La población esclava en el Sur de
los EE.UU. en el siglo XIX era sustanciosa. Y, un motivo de tremenda angustia
para los esclavistas blancos era que ocurriera lo que pasó en Haití durante el
siglo XVIII: una sangrienta rebelión de esclavos que acabara con la vida de los
amos blancos. Demográficamente, los esclavos sí podrían lograrlo.
Frente
a esto, desde muy temprano, los esclavistas blancos buscaron maneras de
contener a los potenciales rebeldes, acudiendo al viejo método que tanto
supieron explotar los romanos: divide et
impera, divide y gobierna. Y, así, los esclavistas establecieron una
distinción entre dos tipos de esclavos negros: el field nigger, el negro del campo, dedicado a los trabajos duros; y
el house nigger, el negro de la casa,
dedicado a las labores domésticas más agradables. Naturalmente, frente a este
pequeño privilegio, el field nigger no
tendría estímulo a arriesgar su relativa comodidad, para aliarse con los field niggers en una rebelión.
Pero,
pronto, la alienación del house nigger alcanzó
proporciones monstruosas. Ya no sólo se sentía satisfecho con su posición, sino
que además, sentía un genuino respecto y admiración por su amo blanco, y no lo
pensaría dos veces antes de delatar a sus colegas esclavos si planificaban una
rebelión. El house nigger se
convirtió en el adulador por excelencia. Samuel L. Jackson interpreta
magistralmente este tipo de personaje en Django.
Hoy
en EE.UU. se sigue empleando el término house
nigger de forma metafórica, para referirse a aquellos intelectuales y
capitalistas negros que se han convertido en aduladores del poder blanco, y a
cambio, han recibido alguna pequeña cuota de poder. Muchos aparecen en FOX News
criticando a la comunidad negra (aunque, por supuesto, vale agregar que muchas
de las críticas contra la comunidad negra en EE.UU. sí tienen asidero). Y, así, el poder blanco busca legitimarse
sosteniendo que, las críticas contra los negros proceden, no de blancos, sino
de los propios negros sensatos.
Pues
bien, algo similar ocurre en Venezuela con los homosexuales. El gobierno de
Chávez supuestamente se propuso combatir toda forma de opresión, y eso habría
incluido la opresión contra los homosexuales. Pero, a la vez, los sucesores de Chávez
(vale admitir que el Comandante fue más cuidadoso) han potenciado las actitudes
homofóbicas como ningún otro gobierno lo había hecho en este país. Para
escudarse frente a las críticas externas por su homofobia rimbombante, el
chavismo acudió al mismo tipo de estrategia del poder blanco en EE.UU.: dar una
pequeña cuota de poder a algunos grupos homosexuales que, mediante sus
comunicados, trate de legitimar la homofobia chavista.
Así,
en Venezuela empiezan a prosperar los house
faggots (maricones de casa), homosexuales que adulan a los homofóbicos, a
cambio de una pequeñísima cuota de poder. Homofóbicos como Pedro Carreño alegan
que el gobierno respeta la diversidad sexual, pero inmediatamente insulta con
epítetos homfóbicos a sus opositores. Los maricones de casa chavistas, lo mismo
que los house niggers norteamericanos,
saltan a defender al opresor, no al oprimido, y se refugian en su preferencia
sexual para intentar legitimar los abusos. Es, por ejemplo, la actitud
enteramente reprochable del presidente de la “Fundación venezolana de apoyo a
la diversidad sexual”, Luis Meneses, cuando enuncia en su twitter: “Pedro
Carreño diputado valiente fuera los corruptos maricones de Primero Justicia”.
De
la misma forma en que el racismo en EE.UU. continuará mientras haya house niggers que sigan el juego, en Venezuela
continuará la homofobia mientras haya maricones de casa que busquen legitimar
las acciones tan repugnantes del gobierno. Si bien siempre hubo homofobia en
este país, me parece que la creciente esfera de influencia militar ha
potenciado aún más las actitudes homofóbicas en la población, ahora aunada al
intento de legitimación por parte de los aduladores gays.
¿el personaje Tio Tom sería ujn reflejo o ejemplo de "house nigger"?
ResponderEliminarSegún recuerdo, en la novela, el Tío Tom trabaja en el campo, no en la casa. Y además, el tío Tom es condescendiente y pasivo con sus amos, pero no delata a sus camaradas negros, ni recibe privilegios de los amos. De forma tal que, no, yo no diría que el Tío Tom es un house nigger. Un mejor retrato de house nigger es el que hace Samuel L. Jackson en "Django Unchained". Precisamente por eso incluí su foto en esta entrada del blog.
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