Los relativistas culturales repiten
hasta la saciedad el dogma según el cual, no hay culturas mejores que otras. Un
mínimo de sentido común, opino yo, debería conducirnos a rechazar esa tesis. Es
sensato admitir que no tienen el mismo valor una choza y un rascacielos, un médico
y un chamán. En palabras políticamente incorrectas (pero no por ello falsas) de
William Henry III, “no es lo mismo poner a un hombre en la luna, que poner un
hueso en tu nariz”. Sí hay culturas mejores que otras.
Ahora bien, ¿entran las lenguas en este
renglón? Así como el rascacielos es más avanzado que la choza, y la medicina
científica es superior al curanderismo indígena, ¿es el inglés más moderno que
el wayuunaiki? ¿Es el francés más bello que el árabe? Yo diría que no. En esto,
sí debo conceder un punto a los relativistas. No hay lenguas superiores.
Todas las lenguas del mundo son
traducibles entre sí. Todas tienen la misma capacidad para representar los
mismos conceptos. Ciertamente, algunas lenguas no tienen palabras para
referirse a algunos conceptos ajenos a su cultura. Si la cultura es primitiva,
no tendrá a su disposición palabras para referirse a conceptos modernos. Pero,
eso no implica que la lengua sea intrínsecamente primitiva, ni tampoco que
quien hable esa lengua no tenga capacidad de representar esos conceptos. Los
wayúu han sido un pueblo de tecnología muy precaria, y por ende, no tienen
palabras propias para referirse a la informática. Pero, nada impide a la lengua
wayuunaiki, o bien apropiar términos informáticos del inglés (como de hecho,
hacemos los hispanos con mouse, software,
internet), o bien construir nuevos significados sobre informática, a partir
de sus propias palabras.
Unos lingüistas, Sapir y Whorf,
formularon la célebre teoría según la cual, el lenguaje condiciona el
pensamiento. Bajo esta hipótesis, quien hable la lengua de un pueblo primitivo,
pensará como primitivo, y no podrá ajustarse suficientemente bien a la
mentalidad moderna. La hipótesis de Sapir y Whorf no ha resistido las pruebas,
y hoy es poco aceptada por lingüistas y antropólogos. Sabemos, por ejemplo, que
los chinos tienen una lengua neutra en género, pero no por ello, los chinos son
menos machistas que, por ejemplo, los franceses (quienes sí hacen distinciones
de género en su lengua). Lo mismo ocurre con lenguas de pueblos primitivos: tener
al yanomami como lengua materna no impedirá a una persona ser un programador
informático.
Quizás sí podamos admitir que, hipotéticamente,
si podría haber lenguas superiores. Un viejo sueño de la filosofía (con Leibniz
a la cabeza), ha sido crear un lenguaje artificial libre de ambigüedades y
lógicamente construido. En ese caso, serían superiores aquellas lenguas que
representen más nítidamente el mundo. En algunos aspectos, algunas lenguas se
acercan más a ese lenguaje artificial ideal que otras. Por ejemplo, las lenguas
sintéticas (aquellas que son más dadas a construir palabras a partir de
morfemas) construyen palabras de forma un poco más lógica, y en ese sentido,
podríamos admitir que sí son superiores. Pero, los lingüistas han documentado
que ninguna lengua está libre de ambigüedades, giros ilógicos y demás, y de
hecho, todas más o menos tienen el mismo nivel de consistencia lógica, pues si
bien unas pueden ser más lógicas en algunos aspectos, son menos lógicas en
otros.
Lo mismo puede decirse de la belleza. El
francés suena más bello que el árabe porque, la radiante París es más bella que
la caótica Bagdad. Proyectamos belleza sobre la lengua que se habla en la bella
ciudad, y fealdad sobre la lengua que se habla en la ciudad fea. Pero, es muy
dudoso que una lengua sea intrínsecamente más bella que otra. En la Edad Media,
cuando París era una cloaca, y Bagdad la sede de un califato, muy probablemente
el oyente común (que no hablara ni francés ni árabe) habría pensado que la
lengua de Las mil y una noches es
hermosísima y asociada a la poesía, mientras que la lengua del papa que convocó
a la Cruzada es fea y asociada a la violencia.
Ahora bien, así como hemos de conceder
que no hay lenguas superiores e inferiores, hemos también de reconocer que la
producción cultural que se ha hecho en unas lenguas, sí es superior a la
producción cultural que se ha hecho en otras. La lengua rusa no es superior a
la zulú, pero vale preguntarse, junto al novelista Saul Bellow, ¿dónde está el
Tolstoi de los zulúes? ¿Dónde está el Cervantes de los yukpa? Y, en ese
sentido, sí me parece razonable que los sistemas educativos dediquen más
atención a las lenguas que han contribuido más al avance civilizacional de la
especie humana.
Conviene aprender inglés por encima del
barí, no porque el inglés sea intrínsecamente más bello o más lógico que el
barí, sino porque es la lengua de Darwin, Shakespeare y Newton, mientras que la
cultura barí no ha parido ninguna figura que ni siquiera remotamente se acerque
a esas grandes figuras anglófonas de las ciencias y las artes.
Si mis ancestros hablaron barí, ¿qué
diablos me ata a la lengua de ellos? ¿Va acaso la lengua barí en mi sangre? Por
supuesto que no. Yo ganaría mucho más aprendiendo inglés en vez de barí,
precisamente porque las grandes obras que cultivarán mi intelecto, están
escritas en inglés, y no en barí. Sólo si me aferro a una idea irracional
propia del nacionalismo romántico del siglo XIX, de desear preservar la cultura
de mis ancestros a toda costa, optaré por preferir aprender el barí. Pero, si
en vez de asumir el nacionalismo romántico y su defensa del Volksgeist, asumo la idea racional de
que conviene aprender lo más provechoso, comprenderé que, si bien no hay
lenguas superiores a otras, sí hay culturas superiores a otras, y esto debería
ser suficiente justificación para aprender más las lenguas de esas culturas
superiores.
Gracias por tu comentario sobre las lenguas me ayudo mucho y tmb t doy la razon porq todas las lenguas son iguales ^^
ResponderEliminarEntonces ,si la producción cultural del barí se estanca y se prioriza otra el barí desaparecerá?
ResponderEliminarYo me inclino a pensar que si. De hecho, el bari (y otras lenguas indigenas) ya estan desapareciendo. Esto puede deberse a muchos motivos, pero el principal, es que sencillamente el bari no es atractivo en el mundo de hoy. Un nino hispanoparlante de la Sierra de Perija (de donde son oriundos los bari) gana mucho mas y tiene mas probabilidades de insertarse competitivamente en el mercado laboral, si aprende ingles. El bari, en cambio, no le servira de mucho, mas alla de preservar la lengua de sus ancestros.
Eliminar