Escribí una breve pieza de
opinión sobre el sionismo (acá). Varios comentaristas me irrespetaron en su
respuesta con ataques ad hominem (entre
ellos, un tal José León lo hizo de forma vehemente; acá), respondí a esos
ataques acá.
León
y otros me acusaban de ser parte de una “intelectualidad decadente” y de ser de
“derecha”. No escondo que, en la coyuntura venezolana, tengo más simpatía por la
derecha que por la izquierda. Pero, esto es irrelevante respecto al sionismo.
Hay sionismos de izquierdas, y León ignora (este comentarista parece tener un
pésimo nivel de información sobre este complejo tema) que, desde la misma época
de Herzl, el sionismo fue un movimiento más de izquierda que de derecha.
Un
sionista de izquierda con quien he hablado estos temas en muchísimas ocasiones,
es Daniel Castro Aniyar. Nadie podrá acusar a Daniel de ser parte de una “intelectualidad
decadente” de derechas. Daniel ha estado comprometido con luchas indígenas en
el reparto de tierras, tuvo una amplia labor como comunicador social en Vive TV
y VTV, y en sus clases (tuve la fortuna de ser su estudiante), frecuentemente
expresaba opiniones izquierdistas (esto fue motivo de varios desacuerdos por mi
parte, pero esto es harina de otro costal). Reproduzco abajo un elocuente texto
en el cual Daniel, como autor invitado, desde una postura izquierdista,
defiende el sionismo.
La paranoia antisionista.
Dedicado a José Javier León, si él quiere.
Daniel Castro
En Venezuela se dicen alegremente cosas
que reciben el aplauso automático. En parte por ello, la verdad termina
dependiendo del aplauso y no del rigor del que habla o escribe. Ese no es un
fenómeno chavista ni venezolano, pero es, grave, muy grave. Discursos
altisonantes se destilan por todas partes, más para probar la hombría
revolucionaria que el sentido común y el respeto a las ideas. Esto, de
revolucionario, realmente tiene poco.
Particularmente, el tema del antisionismo
militante en Venezuela se ha vuelto un despropósito peligroso, que pocas
personas informadas se ha atrevido a detener. Se siguen citando ideas de los
años 60 y 70 en un contexto que ha cambiado tanto de factores como de
motivaciones. Hoy son argumentos disparatados que, en la práctica, en el Medio
Oriente como en el resto del mundo, dan piso al asesinato de civiles, las
peores amenazas de fanatismo y el riesgo de genocidio. Se oyen en este tema, el
mismo tipo de razonamientos sin cálculo, el mismo ruido de tambores que han
servido para los dramas humanitarios más horrendos.
Así parece que algunos venezolanos, de
mucha ascendencia política, participan con su cuota de responsabilidad en
este problema.
Voy
a poner una lista de aseveraciones que son de uso común en el chavismo y que
son totalmente falsas, para el tema del Medio Oriente.
1. “El Estado de Israel es un despojo a las
tierras de los palestinos”.
Hay que recordar que en 1948 a los que se llamaban palestinos era a los
judíos que pudieron regresar a las que consideran son sus tierras ancestrales,
luego de largas centurias en que los otomanos (y luego los jordanos) les
prohibieron su entrada a tanto a ellos, como a los cristianos. Los árabes de
esa zona eran árabes de Palestina y ésta era una colonia muy grande que ocupa
toda la actual Jordania. Por eso también se les llamaban árabes jordanos. Así
que la partición de la ONU (que además nunca tuvo efecto) fue entre árabes
ashmonitas (de los que desciende la familia real jordana), los demás árabes de
palestina y los judíos palestinos (que se llamaban, simplemente “palestinos”).
Los judíos sobre los cuales se hizo la partición eran mayoría de la ciudad de
Jerusalem y muchos tenían 3 generaciones antes de la II Guerra Mundial. La
identidad “palestina” de la que hablamos hoy, no aparecerá hasta con la OLP en
los años 70.
