lunes, 25 de julio de 2016

Sólo algunas vidas negras importan

            La semana pasada hubo una escalada de violencia en Sudán del Sur, la nación más joven del mundo. Se enfrentan dos tribus de esa región: los dinka y los nuer (a los que hemos estudiado algo de antropología, estas dos tribus nos recordarán los famosos estudios de Godfrey Liendhradt y E.E. Evans-Pritchard, respectivamente). Ciertamente, muchos de estos conflictos en África son debidos a la forma tan brutal en que los poderes coloniales europeos, desde la infame conferencia de Berlín en el siglo XIX, se repartieron el continente, y trazaron fronteras nacionales que no correspondían con las fronteras tribales.
            Pero, no debemos caer en el chantaje, como suele hacer la izquierda, de culpar de todo al hombre blanco. Sí, los colonialistas acudieron al “divide y vencerás” para dominar mejor. Pero, la ausencia de un espíritu cosmopolita en África, el total desinterés por saber qué hay más allá de sus fronteras, y el irracionalismo tribal, han tenido mucha más responsabilidad en la violencia que azota a ese continente. Antes de la llegada del hombre blanco, ya muchas tribus africanas se estaban matando entre sí, y la actual violencia, es en buena medida una continuidad de ese pasado tan lamentable.
            Mucho se habla de la forma en que los grandes poderes del mundo, asociados a la derecha, manipulan los medios de comunicación. Los progres continuamente nos hablan de las perversidades de Rupert Murdoch, Fox News, CNN, y tantos otros, a la vez que citan el libro clásico sobre la manipulación mediática, Los guardianes de la libertad, de Chomsky.

            Vale. Pero, sería un gravísimo error creer que la derecha es la única en manipular mediáticamente. La izquierda también se presta a este juego perverso. Y, cuando se trata de negros que sufren violencia, los grupos izquierdistas se encargan de presionar para haya una cobertura mediática muy selectiva, de forma tal que se ajuste a sus intereses.
            En EE.UU., ha surgido el movimiento Black Lives Matter (las vidas negras son importantes), que pretende denunciar la supuesta campaña sistemática de brutalidad policial en contra de los negros. No cabe duda de que, en ese país, la brutalidad policial existe (aunque, por supuesto, es muchísimo menor al compararse con la dura represión por parte de regímenes que la izquierda suele idealizar, como Venezuela). Es un poco más dudoso, no obstante, que esa brutalidad tenga el componente racial que se le atribuye en los medios. Las estadísticas no son claras: los reportes informan que la policía en EE.UU. mata más blancos que negros, pero con todo, los negros siguen siendo víctimas en desproporción al tamaño de su población. Por otra parte, en tanto los negros tienen más incidencia en actividades delincuenciales, hay también más exposición a la brutalidad policial.
            Pero, aun si, en efecto, el racismo en la policía norteamericana existiese como se presenta en los medios, lo cierto es que, estadísticamente hablando, es un problema muy pequeño para los propios negros norteamericanos. El grueso de la violencia que sufren los negros norteamericanos no viene de policías racistas o del ya casi inexistente Ku Klux Klan, sino de los propios negros que se matan entre sí.
            Hay muchas causas de esto. El racismo institucional que persistió hasta hace escasas décadas, ha marginado a un grueso sector de la población negra, y eso ha propiciado mayores tasas de criminalidad en esas comunidades. Pero, esa no es la única causa. En el seno de la comunidad negra norteamericana, hay una enorme disfuncionalidad, en parte propiciada por la actitud indulgente de muchos de sus líderes, quienes se empeñan en culpar al hombre blanco de absolutamente todos sus males, y no se atreven a formular una autocrítica.
            El movimiento Black Lives Matter, es uno de esos colectivos que alienta esa actitud irresponsable. Este grupo se empeña en resaltar mediáticamente aquellas víctimas negras que mueren a manos de policías blancos, pero no tienen el menor interés en dar atención mediática al enorme número de negros que mueren a manos de otros negros. Para estos grupos auspiciados por la izquierda, lo importante es presentar en la televisión a un blanco matando a un negro, aun si estadísticamente eso es mucho más improbable que el caso de un negro matando a un blanco (como, en efecto, ocurre en EE.UU.), o más aún, un negro matando a otro negro.
            Y, a escala internacional, esta manipulación mediática. ¿Cuántos muertos van ya en la crisis humanitaria de Sudán del Sur? Decenas de miles. ¿A quién le importa? A nadie. Ciertamente, a los progres de Black Lives Matter, la tragedia de Sudán del Sur les viene sin cuidado; me atrevería a decir que incluso, muy probablemente no saben que existe ese país. Ésos son negros matándose entre sí, en un lejano lugar. Aparentemente, no hay ningún blanco metido en aquello, y por ende, no interesa.
A decir verdad, para estos progres, only some black lives matter (sólo algunas vidas negras son importantes); a saber, las vidas negras que sirven para catapultar sus intereses políticos y comerciales. Beyonce canta en el Super Bowl en contra de la brutalidad policial de EE.UU., y el mundo entero se pega al televisor a escuchar el mensaje aparentemente progresista de la cantante negra norteamericana. Con su sensual cadera, Beyonce hace olvidar al mundo que en Sudán del Sur, Congo, y otros países del África, sí hay gente sufriendo un verdadero genocidio.

Pero, el atreverse a decir que los negros de Norteamérica, aun con la brutalidad policial, tienen una vida mucho más acomodada que mucha gente en el Tercer Mundo (muchos de quienes, dicho sea de paso, tienen la piel blanca), no es conveniente. Pues, EE.UU. se ha conformado como la sede de aquello que ha venido a llamarse las “olimpíadas de la opresión”: el que alegue con más alta voz ser víctima, gana. Y, en ese perverso deporte, sólo se puede ser campeón, si se manipula mediáticamente para formar la impresión de que sólo ellos sufren acoso, y quienes los acosan tienen la piel blanca.

3 comentarios:

  1. Ayer escuché en una entrevista decir al político negro republicano Larry Elder que en la ciudad de Chicago, hay aproximadamente un 30% de anglosajones/blancos, un 30% de negros/afroamericanos y un 30% de latinos/hispanos y que, sin embargo, los negros son responsables del 70% de los homicidios

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    1. Tiene razon. He admirado a Larry Elder desde hace anos, aunque no me gusta el apoyo que le ofrece a Donald Trump

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