Después
de un Papa tan conservador y aparentemente amargado, como lo fue Benedicto XVI,
el alegre y bonachón Francisco le ha dado un aire de frescura a la Iglesia. Se
ha querido mostrar en una fase más progresista, condenando el capitalismo,
advirtiendo sobre los peligros del calentamiento global, predicando el perdón a
las abortistas, absteniéndose de juzgar a los homosexuales, etc.
Francamente,
a mí esto me parece mero populismo. No hay verdaderas reformas. El problema de
la Iglesia, me parece, no es solamente la corrupción de sus cleros. Es el
contenido de las propias doctrinas católicas. Sí, el Papa invita a perdonar a
las abortistas, pero no se atreve a decir que un montón de células durante las
primeras semanas de gestación no es
una persona, y que por ende, en realidad no hay nada que perdonar a quienes han
decidido tener un aborto. No pronostico que el Papa vaya a cambiar nada de
esto.
Pero,
queda la interesante pregunta: ¿qué pasaría si el papa legitima el aborto?
¿Cómo reaccionarían los católicos? He preguntado esto a algunos amigos
católicos, y me dicen que ni siquiera se lo plantean, pues eso nunca ocurrirá.
Según ellos, el Papa nunca irá en contra del derecho natural. Pero, a mí me
parece que los católicos sí deben plantearse un hipotético escenario como ése,
a fin de reflexionar sobre la moral de la obediencia.
¿Qué ocurre si el Papa
promulga doctrinas que parecen ser contrarias a la propia tradición católica?
En el pasado, ha habido casos como ésos. Hubo Papas que aprobaron herejías como
la arriana. Pero, aparentemente, estas aprobaciones se realizaron bajo presión
y quizás tortura, de forma tal que, cuando llegaron otros Papas al poder,
derogaron lo anterior. Para derogar lo anteriormente establecido por los Papas,
se alegó que esos pontífices sólo emitían opiniones, pero no eran enseñanzas ex cathedra.
El problema, no
obstante, es que desde 1870, se ha delineado mejor el procedimiento para emitir
doctrinas ex cathedra. Ese año se
formalizó la doctrina de la infalibilidad papal, y así, eso ha dejado abierta
la posibilidad de que el Papa, explícitamente acudiendo a ese recurso, emita
doctrinas que la totalidad de los católicos está en obligación de aceptar.
Ese recurso sólo se
ha empleado una vez, en 1950, para promulgar la doctrina de la asunción de
María. Pero, puede volver a usarse. Y, en teoría, eso permitiría al Papa apelar
a ese recurso para promulgar, ex cathedra,
la legitimidad del aborto. Sí, es extremadamente improbable, y sí, iría en
contra de todo lo que la Iglesia ha enseñado en los últimos veinte siglos.
Pero, en el marco del derecho canónico, no hay nada por encima de una enseñanza
ex cathedra: los católicos estarían
en la obligación de aceptar la doctrina. No está del todo claro, pero la
doctrina de la infalibilidad papal parece tener la implicación de que está por
encima de la libre conciencia, y en ese sentido, aun si el creyente estimaría
que la legitimación del aborto atenta contra el derecho natural, tendría que
admitir que su concepción del derecho natural es errónea, y la verdadera
concepción del derecho natural es aquella que es acorde con lo que el Papa
promulga ex cathedra.
Vale preguntarse,
¿pero qué pasa si el Papa enloquece, o algo por el estilo? No hay nada que
pueda detenerlo. El Vaticano es una monarquía absoluta. No hay ningún
procedimiento para remover al Papa de su puesto, no importa cuál sea su
condición. Si el Papa dicta una doctrina ex
cathedra, debe aceptarse.
¿Cómo reaccionarían
los católicos ante un Papa que legitime el aborto ex cathedra? Supongo que hay tres escenarios. El primero, es que
ocurra como ha sucedido en épocas anteriores: un Papa posterior postularía que
el Papa anterior no habló ex cathedra,
y su doctrina sería derogada. El problema, no obstante, es que, como he dicho,
a diferencia de los siglos anteriores, hoy está mucho mejor delineado cuándo un
Papa habla ex cathedra y cuándo no, y
si el Papa acudiere al recurso de la infalibilidad, despejaría las dudas.
El segundo
escenario es que se considere que el supuesto Papa que legitime el aborto en
realidad no es tal, sino que la sede del Vaticano está vacante. Cuando Juan
XXIII introdujo reformas en el II Concilio Vaticano, hubo fanáticos católicos
que decidieron no seguirlo, y estimaron que, en realidad, la sede papal estaba
vacía. Juan XXIII, Pablo VI, Juan Pablo I, Juan Pablo II, Benedicto XVI y
Francisco, según estos fanáticos, son impostores, y no cuentan como Papas.
Ante la
legitimación ex cathedra del aborto,
ese escenario sería plausible, pero yo creo más probable, sencillamente, la
aceptación de los fieles. La gran fortaleza del catolicismo ha estado en su
capacidad para enseñar a obedecer. En parte gracias a los medios de comunicación,
los Papas desde la segunda mitad del siglo XX han sido mucho más carismáticos
que los de épocas pasadas, e irónicamente, tienen más fidelidad que en siglos
anteriores. Antaño, hubo Papas y anti-Papas, emperadores enfrentados a
pontífices, Papas secuestrados por gobernantes seculares, etc. Había más
desafío. Hoy, el poder político del Vaticano está muchísimo más contraído, pero
eso a su vez ha permitido crecer en poder carismático a los Papas. Y, así, los
católicos comunes ya no están tan dispuestos a desafiar al Papa como sí lo
estuvieron en épocas pasadas.
De forma tal que,
sí, la legitimación del aborto sería un trago grueso para los católicos del
mundo, pero eventualmente se aceptaría. La disonancia cognoscitiva es un
mecanismo psicológico muy poderoso para lidiar con convicciones en choque, y muchos
católicos seguramente tendrán la capacidad de inventar nuevos motivos para aceptar
la nueva enseñanza: el aborto no está explícitamente condenado en la Biblia
(más bien, Éxodo 21:22-25 pareciera admitirlo), el alma no puede entrar en el
momento de la fecundación porque, ¿cómo explicamos las almas de gemelos
idénticos?, etc. El poder absoluto de los Papas puede ser una ventaja en muchos
casos para la Iglesia, pero como suele ocurrir, el poder absoluto corrompe, y
puede volverse muy peligroso.
Lo mismo que pasó con el cambio climático (no lo aceptarán): http://de-avanzada.blogspot.com.co/2015/01/obediencia-catolica.html
ResponderEliminarCiertamente Santorum y otra gente como él obedece al Papa sólo cuando les conviene. Irónicamente, podemos hablar mal de Santorum todo lo que queramos, pero yo veo a esos fundamentalistas como gente más democrática, y en ese sentido, no están dispuestos a aceptar lo que les diga un anciano en la lejana Roma. En cambio, a mí sí me parece que el grueso de los católicos NO tienen las mismas vocaciones democráticas, y estarán dispuestos a aceptar todo lo que el Papa les diga...
Eliminar¿Democrática? ¡Demagoga mejor! No hace ni seis meses que salió a decir que le asqueaban las palabras de Kennedy cuando se comprometió a mantener la separación iglesias-Estado y que él no lo haría.
EliminarEso tiene de democrático lo que Stephen Hawking de atleta.
Bueno, digo democrática, en el sentido de que no se somete ciegamente a la autoridad de un rey absoluto, como lo es el Papa...
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