Esto por supuesto no quita el derecho a los
nativos árabes a sus tierras, pero tampoco quita que fueran estos mismos árabes
quienes vendieran buena parte de las tierras del hoy Israel, antes de la
creación de este Estado.
2. “Los judíos, punta de lanza imperial de
los EEUU, arrebataron con guerras estas tierras a los árabes”
La verdad es que fueron las nacientes naciones árabes (y no los palestinos,
que aun no existían como pueblo que se llamase así) quienes declararon la
guerra a los pocos judíos que estaban en los territorios asignados por la ONU.
Las grandes guerras fueron en el 48, en el 67 y en 73. En las 3 oportunidades
procuraron destruir a todos los judíos y a la nación israelí. En las tres
oportunidades los árabes perdieron las guerras, y en las tres oportunidades
perdieron tierras. A pesar de que en la del 73 (llamada también Guerra del Yom
Quipur) los árabes mataron más de 2 mil israelíes, Israel devolvió todo lo
conquistado en esa oportunidad.
La historia, aunque haya matices, no puede ser al
revés. Los israelíes, muchas veces sin un solo cañón, se defendieron y
obtuvieron tierras fundamentales, como la misma Jerusalem. En Jerusalem,
que no había quedado en manos judías por la partición de la ONU, los jordanos
deportaron a todos los judíos y se destruyeron sus sinagogas, incluyendo joyas
históricas sefardíes del período inglés. En la guerra del 67 los judíos la
recuperaron luego de un ataque furioso de Jordania y Egipto en esa ciudad. Al
final de aquel día quedaron en control de Jerusalem casi sin proponérselo.
Claro, siendo la ciudad emblemática de su cultura, no la devolvieron.
El proyecto sionista, que no es más que conseguir
un Estado para los judíos que estaban en la Palestina inglesa y el mundo, no
fue impulsado por los EEUU, sino por los soviéticos ¿Cómo puede decirse que es
un proyecto imperial estadounidense?.
Ellos dieron las armas, el apoyo diplomático y
dinero para fundar en ese sitio un país socialista. Por eso, los banqueros
judíos y los contribuyentes de todos el mundo que compraron tierras para fundar
el Estado, se las dieron a comunas socialistas, célebremente llamados kibutz.
Hoy son ejemplos de propiedad social y éxito económico en el mundo.
Los soviéticos, en vísperas del 48, mudaron su
apoyo a los árabes. Ben Gurión, completamente aislado, consiguió aliados en los
EEUU (a pesar de que el establishment político estadounidense se oponía a una
apuesta tan inestable como era la Israel de entonces), y de manera sorpresiva,
gracias a una diplomacia audaz que incluyó al propio Papa Juan XIII, Israel
logró los escaños para ser reconocido como Estado a pocos meses de hacer la alianza
con los EEUU.
3. “Los israelíes son una nación
antidemocrática y con apartheid contra los árabes”
Israel es la nación más democrática del Medio
oriente, de largo. Sus tribunales son transparentes, sus elecciones son en
primer grado, el 80% del stablishment político es laico, incluso muchos de sus
políticos religiosos ultra-ordoxos, defienden ese laicisimo y defienden, como
ningún país de la zona (y mejor que en mucho países europeos), la igualdad de
condiciones a sus ciudadanos de todas las proveniencias: árabes, etíopes,
beduinos, drusos, sefardíes, yemenitas, ashknasíes, samaritanos… Los árabes
israelíes han perdido derechos por el papel de algunos de sus miembros a favor
de la guerra, y hay problemas puntuales que pueden discutirse en otro momento,
pero ellos mantienen partidos políticos y puestos en el Parlamento israelí, que
no podrían tener del otro lado de la línea verde. A los judíos, por el
contrario, les asesinarían en los países árabes, solo por vivir allí, y
probablemente también en el Estado palestino por venir.
De hecho, hoy por hoy, el presidente del Tribunal
Supremo de Justicia israelí es árabe.
