta tasa de promiscuidad más bien puede
usarse como un argumento a favor del
matrimonio gay, pues podría esgrimirse que la alta promiscuidad es debida a
que, en virtud de que no existe un aval social a través del matrimonio, los
homosexuales no logran tener relaciones estables. Una manera de reducir la
promiscuidad homosexual sería, precisamente, legalizando el matrimonio.
Pero, por otra parte, esta postura
asume que la promiscuidad entre homosexuales es debida a condiciones sociales.
Hay motivos para pensar que esto no es del todo cierto. Quizás la promiscuidad
entre homosexuales no se deba a la forma en que la sociedad trata a los gays,
sino al simple hecho de que está en sus genes.
Si las condiciones sociales de
verdad fueran las responsables de la promiscuidad, las lesbianas y los gays
serán igual de promiscuos. Pero, no es así. Las relaciones entre lesbianas son
muy estables, mientras que las relaciones entre gays son notoriamente
pasajeras. Todos conocemos el viejo chiste: ¿Qué hace una lesbiana en una
segunda cita? Se muda con su compañera. ¿Qué hace un gay en una segunda cita?
No hay segunda cita.
¿A qué se debe esta promiscuidad? El
antropólogo Donald Symons ofrece una interesante hipótesis. Los hombres,
homosexuales y heterosexuales, tienen mayor inclinación a la promiscuidad, y
esto tiene una firme base genética. En genética y psicología evolucionista,
esto es conocido como el “efecto Bateman”. El ser promiscuo ofrece ventaja
adaptativa en la selección natural, pues quien copule con más mujeres, tendrá
más descendientes y divulgará más sus genes.
Las mujeres, en cambio, no son tan
promiscuas, pues el aparearse con muchos hombres no propiciará más
descendencia. Una vez que la mujer ha quedado embarazada, no fecundará nuevamente
durante su gestación, por más que se acueste con más hombres. Frente a esto, la
mujer ha buscado otra estrategia evolutiva. En vista de que no les resulta
provechoso aparearse con varios hombres, la mujer opta por ser más selectiva.
De ese modo, se asegura de que quien se acueste con ella, le ofrezca los
recursos necesarios para el apoyo de las crías, las cuales, en la especie
humana, son bastante vulnerables (mucho más que en otras especies primates). Y,
para asegurarse de que el hombre destine recursos sólo a su cría, la mujer se
asegura de que el hombre no tenga escaramuzas sexuales con otras mujeres, y si
acaso estas escaramuzas sí ocurren, que no se destinen recursos a otras crías.
Así pues, está en los genes de los
hombres el ser promiscuo. Pero, también está en los genes de las mujeres frenar
esa promiscuidad. Cuando se conjugan esas dos estrategias, el resultado es lo
que solemos ver en heterosexuales: parejas monógamas, pero ocasionalmente
adúlteras. Por regla general, el hombre busca echar la canita al aire, mientras
que la mujer busca la estabilidad del hogar.
Las relaciones entre lesbianas suelen
ser más estables, precisamente porque están conformadas por personas que
quieren conformar hogares. En cambio, las relaciones entre hombres homosexuales
son muy inestables, porque está en sus genes el ser promiscuos, pero no tienen
el contrapeso de la mujer que frene sus aventuras.
Hay, además, un añadido al cual Symmons
no dedica mucha atención, pero que vale destacar. Los hombres son más celosos que
las mujeres. La mujer quiere que el hombre invierta recursos en su cría y no en
otras, pero no le molesta tanto que el hombre tenga otros descendientes,
siempre y cuando no les destine recursos (la visita a un burdel suele
perdonarse más que la relación con una amante). Los celos del hombre
seguramente también están en sus genes. Para que el hombre ofreciera recursos a
las crías, tuvo que asegurarse de que la cría es efectivamente su descendencia;
la mujer, en cambio, tiene esa seguridad desde siempre, pues gesta a la cría en
su propio vientre.
