Recientemente murió uno de los más grandes atletas de
toda la historia, Muhammad Ali. Lo recordaremos, no solamente por lo que hizo
dentro del ring. Se enfrentó a una sociedad racista, y con mucho tesón, superó
muchos obstáculos. Su mayor lucha fue haberse negado ir como soldado a Vietnam.
Tal como él mismo proclamaba: ¿por qué el hombre negro, debe luchar contra el
hombre amarillo, para beneficio del hombre blanco?
En la
opinión pública, la percepción era que el reclamo de Ali era sensato, porque la
guerra de Vietnam era tremendamente injusta. Pero, bien podríamos llevar el
asunto aún más lejos: aun si esa guerra fuera justa, ¿habría legitimidad en
tratar de reclutar forzosamente a alguien? ¿Son los objetivos militares del
Estado más importantes que los derechos individuales?
Algunos
filósofos, los libertarios, han dicho que la recluta, sea o no para guerras
justas, es una forma de esclavitud. Pues,
el Estado se apropia injustamente de la labor del individuo. Aun si hay una
compensación en forma de pago, y aun si el recluta es enviado a una guerra
justa, el hecho de que ese individuo no da su consentimiento, supone una
relación entre un amo (el Estado), y el esclavo (el recluta). Bajo este
razonamiento, alguien como Muhammad Ali no sólo era descendiente de esclavos; él mismo seguía siendo esclavo, al ser
forzado a ir a luchar en Vietnam.
Ahora
bien, este mismo razonamiento podría aplicarse a Leonel Messi, otro gran
atleta, recientemente también condenado a cárcel. Messi ha sido condenado, no
por evadir la recluta, sino por evadir impuestos. En la opinión pública, hay
una enorme diferencia entre evadir impuestos para ayudar a los pobres, y evadir
la recluta para ir a matar gente inocente.
Pero, a
efectos de la filosofía libertaria, no son tan distintos. Tanto la recluta como
el cobro de impuestos, dicen algunos libertarios (basándose en la obra de
Robert Nozick), es una forma de esclavitud. El Estado se apropia forzosamente
del trabajo de los demás, bien sea directamente (como en el caso de la
recluta), o indirectamente (como en el caso de los impuestos), a través del
despojo de las propiedades legítimamente adquiridas con el esfuerzo propio.
Es irrelevante si
esa esclavitud se emplea con fines nobles. Aun si la guerra de Vietnam fuera
justa, Muhammad Ali habría seguido siendo un esclavo. Aun si los faraones, en
vez de construir pirámides, hubiesen construido hospitales y escuelas para el
pueblo, los obreros que trabajan contra su voluntad habrían seguido siendo
esclavos. Y, por extensión, aún si los impuestos se utilizan para beneficio del
colectivo, su cobro sigue siendo una forma de esclavitud, en tanto son
forzados; la misma palabra lo dice, se imponen.
Todo
esto, por supuesto, está abierto al debate. Pocos filósofos han quedado
convencidos con el argumento de Nozick, según el cual, el cobro de impuestos es
una forma de esclavitud. A nivel intuitivo, me inclino a simpatizar con ellos;
la postura de Nozick me parece extrema y peligrosa. Pero francamente, aún no he
encontrado una refutación formal realmente contundente del argumento de Nozick.
Más aún, deberíamos caer en cuenta que necesitamos ser más consistentes. Si
expresamos repudio por cualquier forma de reclutamiento forzoso, debemos
apreciar que los motivos por los cuales nos oponemos a ello, probablemente
servirían también para oponernos al cobro de impuestos. Es necesario cobrar
impuestos, pero debemos tratar de encontrar una justificación filosófica más
satisfactoria. Y, cuando la encontremos, habrá que asumir la incómoda
conclusión que esa misma justificación también permitiría el reclutamiento
forzoso.
No hay necesidad de rdfutar formalmente a Nozik.Sólo se precisa hechar un vistazo al mundo y comparese el nivel de vida y bienestar de los paìses con altos impuestos que los ciudadanos pagan gustosamente para tener buenos servicios públicos y buenas pensiones con aquellos estados tribales en los que apenas existen infraestructuras públicas.En estos Estados tribales el indice de mortalidad es mucho más elevado que en países como los nórdicos o centroeuropeos.