A pesar de lo que la gente cree, han sido los Arabes saudíes, quataríes,
egipcios, entre otros, unos de los mejores aliados de Israel en la zona, sobre
todo, en contra de grupos terroristas como Hamas y en contra del avance de un
posible avance armamentista nuclear en Irán. El canciller israelí declaró a
poco tiempo de estas líneas, que el gobierno estudia la posibilidad de cambiar
sus alianzas con los EEUU por otros países árabes y la India. Así que las cosas
no son tan simples.
Quiero agregar algo muy importante. Nunca pediré
que se tome a un opinador como a alguien peligroso, como leí recientemente que
hicieron contra el Prof. Gabriel Andrade cuando hizo un artículo sobre este
tema. Pues ese es un impulso totalitarista, no tiene otro adjetivo. Creo que
las ideas de alguien sí pueden serlo, pero nunca la persona, nunca por el hecho
de opinar.
Me preocupa que tal diferencia, tan fundamental en la práctica de la
convivencia humana de todos los tiempos, aun no sepa ser percibida.
Me preocupa mucho.
Buenas tardes,
ResponderEliminarSin ser experta en el tema del medio oriente ni conocer la realidad sobre el discurso en Venezuela con esos supuestos que son creencias comunes entre antisionistas de todo el mundo, creo sin embargo que no se pueden apuntar ciertas cuestiones sin decir otras.
La primera es el contexto en el que se obtienen tierras en Israel para el pueblo judío, un contexto en el que se defienden los nacionalismos desde una idea colonial en la que no importan las personas que vivían ya en las tierras colonizadas sumado al miedo de otro holocausto. En esa mentalidad, cuando se van los ingleses la tierra de Palestina queda "vacía" y es uno de los argumentos que justifica el sionismo en ese emplazamiento.
En segundo lugar, que se vendan tierras en un lugar concreto, no da la autoridad a las personas que compran las tierras para convertirlas en un país que excluya en mayor o menor medida a las personas que viven en él. Piensen en un lugar de vacaciones en el que muchas personas de la misma nacionalidad compren tierras, yo pienso en Mallorca, una isla del Estado Español en la que hay una mayoría de propietarios alemanes. En ningún caso veo como podría convertirse la isla en una parte de Alemania o excluir a los mallorquines de las decisiones políticas de su isla. Evidentemente esa soberanía no es legítima y subyacen las ideas citadas anteriormente nacionalistas y racistas en último término (aunque vengan del laicismo y la izquierda).
Y por último quería comentar que me llama la atención una parte concreta de su crítica ya que aunque es tendenciosa, parece informado y pretende un cierto rigor, sin embargo de repente introduce un argumento insultante y falso:
A los judíos, por el contrario, les asesinarían en los países árabes, solo por vivir allí, y probablemente también en el Estado palestino por venir.
¿Por qué dice eso y de dónde lo ha sacado? En primer lugar a qué llama país árabe, en segundo a qué se debe esa generalización y aseveración. Mi experiencia viajando por países árabes y el conocimiento que yo tengo no sólo difieren de esa percepción sino que además son contrarios a la misma.
El sionismo y el anti sionismo no se explican sin una carga intensa de matices históricos y políticos. Los argumentos manidos por y contra son evidentemente líneas generales llenos de formas desdibujadas, pero la definición que Pepito da en la otra entrada de anti-sionismo es la que creo que compartimos la mayoría de las personas que nos situamos ahí contemplando un contexto amplio y político y no un reduccionismo semántico. En mi caso no puedo seguir una discusión de tal calibre por falta de información pero me parecen reflexiones interesantes.
Valoro también del autor del blog que haga una reflexión del uso del "enemigo imperialista" y añado al "enemigo capitalista" y "enemigo colonialista" que por lo que intuyo y he visto se da con demasiada facilidad en discursos con mucho calado en América Latina. Venezuela en particular es un país que no conozco, pero entiendo por lo que he visto en otros lugares lo que esto significa, y de la entrada al blog creo que es la reflexión que más me interesa, más allá de la comprensión o no por parte del pueblo venezolano de una realidad tan alejada geográfica y culturalmente como es oriente medio, el uso de discursos legitimadores del propio poder haciendo uso de enemigos comunes. Creo que profundizar en esa lógica es más interesante que indagar en que hay de cierto en los discursos generalizados sobre el Estado de Israel.