Los celos son una estrategia evolutiva
para asegurarse de que la mujer no se aparee con otro, y evitar así ayudar a
una cría que no lleva una alta proporción de los genes del hombre que provee
los recursos. Y, si en efecto, el hombre tiene motivos para suponer que la cría
no es su descendencia, entonces la reacción es violenta: el infanticidio y el
asesinato de la mujer. Esto también tiene alguna base genética, pues habría
servido como estrategia para que el hombre se asegurase de eliminar individuos
a quienes destina recursos, pero que no contribuyen a divulgar sus genes.
En un famoso estudio sobre las
estadísticas de homicidios a nivel mundial, los psicólogos Martin Daly y Margo
Wilson descubrieron que una de las formas más comunes de homicidio es el crimen
pasional por celos, y en un altísimo porcentaje de estos crímenes, el hombre
mata a la mujer, y no a la inversa.
Si el hombre tiene más genes para la
promiscuidad, pero también más genes para responder a los celos violentamente,
entonces las relaciones homosexuales pueden prestarse más a la explosividad. Y,
de hecho, así se confirma mundialmente: las cifras de violencia doméstica y
crímenes pasionales son mucho más altas entre hombres homosexuales que entre
parejas heterosexuales o lesbianas.
¿Qué implica todo esto? No está claro.
Como he mencionado, suele esgrimirse la promiscuidad entre gays como un
argumento a favor del matrimonio homosexual, pues se asume que, al hacer la
homosexualidad más socialmente aceptable, los gays encontrarán más estabilidad
en el matrimonio, y reducirán su promiscuidad. Pero este argumento asume que la
promiscuidad gay es de origen social. Como hemos visto, tenemos motivo para
suponer que esto no es así. Si, en efecto, los gays llevan la promiscuidad en
sus genes, entonces el efecto del matrimonio como factor de estabilización será
menor.
Y, de hecho, estos datos pueden usarse
más bien como argumento para oponerse al matrimonio entre hombres homosexuales
(pero, como hemos visto, no de
lesbianas). Pues, si la naturaleza biológica de los gays es promiscua, eso hará
que el matrimonio entre ellos corra un alto riesgo de fracaso ¿Para qué
legalizar una institución que tiene altas probabilidades de fracasar? Más aún,
en el caso de la adopción, ¿es responsable dar custodia de niños a parejas que
tienen más probabilidades de terminar en divorcio, e incluso, de participar en
crímenes pasionales?
Con todo, yo opino que, al menos en el
caso del matrimonio (la adopción de hijos es ya harina de otro costal), debemos
guiarnos por el principio del perjuicio que acuñó John Stuart Mill: sólo cabe
prohibir acciones en las que haya perjudicados que no ofrecen su
consentimiento. En el matrimonio de homosexuales, es difícil ver quién sale
perjudicado sin consentimiento. Por ello, aun si probablemente estos matrimonios
terminarán en fracaso, no hay justificación moral para no permitirlos.
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ResponderEliminarLo de la promiscuidad de los homosexuales (y no parece que todos los sean, hay excepciones) no creo que sea un tan gran misterio: una vez derribada una fuerte norma moral, es como más fácil seguir derribando las siguientes. Pasa lo mismo con el drogadicto, el ladrón e inclusive el asesino: tras el primer crimen, es más fácil el segundo, tras la segunda probada de droga es más fácil la tercera, y así sucesivamente. Al final, ya ni te inmutas de ver un cadáver o decir a un inocente: "¡Esto es un asalto, dame el celular!" o de probar drogas como un catador, o de caer en los vicios más abyectos sin pudor. La costumbre es una cosa muy caprichosa y perniciosa.
ResponderEliminarPersonalmente, discrepo con esta interpretación. En el caso de la drogodependencia la adictividad de la sustancia depende casi exclusivamente de sus efectos sobre el organismo (y más concretamente sobre el cerebro) más allá de los condicionamientos sociales. Por otra parte, en lo que respecta a la sexualidad, mi opinión es que los grupos de heterosexuales y de mujeres homosexuales actúan como grupo de control sobre los varones homosexuales. Así vemos que la sexualidad de los homosexuales masculinos. quienes no tienen lidiar con la selectividad sexual de las hembras de la especie, resulta muy diferente que la de sus congéneres heterosexuales, lo cual nos da una pista más que interesante (en el sentido de datos cualitativos) para comprender mejor el dimorfismo sexual de la especie y sus consecuencias sociales.
