En
esta época de cultura mediática, cada vez más se desarrolla el endoso de las
celebridades para sostener una causa. E, históricamente, Jesús ha sido una de
las celebridades a la cual más se apela para defender causas. Socialistas,
capitalistas, vegetarianos, feministas, y un largo etcétera, han visto en Jesús
un precursor de la causa que cada uno de estos grupos defiende.
Los gays no han sido
excepción. La imagen tradicional de Jesús es la de un predicador célibe
asexuado. Entonces, ¿en qué se basa la idea de que Jesús pudo haber sido gay?
Hay dos fundamentos. El primero, es la mención del “discípulo que Jesús amaba”
a lo largo del evangelio de Juan,
presumiblemente su propio autor. No obstante, la referencia a este amor en el
evangelio de Juan, es con la palabra
griega ágape, en vez de eros. La primera palabra se empleaba
para un amor no sexual, más afín al amor a Dios; mientras que la segunda
palabra sí hace referencia a un amor carnal. El evangelio de Juan no utiliza eros para referirse al misterioso discípulo amado. Y, en todo caso,
la referencia al discípulo amado pareciera ser más bien un artificio literario
diseñado para que el autor del texto gane autoridad como autor, haciéndose
pasar por un testigo ocular de los hechos.
La otra pista que pudiera
hacer pensar que Jesús fue homosexual es un misterioso suceso narrado en el
evangelio de Marcos 14: 51-52. En el
momento en que Jesús es apresado por las autoridades, un joven seguía a Jesús
envuelto en una sábana, pero para huir, se desprendió de la sábana y huyó
desnudo.
Con esto, se abre el compás de
la sospecha. ¿Qué clase de seguidor andaría envuelto en una sábana? El hecho de
que sea joven levanta aún más sospechas, pues en efecto, hace inevitable
sopesar la posible influencia de la homosexualidad pederasta griega entre los
judíos. El historiador Morton Smith indagó al respecto, y documentó prácticas
prevalecientes en la época en el mundo mediterráneo, en la cual, un maestro
iniciaba a sus seguidores en los misterios de la magia. Este ritual de
iniciación consistía en una fase previa en la cual los iniciados iban envueltos
en sábanas; posiblemente, parte de la iniciación incluía un encuentro sexual
entre el maestro y el pupilo.
Smith fortaleció más su
hipótesis cuando, al visitar un monasterio en Palestina, alegó encontrar un
manuscrito del siglo XVII, el cual era a su vez una copia de una carta que
Clemente de Alejandría (un autor cristiano del siglo II) dirigía a un amigo,
en la cual le advertía que la versión original de Marcos es más larga que la actual. Según Clemente, la versión más
larga del evangelio de Marcos está
reservada para los iniciados en el conocimiento cristiano. En su carta, Clemente cita una porción de las partes adicionales
de Marcos. Este pasaje narra que
Jesús resucitó a un joven (presumiblemente esto sería un paralelo de la
historia de la resurrección de Lázaro en Juan),
y después de eso, estuvieron en casa del joven por varios días. El joven se
acercaba a Jesús envuelto en una sábana, y Jesús se quedó con él una noche,
enseñándole el misterio del reino de Dios.
El pasaje no dice más. Si
acaso hay una alusión sexual, es muy escueta: el joven envuelto en una sábana,
y la enseñanza de los misterios del reino de Dios toda la noche. Al tener en
consideración algunos ritos mágicos en varias culturas mediterráneas, se podría
conjeturar que este misterio nocturno del reino de Dios, con un joven envuelto
en una sábana, incorpora alguna forma de iniciación homosexual.
Pero, por supuesto, todo esto
es mera conjetura. Y, además, la honestidad del propio Smith ha sido colocada
en entredicho. Smith tomó fotos del manuscrito (no pudo llevarse el original,
porque sólo visitaba la biblioteca), pero después que hizo sus alegatos, el
manuscrito original desapareció de la biblioteca, y nunca ha podido
encontrarse. Muchos especialistas en esta área de estudio acusaron a Smith
(después de su muerte) de haber cometido un fraude.
El invocar el supuesto
evangelio secreto de Marcos como prueba de que Jesús era homosexual es
contraproducente a la propia causa gay. Si los homosexuales desean respeto para
su estilo de vida, deberían de dejar de preocuparse por la orientación sexual
de personajes antiguos, y deberían defender sus derechos, basada en una moral
autónoma que no depende de qué dijo o hizo un predicador del siglo I.
En Juan 21.15 se lee ἀγαπᾷς με πλέον τούτων (agapâs); "¿Me amas más que éstos" y σὺ οἶδας ὅτι φιλῶ σε (philô) "Tú sabes que te amo". Este segundo verbo sí tiene a menudo las connotaciones eróticas de ἐρῶ (erô "amar"). En latín todos estos matices quedaban englobados en una sola palabra, "amare", y de ahí vienen en las lenguas occidentales las confusiones entre los distintos tipos de amor y la reticencia de la Iglesia a usar la palabras "amor" y "amar", que fueron sustituidas en la Edad Media por "caridad" y "querer".
ResponderEliminarLo del manuscrito perdido huele a fraude, y en todo caso el supuesto pasaje extendido de Marcos no demostraría nada. Y estoy de acuerdo contigo: en caso de demostrarlo, los homosexuales, por muy religiosos que sean, deberían buscar otro tipo de justificación (uno de sus problemas es mimetizar fiel y sumisamente las conductas de la sociedad que los margina, y buscar autoridades en ella).
Hola José, la verdad es que se me había pasaddo completamente por alto ese pasaje de Juan, y la conversación entre Jesús resucitado y Pedro. Dado el contexto, no veo mucha connotación sexual (el pasaje, en todo caso, es muy extraño). Gracias por hacerme recordar sobre ese pasaje.
EliminarYo también opino que lo del pasaje extendido de Marcos parace un fraude.