En fin, gracias por seguir proponer líneas de discusión, he visto muchas cosas interesantes en este blog.
E.
Hola Eva, como ves, el autor de este texto es Daniel Castro, un invitado. No podré responder directamente lo que dices (pues no soy el autor del texto), pero sí comentaré varias cosas.
Eliminar1. Ciertamente hubo sionistas que asumieron que Palestina quedó "vacía" (como en la consigna "Una tierra sin gente para una gente sin tierra"), pero no todos. Hubo sionistas que estaban muy dispuestos a asumir a los árabes como ciudadanos plenos. Y, como dice Daniel en el blog, hasta el día de hoy, esto sigue así, al punto de que el mayor magistrado de la Corte Suprema Israelí es árabe.
2. ¿A cuáles países árabes has viajado? Hago la pregunta, porque salvo Marruecos, Túnez, Yemen, y quizás algún otro país que se me escape, no quedan judíos en los países árabes. Los judíos fueron masivamente deportados de los países árabes, ya definitivamente tras la guerra de 1967. Hoy es prácticamente impensable que un judío pueda asentarse en un país árabe.
Hola,
ResponderEliminarSi, he visto que el artículo era de otro autor y espero que pueda responder. Repito que yo no conozco en profundidad esta cuestión y hablo desde una cierta ignorancia que tal vez pueda resultar atrevida, pero voy a responder no obstante a lo que cuestionas.
Respecto a lo que escribes en primer lugar te diré que claro que "no todos" esto se sobreentiende, pero la política del Estado de Israel ha sido discriminatoria hacia la población árabe, por no hablar de los ataques contra los derechos humanos de la población de Gaza y Cisjordania. Varias ONGs y militantes por los derechos humanos han relatado estas vulneraciones y llegado a hablar de terrorismo de Estado y masacres selectivas en diversas ocasiones. No se puede decir que ese grupo de sionistas defensores de un Estado integrado fuera una mayoría y aun menos que haya sido quien ha ejercido mayor poder.
Respecto al segundo punto me alegra que tu mismo dispongas de ejemplos que contradigan la generalización hecha por tu compañero. Yo conozco Marruecos y Jordania y he conocido a judíos árabes en Francia. También he estado en Israel y Palestina, he pasado por los check points, he visto kilómetros de muro construidos en la frontera, he sido interrogada por críos en una sociedad militarizada y demasiado acostumbrada a la violencia cotidiana. He escuchado conversaciones y narraciones de algunos eventos acontecidos a mi familia de origen palestino, he conversado con gente dedicada a la cooperación internacional y a judíos emigrados allí. Después de todo ello me resulta muy complicada la defensa de la existencia del Estado de Israel y su legitimidad.
Hay una periodista que me gusta mucho, se llama Olga Rodríguez y tiene varios artículos sobre estas cuestiones que recomiendo leer.
En fin, es todo.
En realidad he dado con este blog por una cuestión muy diferente. Una amiga me regaló este sábado el libro El postmodernismo ¡Vaya timo! que ha sido una grata sorpresa. Hace años estudié antropología sociocultural y me espantaban parte de los textos que tenía que leer. La corriente de moda era postmodernista, y yo encontraba a los autores engorrosos y absurdos, pero esto no era lo peor, sino la corte elogiando la belleza del traje del rey desnudo. Este cuento lo he utilizado tantas veces para definir el postmodernismo y sus autores, que me ha hecho mucha gracia encontrar a alguien de la otra parte del planeta usando ese mismo ejemplo.