ResponderEliminarAsimismo, estoy completamente de acuerdo con la posición del Dr. Andrade respecto del matrimonio homosexual y la lógica de Stuart Mill.
Por último, dejo un video que me parece más que interesante sobre la temática: https://www.youtube.com/watch?v=J04bRx2MGi4
Si bien las preferencias sexuales entre varones homosexuales y varones heterosexuales son obviamente distintas, cabe considerar la posibilidad de que ambas poblaciones preservan el gen de la promiscuidad (el cual debió preservarse como unidad discreta aparte por la selección natural). Pero, en el caso de la heterosexualidad, esta promiscuidad es frenada por la estabilidad de las mujeres (quienes son menos promiscuas), mientras que en el caso de los homosexuales, al juntarse promiscuos con promiscuos, la tasa es mucho mayor.
EliminarTodo bien con lo que expones sobre la promiscuidad, que como a dos hombres les va el tema del sexo están dispuestos a tener relaciones más seguidamente, y no les importa ser usados para eso porque ambos disfrutan ya que poseen la misma actividad sexual.
ResponderEliminarEso si discrepo totalmente con esta frase: "las cifras de violencia doméstica y crímenes pasionales son mucho más altas entre hombres homosexuales que entre parejas heterosexuales o lesbianas." ¿Cómo aseguras este tipo de cosas, hay estudios que te lo demuestren, o lo sacaste por simple deducción por los crimines de hombres a mujeres? piensas que los homosexuales son igual de violentos.
Perdoname decirte pero te dejare un link donde dice claramente, que las relaciones lésbicas (de lesbianas) son las que presentan el mayor indice de violencia domestica, son de por si mas agresivas, y el divorcio de lesbianas es el doble que el de los gays. Esta bien que nos catalogues de promiscuos, pero ahora vienes a de decirnos que somos más violentos, a diferencia de los heterosexuales, no digo que no haya gays violentos pero no todos lo somos, nuestro cerebro es mas feminizado y eso hace que seamos menos agresivos, he visto que los homosexuales no tendemos a ser mas violentos ojo no digo que todos, pero de por si lo digo por amistades que yo tengo. En cambio, no puedo decir lo mismo de las lesbianas son mas agresivas, y llevadas a su idea.
Pero para que te hagas una idea, y corrijas ese gravísimo error, te dejo estos links pero en español ingles:
http://www.mirales.es/sociedad-activismo/maltrato-entre-lesbianas-la-violencia-invisible/
https://ifvmes.wordpress.com/2015/05/19/estadstica-de-violencia-en-parejas-homosexuales-gays-y-lesbianas-1-de-cada-3-sufre-maltrato-la-lsbica-la-ms-violenta/
http://lesbianas.about.com/od/Pareja/a/Violencia-De-Pareja-Cuando-El-Amor-Golpea.htm
Y el link de los divorcios en lesbianas que es doble a los gays:
http://www.independent.co.uk/news/uk/home-news/lesbian-couples-twice-as-likely-as-gay-men-to-end-civil-partnership-as-divorces-up-by-20-8866454.html
Saludos!
Estoy viajando por andalucia sin ordenador. Responderé al volver a maracaibo
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ResponderEliminarYo impero según la idea de que debe haber matrimonio entre lesbianas y no entre gays dado a que se infiere en la definición que me brinda la etimologí: Matris-monium, debido a que una madre soltera puede adoptar sin la necesidad de un cónyuge a pesar de las leyes actuales este se define como uno para la madre biológica, el matrimonio impera en las prestaciones del embarazo-lactancia-seguro de situación contingente en su caso, por tanto pienso que debe haber matrimonio entre lesbiana y bisexual con inseminación artificial.
ResponderEliminarTu redacción es un poco confusa. No entiendo lo que quieres decir. ¿Me lo aclaras?