ResponderEliminarLamentablemente eso no es suficiente justificación. Aun si los impuestos cumplen un óptimo propósito social, son precisamente impuestos (la misma palabra lo dice: imposición). Y eso es difícil de distinguirlo de la esclavitud. Si en egitpo se hubiesen construidos escuelas y hospitales en vez de pirámides, habría seguido siendo una sociedad esclavista
EliminarPero tal y como comentabas en el post dedicado a Rawls, existen injusticias naturales: no todos tienen el cariño de los padres, ni la misma salud o inteligencia, por ejemplo. Y sin embargo estas variables contribuyen a obtener éxito y amasar riquezas, sin ser producto del esfuerzo; por lo tanto sin ser mérito del beneficiario o agraciado.
EliminarDe esta forma, el hecho de que parte de la fortuna de los ricos, no sea merecida, sería una justificación para corregir esta injusticia natural a través de impuestos (está idea la he robado de tu post dedicado a Rawls), aunque dicha injusticia sea imposible de medir cuantitativamente (de ahí la arbitrariedad de los impuestos).
Sin embargo, no veo que debamos asumir esa justificación como aplicable al reclutamiento forzoso en una guerra injusta, ya que no estamos corrigiendo ninguna "injusticia natural". No obstante, en una guerra justa no encuentro un argumento que me impida asumir que la justificación de los impuestos permite el reclutamiento forzoso. Pero en una justa sí!!
Sí, sin duda, hay injusticias naturales. Pero, el mismo Nozick advierte que tratar de corregirlas puede ser gravemente violatorias de derechos naturales elementales. Unos vinieron al mundo con un solo riñón defectuoso, otros vinieron al mundo con dos riñones en perfecto estado. ¿Debe el gobierno forzar a alguien a someterse a una cirugía para donar su riñón a quien sólo tiene uno, y además, defectuoso?
EliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarEn una injusta sí, quiero decir.
ResponderEliminarY la guerra del vietnam fue injusta. Siento enguarrarte el blog con tantos comentarios y borrados, Gabriel; son consecuencia de no poder editar y corregir nuestros comentarios, prisas por escribir, etc.
ResponderEliminarNo me pierdo tus entradas...saludos
Hola Gabriel.
ResponderEliminarNo conozco la obra del tal Sr Nozick, pero con respecto al debate que propones, invitando a que habría que encontrar un argumento filosófico solido y sin fisuras al problema planteado por la radical sentencia del Sr Nozick, sobre el tema de los impuestos de pago obligatorio. Quiero participar del debate y aportar mi granito de arena al mismo, porque me parece fundamentalmente interesante.
Yo diría que es imposible, nunca encontraremos un argumento sólido e irrefutable, por la sencilla razón de que el planteamiento, la génesis del argumento del Sr nozick o del debate, es para mí errónea, por su propia radicalidad.
Si partimos de la base, que cualquier cosa que se haga por el bien de la sociedad en su conjunto, queda viciada por el hecho de ser de obligado cumplimiento, pues entonces no hay debate, ni hay posibilidad de argumentar en contra.
Pero su irrebatibilidad es justamente culpa de su errónea tesis, de su errónea génesis.
Porque si somos sensatos y no nos volvemos post modernos (he leído y comprado tu libro, lo confieso) y empezamos a aplicar la relatividad vacua, esta clarísimo que los impuestos deben ser obligatorios, porque sino nadie pagaría o casi nadie, porque está más que demostrado que el ser humano es insolidario y tolera mal el repartir por el bien común, sino es de forma obligatoria. Como supongo que hace un macho alfa en una manada de gorilas, que obliga a sus súbditos a compartir con él, el excedente de comida por el bien de la manada.
No sé si esto último es acertado, pero me ha parecido buena comparación.
Ya dirás, un saludo.
1. Nozick es un filosofo bastante famoso.
Eliminar2. Muy bien. Los impuestos son necesarios, y tienen que ser a la fuerza. Vale. Opinas lo mismo del servicio militar?
Si partimos de la misma radicalidad anterior, también opino lo mismo, por la misma razón. No sería coherente por mi parte, hacerlo de otra forma, creo.
ResponderEliminarPero sin embargo, fuera del debate y del planteamiento inicial, es cierto que el servicio militar obligatorio encierra ciertas contradicciones. Pero creo que son subsanables, creando un ejército profesional, como se ha hecho aquí en España por ejemplo, donde el recluta consiente su incorporación y cobra por ello.
No sé si respondo a la pregunta, sino fuera el caso, dímelo, y seguimos debate. Gracias.