En torno a la resurrección de Jesús,
hay dos hechos que ameritan una explicación: 1) dos días después de la
crucifixión de Jesús, unas mujeres fueron a su sepulcro y lo encontraron vacío;
2) los discípulos tuvieron experiencias de haberse encontrado con Jesús
resucitado. Hay motivos para sospechar de la autenticidad del primer hecho,
pero por ahora asumamos que, en efecto, hubo una tumba vacía. El segundo hecho
sí es admitido por todos los historiadores.
Tradicionalmente,
se ha formulado una amplia gama de hipótesis para explicar estos dos hechos.
Quizás Jesús sobrevivió a la crucifixión, y se le apareció a los discípulos
haciéndoles creer que había resucitado. Quizás los discípulos robaron el cuerpo
en una conspiración. Quizás las mujeres fueron a la tumba equivocada. Quizás
Jesús tuvo un hermano gemelo y se hizo pasar por él. Quizás los discípulos
tuvieron alucinaciones. Quizás las experiencias de los discípulos fueron
estrictamente subjetivas, y entendieron la resurrección como una alegoría.
Todas
estas hipótesis enfrentan problemas. Los romanos eran expertos en matar gente,
y es poco probable que Jesús bajase vivo de la cruz. Es poco probable que los
discípulos hubieran robado el cuerpo, pues estuvieron dispuestos a sufrir el
martirio por sus creencias. Si las mujeres fueron a la tumba equivocada, las autoridades
judías pudieron haber mostrado el cuerpo de Jesús para desprestigiar al
naciente movimiento cristiano. No hay ninguna mención de un hermano gemelo de
Jesús. Las alucinaciones colectivas son muy raras. Los relatos sobre la
resurrección tienen una semblanza literal, y no parecen ser meras alegorías.
Frente
a estos problemas, los apologistas invocan la hipótesis de la resurrección:
Jesús sí resucitó, y eso explica mejor los hechos. Pero, la objeción
tradicional a esto es que, aun si las hipótesis naturalistas anteriores son
improbables y enfrentan problemas, son menos
improbables que la hipótesis que invoca un hecho sobrenatural. Ciertamente
no era común que los reos sobreviviesen a la crucifixión, pero, ¿cuán común es
que los muertos regresen a la vida? Obviamente, aun si la hipótesis de que
Jesús bajó vivo de la cruz es improbable, es menos improbable que la hipótesis de que Jesús murió y resucitó. Cabe
acá la explicación que ofrecía David Hume: por definición, un milagro es un
evento que, en tanto desafía las leyes de la naturaleza, es improbable. Y, en
ese sentido, la explicación naturalista siempre será más probable que la
explicación sobrenatural.
El
apologista se defiende, postulando que el alegato de Hume sólo se sostiene si
asumimos a priori un prejuicio naturalista.
Pero, si aceptamos que Dios existe y que puede revelarse al hombre mediante
milagros, entonces la resurrección de Jesús sería la hipótesis más probable para
explicar los hechos.
Me
parece que el argumento del apologista falla, y es fácilmente reducible al
absurdo. Consideremos las líneas de Nazca o las pirámides de Egipto. Siempre ha
resultado un tanto misterioso cómo estas grandes obras de ingeniería fueron
construidas por civilizaciones antiguas que carecían de las tecnologías
modernas para realizar estos proyectos de gran envergadura. Los habitantes
precolombinos de Perú no conocían la rueda, de forma tal que es difícil
explicar cómo trasladaron las piedras para dar forma al mono y otras figuras.
Y, además, desde abajo, no son apreciables las figuras (tanto así que estas
líneas fueron apenas descubiertas en el siglo XX por un aviador). En el caso de
Egipto, es también intrigante que una civilización sin conocimientos muy
refinados de física o geometría, y con tecnologías bastante precarias, pudieran
construir esas maravillosas pirámides.
Los
historiadores han ofrecido hipótesis para explicar cómo se lograron estas
grandes obras, pero ninguna ha sido definitiva. Todas enfrentan algún problema
que atenta contra su probabilidad, y eso permite la formulación de hipótesis
alternativas. Ahora bien, frente a estas pequeñas dificultades, en el siglo XX,
el extravagante autor Eric Von Daniken postuló que la mejor explicación
respecto al origen de las líneas de Nazca es la siguiente: son obra de antiguos
astronautas extraterrestres que las diseñaron para aterrizar en sus visitas a
nuestro planeta. Con eso, se ahorra los problemas de explicar cómo una civilización
con tecnología tan precaria, pudo construir semejante obra de ingeniería.
