Algunos episodios recientes de violencia
racial en EE.UU. han hecho aparecer en esa sociedad un viejo debate: ¿debe
prohibirse la bandera confederada? Esta bandera es ondeada comúnmente en
regiones del sur de EE.UU. (los estados esclavistas que se separaron de la
Unión en la guerra civil norteamericana), pero ofende a muchos ciudadanos,
especialmente los negros.
Lo elemental acá, me parece, es la
libertad de expresión. Es básicamente el mismo dilema respecto a la esvástica, Mein Kempf¸ y otros símbolos nazis en
Europa. Quizás, en las primeras décadas tras la Segunda Guerra Mundial, y el
proceso de denazificación, fue necesario prohibir la exhibición de esos
símbolos. Pero, ya ha pasado el tiempo, y el momento ha llegado para permitir
esos símbolos, así como la negación del holocausto. Para ello, podemos esgrimir
los mismos argumentos que John Stuart Mill empleaba a favor de la libertad de
expresión: si la verdad está de nuestro lado, permitamos a los que están en
error exponer sus símbolos y argumentos, y así, ellos mismos serán vencidos en
el debate. Si no les damos esa oportunidad, no serán realmente vencidos, e
incluso, cabrá la sospecha de que quizás sí tengan razón.
Esto tiene aún más justificación con el
caso de la bandera confederada, un símbolo de hace siglo y medio (frente a apenas
el medio siglo de los nazis). Se reprocha a la bandera confederada por ser
representación de la esclavitud y la supremacía racial. Esto es una media
verdad. La bandera confederada nunca se
asumió como símbolo del racismo o la esclavitud, sino sólo como el símbolo
nacional de un país que era esclavista, como tantos otros países esclavistas
que ha habido en la historia. Es un símbolo nacionalista, que representa la
cultura sureña de EE.UU., la cual es muchísimo más extensa que su mera defensa
de la esclavitud. La esclavitud ha sido una institución universal en la
historia de la humanidad, y si hemos de expurgar los símbolos de personas o
gobiernos que alguna vez fueron esclavistas, entonces tendríamos que prohibir
una enorme lista.
La media luna, la cruz y la estrella de
David, por sólo mencionar los símbolos religiosos, tendrían que ser expurgados,
pues las tres religiones monoteístas han defendido la esclavitud en algún
momento. Si seguimos esta lógica, tendríamos que prohibir los bustos de
Aristóteles, pues éste fue el principal defensor intelectual de la esclavitud
desde la antigüedad. Del mismo modo en que podemos exhibir los símbolos del
Islam, el cristianismo y el judaísmo, sin necesidad de vincularlos con la
esclavitud, ¿por qué no puede hacerse lo mismo con la bandera confederada?
Pero, incluso, la alternativa a la
bandera confederada, la actual bandera norteamericana (una versión de la cual,
se ondeó en la guerra civil en los ejércitos de la Unión), no es tampoco ningún
símbolo de progresismo. Así como los estados del sur defendían la continuidad
de la esclavitud, Lincoln y los estados del norte defendían la deportación
masiva de los antiguos esclavos negros, y la colonización de Liberia
(desplazando a los nativos de aquel país). Si se asume que la bandera
confederada es un símbolo de odio, ¿por qué no se asume que la bandera de la
Unión también lo es?
Cuando el Norte ganó la guerra, impuso
un severo régimen de opresión en el Sur. Lo ocupó militarmente, y adelantó una
serie de leyes represivas. No se trataba ya de defender a la población de
esclavos negros liberados, sino de castigar a la población blanca. Así, por
ejemplo, la decimocuarta enmienda de la Constitución concedía ciudadanía a
todos los ciudadanos (independientemente de su raza), y con esto, se eliminaba
la discriminación racial. Pero, esa misma enmienda estipulaba que, quien
hubiera participado en una rebelión, no tenía derecho al voto. Con esto, se
aseguraba que la generación entera que luchó a favor de la Confederación en la
guerra civil, quedase inhabilitada como electores, lo cual abrió paso para que
una casta de políticos agresivos procedentes del norte (conocidos como los carpetbaggers), aprovecharan y se
establecieran en el Sur depredando recursos y mano de obra.
A decir verdad, Lincoln pretendió una
reconciliación con el Sur. Pero, sus sucesores republicanos no estaban
interesados en esa reconciliación, y así, promovieron esa serie de medidas
punitivas. Esa falta de cuidado propició que, cuando finalmente las tropas del
Norte se retiraron una década después, la sociedad blanca sureña quedase aún
más resentida. En parte, esto explica la aparición del Ku Klux Klan, y una vez
que los blancos se hicieran nuevamente con el poder local, la formulación de
las leyes segregacionistas de Jim Crow.
La supresión de la bandera confederada
es una medida torpe. Si en efecto hay una escalada de tensiones raciales en
EE.UU. (y yo francamente dudo de que sea tan grave como algunos medios quieren
presentarlo), suprimir el reducto de la antigua sociedad sureña generará aún
más resentimiento entre algunos blancos, y potencialmente, más violencia. En la
sociedad multiculturalista, continuamente se nos dice que sería una torpeza pretender
combatir el yijadismo prohibiendo el Corán. ¿Por qué cuesta tanto aplicar el
mismo principio a la bandera confederada?
Eso es defender lo indefendible. Ni siquiera es una bandera de unión ya que el sur era secesionista. Esta bandera es un símbolo de odio y supremacía blanca y sólo los estúpidos retrógrados la siguen defendiendo
ResponderEliminarTe remito a los argumentos de este blog
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