El fenómeno del conflicto entre
hermanos es muy intrigante. Por varios años, yo seguí las directrices teóricas
del crítico literario René Girard para entender este fenómeno. Girard es el
artífice del concepto del “deseo mimético”. A juicio de Girard, continuamente
imitamos a los demás. Pero, en esta imitación, terminamos imitando sus deseos.
Y, al imitarnos mutuamente en los deseos, terminamos deseando las mismas cosas.
Esto genera mayor competencia entre nosotros, y eventualmente, más conflicto.
Girard estudió ejemplos de conflicto
entre hermanos, y buscó aplicar sus teorías. Pero, Girard no es un psicólogo
experimental, y se limitó a ofrecer ejemplos literarios. Así, por ejemplo,
centró su atención en Caín y Abel, Rómulo y Remo, Jacob y Esaú, José y sus
hermanos, entre otros. En todos estos estudios, Girard llegó a la conclusión de
que, cuanto más se parecen los hermanos, más conflicto habrá entre ellos, pues
ese mayor parecido hace que se disputen las mismas cosas.
En términos darwinistas, el
conflicto entre hermanos es enigmático. Como siempre nos recuerdan los
evolucionistas, cuanto más cercanía genética, mayor es el nivel de altruismo.
¿Cómo entonces, es posible que los hermanos, quienes tienen un alto grado de
cercanía genética entre sí, se peleen?
Los teóricos darwinistas han
ofrecido algunas soluciones, las cuales colindan con algunos de los postulados
de Girard. El psicólogo evolucionista que mejor ha estudiado los conflictos
entre hermanos, así como los conflictos entre padres e hijos, es Robert
Trivers. Y, los hallazgos de Trivers, así como sus teorizaciones, confirman
parte de lo que Girard postula.
Trivers explica el conflicto entre
padres e hijos de la siguiente manera. Un padre comparte la misma proporción de
genes con todos sus hijos. Y, en ese sentido, le resulta ventajoso otorgar
recursos a todos por igual, pues todas esas inversiones tienen el mismo grado
de probabilidad de ser exitosas en su objetivo de divulgar genes. Pero, desde
la perspectiva de cada hijo, el cálculo genético es distinto. Pues, si bien un
individuo comparte ½ de los genes con su hermano, al mismo tiempo comparte la
totalidad de los genes consigo mismo. Y, en ese sentido, le resulta más
ventajoso acumular los recursos, sin compartirlos con sus hermanos. Las
disputas de un individuo con sus padres surgen, precisamente, porque el
individuo presiona para que los padres le concedan recursos exclusivamente, en
detrimento de sus hermanos. Y, las querellas con los hermanos surgen,
precisamente porque se disputan los recursos procedentes de los padres.
Pero, contrario a lo que postula
Girard, esto no es una lucha a muerte. Pues, aun si hay disputas entre hermanos
por la asignación de recursos, el nepotismo sigue siendo un factor relevante en
el altruismo. Y, así, si bien puede haber conflicto entre hermanos, sigue
prevaleciendo el cálculo genético, y los hermanos siguen sintiendo la compulsión
de ayudar a quienes les resultan más genéticamente cercanos. Esto hace que las
querellas entre hermanos rara vez desemboquen en tragedia. En un famoso estudio
sobre las estadísticas de homicidio, Margo Wilson y Martin Daly documentaron
que los fratricidios son muy infrecuentes (comparados con otros crímenes), y
más bien, cuando hay conspiraciones para matar, hay una alta probabilidad de que
los co-conspiradores sean hermanos.
Girard sostiene que, cuanto más se
parezcan los hermanos, más dura será su lucha. Pero, de nuevo, la psicología
evolucionista nos dice otra cosa, precisamente teniendo en cuenta que el
altruismo es proporcional a la cercanía genética. El altruismo entre hermanos
es menor, si son sólo hermanos de padre o de madre. Hay incluso estudios,
aunque no concluyentes, que indican que los gemelos pelean menos entre sí, que
los hermanos convencionales (y, en otros estudios, hay sugerencias de que los
gemelos idénticos son aún más altruistas entre sí, que los gemelos no idénticos).
Entre los seguidores de Girard, hay
una pretensión de sintetizar sus teorías con el darwinismo. En principio, esto
es posible. Pero, como este ejemplo ilustra, es necesario hacer algunos
correctivos a las teorías de Girard, pues no coinciden absolutamente con los
postulados de la teoría de la evolución.
No conocía estas ideas en particular. Interesantes, como siempre.
ResponderEliminarUn ejemplo de hermanos conspiradores: Marco Junio Bruto y Décimo Junio Bruto, contra Julio César.
Sí, pero por supuesto, a los psicólogos evolucionistas les interesan estadísticas, y no propiamente casos históricos particulares. Martin Daly y Margo Wilson sí ofrecen estadísticas, y confirman que, en las conspiraciones para matar, suele haber parentesco entre los conspiradores.
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