En lo que se refiere a la antropología creo firmemente que la mayoría de las publicaciones académicas son un bodrio y que sólo se escriben para justificar el trabajo de un profesorado autocomplaciente que piensa escribir para conservar su plaza. Pienso que el postmodernismo y el relativismo cultural como doctrina son un retraso en el pensamiento y que la asunción por parte de los movimientos sociales de sus postulados implican un retroceso social. Y esto lo digo desde la más absoluta soledad, ya que nada de eso parece que se pueda decir en voz alta. Hasta que he leído este libro (aunque me falta algún capítulo) era una intuición. A pesar de que hay puntos concretos en los que no estoy de acuerdo, la idea general me parece muy acertada y creo que es tan obvia que no entiendo por qué el resto dicen no ver que el rey anda en pelotas y es más, hablan de los colores, de la tela y del corte al bies. En fin, voy a terminarlo ya que creo que me ayudará a seguir insistiendo en que es necesario encontrar coherencia en lo que decimos sin necesidad de hacer nuestros discursos ajenos carentes de verdad y de lógica, en particular en la izquierda que ha absorbido una montaña de mentiras sin masticar y lo sigue haciendo artículo a artículo....aquí envío uno de los que más me han cabreado últimamente: http://indigenes-republique.fr/raza-clase-y-genero-la-interseccionalidad-entre-la-realidad-social-y-los-limites-politicos/
Nada más que decir salvo agradecer la contestación que me han dado y la posibilidad de debatir.
Un saludo.
E.
Hola, Eva:
Eliminar1. Yo tampoco conozco el tema muy de cerca, pues nunca he ido Israel, y el único país árabe en el cual he estado es Marruecos. Pero, por lo que alcanzo a leer, no creo acertado decir que Israel tiene una política discriminatoria hacia la población árabe. Los árabes tienen los mismos derechos civiles, lingüísticos, jurídicos, etc., que los judíos. En Gaza y Cisjordania, la historia es muy distinta, pues son territorios ocupados. Yo reprocho la ocupación de esos territorios, pero como digo, no creo que la palabra "sionismo" implique apoyar la ocupación de Gaza y Cisjordania.
2. Yo no soy favorable a la existencia de fronteras. Pero, mientras éstas existan, creo que un Estado tiene pleno derecho a construir un muro para protegerse, del mismo modo que en mi casa yo puedo construir una cerca para proteger mi propiedad. Lo objetable del muro cercado en Israel, a lo sumo, es que Israel se apropie de más territorio de lo que realmente le corresponde por mandato internacional. Ciertamente Israel es una sociedad militarizada, pero ante la constante amenaza de aniquilación por parte de sus vecinos, no veo qué otra opción pueda haber. Que unos jóvenes militares inspeccionen tampoco lo veo objetable en ese contexto. Yo no reprocho que en la Lima amenazada por Sendero Luminoso, un joven militar en una alcabala revise la maleta de un carro a ver si lleva explosivos.
3. Tengo curiosidad cuando dices que "te resulta complicada la existencia del Estado Israel". Por favor, aclárame. ¿Opinas que Israel no tiene derecho a existir? En ese caso, ¿qué propones hacer con los más de seis millones de judíos que viven en ese país?
4. Gracias por tus comentarios sobre "El posmodernismo ¡vaya timo!". Si quieres seguir comentándome sobre él, sea positiva o negativamente, estoy abierto a escucharte. Un saludo.
1- Por lo que yo creo, la realidad de los territorios ocupados no puede separarse del resto de Israel. Las familias están divididas a los dos lados de esas fronteras, hay bloqueos sobre todo en Gaza y mucha gente, muchísima gente pasa diariamente los check points. Hay personas que viven por ejemplo en Bethlehem y trabajan en una tienda en Jerusalem, o quienes tienen la casa en un lado y las tierras de cultivo al otro, a diario tienen que hacer tres horas de fila, les registran en cabinas, y a menudo con desnudos integrales.
ResponderEliminarEl paso es como el de un aeropuerto.
Por otro lado, aunque sobre el papel tengan más o menos los mismos derechos los árabes de Israel (con algunos matices, como es la reagrupación familiar, algo muy importante en la vida cotidiana), la realidad no es esa. Los árabes no son tratados del mismo modo por las autoridades, y la discriminación institucional es sistemática. Esto lo han denunciado muchas organizaciones a lo largo del tiempo AI HRW entre las más grandes. Israel tampoco cumple la legislación internacional (da igual que esta exista) y es señalado continuamente como un Estado que vulnera los Derechos Humanos.