Los
historiadores responden: ciertamente las hipótesis tradicionalmente formuladas
tienen algún grado de improbabilidad, pero son menos improbables que la hipótesis de los antiguos astronautas. Pero,
Von Daniken fácilmente podría contra-argumentar que esas explicaciones son
menos probables, sólo si a priori asumimos
el prejuicio de que no hay vida extraterrestre con interés en visitarnos. Si
nos abrimos a la posibilidad de la existencia de vida extraterrestre y viajes
inter-planetarios, entonces la hipótesis del origen de las líneas de Nazca en
los antiguos astronautas es la más probable.
Los
apologistas típicamente acuden a argumentos independientes para intentar probar
que Dios existe, y a partir de eso, postular que, una vez aceptada la
existencia de Dios, la resurrección de Jesús es la hipótesis más probable para
explicar los hechos anteriormente mencionados. Me parece que esos argumentos
tienen algún grado de plausibilidad, pero no son lo suficientemente
contundentes como para establecer la cadena argumentativa que desemboca en la
resurrección de Jesús.
Lo
mismo que respecto a la existencia de Dios, ha habido algunos argumentos a
favor de la existencia de vida extraterrestre (la célebre ecuación de Drake es
uno de esos argumentos). Lo mismo que los apologistas cristianos, Von Daniken
podría partir de ese argumento más o menos plausible a favor de la existencia
de vida extraterrestre, y establecer una cadena argumentativa que concluye que
la visita de antiguos astronautas es la hipótesis más probable para explicar el
origen de las líneas de Nazca.
Obviamente,
el proceder de Von Daniken sería a todas luces falaz. Pero, precisamente,
debería servir como reducción al absurdo de los intentos apologistas por tratar
de demostrar que la resurrección de Jesús es la hipótesis más probable para
explicar los hechos históricos. Ciertamente operamos bajo un prejuicio al
rechazar a priori la existencia de
Dios o los extraterrestres como plataforma argumentativa. Pero, es necesario
hacerlo así. Pues, esa visión del mundo naturalista (o en ignorancia de la vida
extraterrestre) es la que nos permite instrumentar el principio de parsimonia. No
es necesario invocar a Dios o los extraterrestres para explicar un fenómeno que
es explicable con hipótesis acordes a nuestra experiencia diaria del mundo.
En
todo caso, si se llegase a demostrar que Dios o los extraterrestres existen, ciertamente
tendríamos que modificar nuestro prejuicio naturalista. Pero, aún en ese caso,
no sería suficiente para asumir que la resurrección de Jesús, o la visita de
astronautas antiguos, sea la hipótesis más probable.
En
el caso de las líneas de Nazca, el descubrimiento de vida extraterrestre
(inclusive si es vida inteligente) no probaría nada, pues quedarían aún muchos
vacíos explicativos: ¿por qué los extraterrestres escogieron ese momento y ese
lugar para visitarnos? ¿Por qué no dejaron un mejor registro de su obra? Si son
tan avanzados, ¿por qué no construyeron una pista mejor?
En
el caso de la resurrección de Jesús, la demostración de la existencia de Dios
tampoco probaría que un judío crucificado en el siglo I regresó a la vida. Pues,
igualmente, quedarían muchos vacíos explicativos: ¿por qué Dios esperó tanto
para hacernos llegar su revelación a través de la resurrección? ¿Por qué no hace
un milagro más espectacular, como curar el SIDA o el cáncer? ¿Por qué no se
manifestó en el senado romano o en China, y así aseguraba que su revelación
llegara a más gente en el planeta?
Existen explicaciones muy simples y convincentes para las pirámides egipcias: http://blogs.elcorreo.com/magonia/2010/01/25/un-carpintero-demuestra-como-pudieron-moverse-grandes/
ResponderEliminarEn cuanto a la resurrección de Jesús y su relación con la existencia de Dios, no las veo asumibles: concediendo que Jesús resucitó, caminó sobre las aguas o multiplicó peces, eso no implica la existencia de Dios, entre otras cosas porque el concepto de Dios es del todo vago, si no huero. Y si no lo fuera, ¿quién te dice que sus milagros no son obra del Diablo o simplemente de él mismo, sin ser Dios? ¿Acaso no había gente que exorcizaba en nombre de Jesús?