EE.UU.
recientemente aprobó el matrimonio homosexual en todo el país. Cuando la mayor
potencia del mundo hace esto, es naturalmente un avance para la causa de los
gays. Ahora, surge una nueva pregunta: ¿vendrán nuevas reformas jurídicas del
matrimonio? En vista de la creciente influencia de musulmanes en los países occidentales,
¿se llegará a permitir la poligamia? Y, esto, a su vez, lleva a otras preguntas
(que en realidad no son nuevas): ¿es la monogamia una institución opresiva?,
¿es la poligamia natural a la humanidad?
Los comunistas por mucho tiempo
opinaron que la monogamia, no es natural, y sí es opresiva. Engels defendió
esas tesis en su conocido El origen de la
familia, la propiedad y el Estado. Según su hipótesis, originalmente había una
horda promiscua, o a lo sumo, un matrimonio grupal. Ésa era la etapa más feliz
de la humanidad. Pero, con los excedentes de producción, apareció la propiedad
privada. Entonces, los hombres, para asegurarse de que su patrimonio se
mantuviese, decidieron conformar familias, se quedaron con una sola mujer como
esposa (confinándola opresivamente al hogar), y así pasar el patrimonio a la
descendencia. La monogamia, pues, apareció con la propiedad privada y su origen
está en la desigualdad (pues, con la propiedad, empezó la división entre ricos
y pobres). Algunos comunistas, como Allexandra Kollonstai, llegaron a opinar
que, era necesario deshacer aquello que trajo consigo la propiedad privada, y
así, en el comunismo, habría que volver al estado promiscuo previo a la familia
monogámica.
La hipótesis de Engels es fantasiosa
a todas luces: nunca ha sido verificada. Y, si los pueblos más primitivos son
una guía (aunque, no debemos suponer que los pueblos primitivos de hoy son una
ventana al pasado en todos los aspectos), apreciamos que en aquellos pueblos
donde hay un pobre concepto de propiedad privada, la forma más común de
organización familiar es precisamente la
familia monógama.
Así pues, Engels estaba equivocado.
De hecho, un poco de sentido común vendría bien. Las sociedades monógamas suelen
ser las más igualitarias, por una razón muy sencilla: al haber una
correspondencia de un hombre con una mujer, ningún
hombre tiene más mujeres que otro. La aparición de la propiedad más bien
debió propiciar la poligamia. Cuando surge un señor feudal, tiene más
posibilidad que otro de mantener a varias esposas. Y, con un simple
razonamiento matemático, puede apreciarse que, por cada esposa adicional que
tiene un señor feudal, un vasallo se queda sin esposa.
La poligamia abre paso a la
conflictividad social. Al no haber un límite de una esposa para un hombre, se
dará una situación en la que, unos pocos poderosos tendrán muchas esposas e
hijos, y la mayoría se quedará sin posibilidades de pasar sus genes. Por obvias
razones darwinistas, esta situación es una bomba de tiempo. Habrá una enorme
conflictividad social, producto de la competencia sexual. Algunos psicólogos,
como Satoshi Kanazawa, observan que quizás no sea causal que, la civilización
más conflictiva en estos momentos (el Islam), es precisamente notoria por su
poligamia. El hecho de que el mártir se vea tan persuadido por las setenta
vírgenes en el Paraíso, quizás, se deba a que, acá en la Tierra, no tiene
acceso a las mujeres.
Así pues, la poligamia es peligrosa
debido a su potencial para la conflictividad social. De hecho, según una teoría
adelantada por el antropólogo Owen Lovejoy, sin monogamia, no pudimos haber
sobrevivido en los albores de nuestra especie. Muchos de nuestros parientes
primates no son monógamos: hay plenitud de harenes. Pero, esos primates viven
en zonas boscosas. Nuestros ancestros homínidos, en cambio, evolucionaron en la
sabana, y los retos de ese ecosistema son mayores: se requirió mayor
cooperación para conseguir comida, protegernos de depredadores, etc. La
cooperación de las bandas tuvo que venir de la monogamia. Si, en vez de
organizarnos en familias monógamas, hubiese habido poligamia, o incluso, una
horda promiscua, habría habido más peligro de conflictividad social, en virtud
de la competencia sexual por pasar los genes a la siguiente generación. La
monogamia, entonces, dio una ventaja adaptativa; fue favorecida en la selección
natural.
Por ello, probablemente la monogamia
tiene una base genética (y, en virtud de eso, sí es natural a la humanidad).
Pero, esa base genética no es contundente, pues en efecto, hay sociedades
polígamas. Pero, vale insistir, la poligamia tiene más peligro de
conflictividad social. Tras un interesante recorrido por los logros
civilizacionales de Occidente, el autor William Tucker llega a la conclusión de
que el orden social prospera mucho más cuando la monogamia es la norma.
En este sentido, la monogamia tiene
más valor moral que la poligamia. Su valor moral no está propiamente en su
condición natural (asumirlo así sería incurrir en la falacia naturalista, y no
es absolutamente seguro que tengamos genes para la monogamia), pero sí en el
hecho de que hace más estable y menos conflictiva a una sociedad.
Ahora bien, ¿justifica eso la
prohibición de la poligamia? Yo tengo mis dudas. Podemos estar de acuerdo en
que ciertas prácticas son convenientes para una sociedad, pero yo tengo muchas
sospechas frente a los intentos de ingeniería social propias del Estado
paternalista. Si un hombre quiere casarse con varias mujeres, o una mujer con
varios hombres, o varios hombres con varias mujeres, y hay consenso entre todos
ellos, ¿bajo qué autoridad podemos impedirlo? Si, como debemos, nos guiamos por
el principio del perjuicio de John Stuart Mill, cabe preguntarse, ¿a quién
perjudica la poligamia, más allá de quienes la practican voluntariamente? Como
he tratado de argumentar, a largo plazo, sí perjudica a la sociedad. Pero, esto
es demasiado vago. Hay muchas cosas que perjudican a la sociedad a largo plazo (el
cigarrillo, la comida chatarra, etc.), pero un liberal vería con escándalo su
prohibición, pues si los individuos voluntariamente desean consumir esas cosas,
el Estado no debe impedírselos.
Supongo que lo mismo aplica a la
poligamia. El Estado puede fomentar moralmente la monogamia, del mismo modo en
que puede fomentar comer más sano y dejar el cigarrillo. Pero, cuando
interviene de forma coercitiva, aparecen los problemas. Más aún, el mismo desarrollo
de nuestras sociedades industriales hace cada vez más impráctica la poligamia
(por muchos motivos sociológicos, la poligamia es propia de sociedades
agrícolas, pero tiende a desaparecer en sociedades urbanizadas e
industrializadas), de forma tal que, si seguimos el curso histórico, la
poligamia irá desapareciendo, en virtud de lo cual, no será necesaria la
coerción por parte del Estado.
Did you consider trading with the ultimate Bitcoin exchange service - CoinMama.
ResponderEliminarHola profesor ¿Conoce algún texto que hable sobre la monogamia desde esa misma perspectiva que usted presenta?
ResponderEliminarSí, quizás el más importante sea el libro "Marriage and Civilization", de William Tucker.
Eliminar