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EliminarMi manera de defender el matrimonio como exclusivamente heteroxual es la siguiente:
EliminarTodas las preferencias del matrimonio se basan en el acto reproductivo, los homosexuales no lo necesitan salvo cuando son capases de reproducirse de forma natural, esto es en una relación lesbica con inseminación artificial.
Mi apología continua diciendo que los homosexuales no necesitan las prestaciones del matrimonio porque son reemplazables por documentos que se pueden llevar desde la soltería, como es el caso de la hoja de cambio de beneficiarios.
Al final, termina siendo una cuestión semántica. Vale, no lo llamemos "matrimonio". Pero, ¿qué importa si lo llamamos "matrimonio"? ¿Quién sufre?
ResponderEliminarPorque se esta pidiendo a la ley algo innecesario, debido a que ya se tienen las prestaciones del estado como pareja.
EliminarSoy homosexual asumido, sin problemas con mi sexualidad y reconozco al 100% que es totalmente cierta tu postura.
ResponderEliminarPersonalmente me molesta que muchos gays lo quieran negar por supuestos derechos humanos y que somos todos iguales. Seremos todos personas, pero que nos excitados más fácil es una gran realidad!
Si bien hay hombres heterosexuales que son muy hormonales, también es verdad que son los menos. Y que en El mundo homosexual son los menos los que tienen una vida en la cama como Dios manda y sin pensar todo el día en sexo.
Creio que sólo lo sabremos cuando nos vayamos de éste mundo! Por lo pronto descubrí que una hora de deporte es como diez días de excitación. Bendita solución.
Salute
Sí, efectivamente es así, y hay motivos biológicos para ello.
EliminarLo de "Dios" es una manera de decir, porque me van a saltar tildando de religioso ahora.
ResponderEliminarCompletamente cierto, es una cuestión genética. Los hombres somos más promiscuos que las mujeres y en una relación gay entre hombres la promiscuidad se multiplica y quien lo quiera negar, es hipócrita.
ResponderEliminarEfectivamente, los hechos son los hechos.
Eliminar¿esta la gente en lo correcto cuando piensan que la homosexualidad o la bisexualidad va ligado a la promiscuidad?en algunos casos es cierto, especialmente en los hombres, pero no siempre es asi, por que hay homosexuales que tienen una sola pareja sexual, algunos incluso no estan interesados en el sexo o en tener pareja a pesar de ser homosexuales. Saludos
ResponderEliminarConcuerdo, muchos lo negaran, pero los hechos lo han demostrado, como los que dicen que las preferencias son producto del amor y el libre albedrío, cuando en realidad está genéticamente predispuesto, el victimismo LGTB evita que la ciencia pueda entender y valorar su predicamento y ayudarlos con sus problemas, hay que tener en cuenta que la homosexualidad es un síndrome genético, como el albinismo, no es una enfermedad pero si debe ser estudiado para valorar la situación de quienes lo manifiestan y apollarlos.
ResponderEliminarPerdón por mi español.
ResponderEliminarBueno, voy a exponer temas muy diversos que pueden confundir pero quisiera dar unas pinceladas.
ResponderEliminarEs cierto que los hombres son más promiscuos, por lo tanto en una pareja de gays es un hecho mucho más evidente. Aunque obviamente existen homosexuales y parejas gays fieles por pocos que sean.
Mi apreciación personal, dejando de lado si ser promiscuo es algo bueno o malo (yo no lo creo per se, vivimos en un país libre y entrar en ese debate sería una cuestión más bien moral. Lo único reprochable de la promiscuidad es que desgraciadamente los implicados no suelen tomar medidas de precaución y de ahí que se propagen enfermedades de transmisión sexual como el VIH), dicha promiscuidad suele ser consentida (e incluso promovida) en este tipo de parejas (parejas abiertas). De modo que, los conceptos negativos de tradición o deslealtad hacia un marido / novio derivados de una infidelidad suele ser más bajos comparados con la promiscuidad heterosexual (a menudo no consentida).
Tal y como público por Anton en 2016 (ver comentario más arriba), discrepo en que las parejas de hombres sean más violentas, tóxicas e inestables que las lésbicas, más bien es justo lo contrario. A lo mejor en parejas de novios, las mujeres homosexuales duran más que gays, pero en cuanto al matrimonio, las parejas de lesbianas se divorcian aproximadamente el doble que las parejas de gays (con googlear este tema corroboraréis lo que digo). Similarmente, se registra más violencia doméstica en parejas de mujeres que de hombres - según un estudio Walters, Chen & Breiding, 2013, tasa de violencia en parejas de hombres gays: 26% vs 43,8% mujeres lesbianas). - Os recomiendo los vídeos de la filósofa Roxana Kreimer o el blog del psiquiatra Pablo Malo sobre este tema -. Si bien quiero matizar, que la violencia lésbica es sólo mayor a la de los gays HASTA EL LÍMITE DEL ASESINATO. En ese caso, se registran muchas más muertes de hombres homosexuales a manos de sus parejas gays que de mujeres homosexuales a manos de sus parejas lésbicas.
Veo que apenas se han tratado los parámetros de promiscuidad en la comunidad bisexuales. Hago mención de ello, porque bajo mi punto de vista, si los hombres gays suelen ser muy promiscuos, más promiscuos aún son los hombres bisexuales. He observado que muchos hombres bisexuales llevan una doble vida casados con mujeres y siéndoles infieles a estas con amantes másculinos, paradójicamente los hombres bisexuales que llevan este licencioso modo de vida tienden a ser muy homófobos. Por no hablar que sus relaciones de pareja registran más violencia aún que las gays o lésbicas, tanto hombres como mujeres (mujeres bisexuales 61,1% vs hombres bisexuales 37,3%).
Por último, seguramente lo habré interpretado mal pero me da la sensación que el artículo parece sugerir la "penalizar" a las uniones entre dos hombres por ser las más infieles, inestables y violentas (como ya expliqué, estas dos últimas definiciones no creo que sean ciertas) frente a las uniones heterosexuales o de dos mujeres homosexuales a la hora de ser considerados como matrimonio con todos los derechos y deberes que ofrece esa institución. Sinceramente me parece injusto que a unos se deniegen derechos matrimoniales y otras (las parejas lesbianas) si se los concedan. O matrimonio para todas las parejas homosexuales (sean hombres o mujeres) o sino solamente matrimonio heterosexual.
Algunos enlaces sobre el divorcio lésbico:
https://www.chueca.com/actualidad/lesbianas-se-divorcian-mas-que-gays-estadisticas
https://www.semana.com/vida-moderna/articulo/las-lesbianas-se-divorcian-mas-que-los-hombres-gays/650194
https://mundo.sputniknews.com/sociedad/202001121090107446-las-estadisticas-no-mienten-las-lesbianas-se-divorcian-mas-que-los-gays-y-esta-es-la-razon/
interesante aporte! te felicito. Gracias por investigar sobre nuestra homosexualidad, es muy interesante. Te aporto a tu investigación que la selección natural y muchas fundamentaciones biológicas son extrañas, y fundamentadas e influenciadas fuertemente por el pensamiento ideológico y cultural, como que los hombres son promiscuos. Hay muchas ideas, como que nuestro sexo tiene algo de biológico y mucho de placentero, por lo que podemos creer que una mujer puede ser promiscua al igual que un hombre y consolidar una manada dando placer por igual. En cambio, un hombre no puede establecer una manada porque puede inseminar solo a una o pocas mujeres, porque, según lo que establecimos, quiere garantizar su descendencia y el bienestar de su gente. No hay pruebas de que una mujer estabilice un hogar tampoco, si no que ambos sexos buscan estabilizar un hogar, y está probado que ambos sexos se ven beneficiados de un hogar estable en términos de salud mental.
ResponderEliminares un tema muy complicado, pero estos temas se han de tocar frente a homosexuales jóvenes. Enseñarles a tener una vida afectiva y sexual segura. El matrimonio debería ser algo que esté disponible para gente responsable, independiente de la orientación.
ResponderEliminarpor cierto, tener varias parejas sexuales no es igual a fracaso de matrimonio
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