1. Hola Eva, no tengo manera de justificar a Israel en esos abusos sobre la población palestina. La única justificación remota, es el asunto de la seguridad. Pero, yo francamente no creo que los palestinos constituyan una amenaza hoy a la exitencia de Israel (sí eran una amenaza los países vecinos árabes durante varias décadas, no obstante).
EliminarPor otra parte, he visto varias veces que los árabes que sí son ciudadanos de Israel, no tienen muchas quejas. Lo de HRW concierne, hasta donde sé, a los árabes que proceden de los territorios ocupados, pero no a los árabes que sí son ciudadanos.
1. Claro que hay una discriminación y existen los documentos que lo reflejan también de HRW. Si tienes la oportunidad haz preguntas como ¿Recibís la misma educación?¿El trato ante la justicia es el mismo? etc.
Eliminar2- Los países no son una propiedad privada, así que no se rigen por los principios de esta (es un error común que aplica mucha gente cuando habla de inmigración, pero no deja de ser un error. La ciudadanía de un Estado no es propietaria del territorio, ejerce soberanía).
ResponderEliminarIndependientemente de la discusión sobre las fronteras (si existen para la mejor gestión de un territorio, si son la última barrera de un Estado opresor o si se debieran suprimir en todos los casos, requiere de mucha otra argumentación) ningún país tiene derecho a construir muros o poner vallas para delimitar sus fronteras, tampoco a maltratar o matar a quienes se disponen a atravesarlas. Hace menos de una semana han matado a unas cuantas personas (aún sin concretar cuantas) en la frontera sur del Estado Español, en Ceuta, donde también hay una valla con concertinas.
Tanto los hechos como la construcción de muros son intolerables y contrarios al Derecho (al menos a los principios inspiradores del Derecho, aunque haya jueces que interpreten de manera opuesta, y esto no lo digo yo....lo dice la Corte Internacional de Justicia que declaró ilegal la construcción del muro en Israel).
Ya que sacas el ejemplo del senderismo te daré la razón en parte. Sin decir que evidentemente un policía podía hacer un registro de un coche a fin de evitar un atentado, tampoco fue legítimo que los militares fueran los causantes de la mitad de las víctimas civiles de violencia terrorista en los ochenta.
El informe de la Verdad y la reconciliación no habla de terrorismo cuando describe la matanza de los militares por una cuestión política (hecho reconocido personalmente por uno de los redactores), pero la descripción de los hechos corresponde a todas luces al terrorismo de estado tal y como enuncian los organismos internacionales (Mirar convención de Ginebra y NNUU).
Al igual que el caso que comentas, la respuesta y represalia de Israel no es proporcionada, no es legítima y es terrorista. Al igual que el caso que expones, una mala acción estatal basada en la discriminación y desprecio hacia una población (árabe, serrana, etc..) causa miles de muertes de personas inocentes. Es obvio que la violencia por parte de grupos armados que siembran pánico en la población es inadmisible, pero lo es también el uso del terrorismo de Estado, que es un crimen contra la humanidad. En el caso de Israel cuenta además con un poder militar incomparable. Israel con Palestina son David y Goliat.
2.1. Yo no estoy seguro de que ningún país tenga derecho a construir muros. ¿Hay una ley internacional sobre eso? Hasta donde sé, la ilegalidad del muro en Israel, no es por el muro en sí, sino porque fue colocado en un lugar que no correspondía, y le permitió a Israel anexar más territorio. En todo caso, yo no veo una gran diferencia moral entre pedir una visa a un pasajero que llega a un país por avión, y construir un muro para impedir que un inmigrante ilegal entre. ¿Por qué Brasil sí puede pedir visa a los norteamericanos que llegan por aire, pero EE.UU. no puede obstaculizar el paso a los mexicanos que entren por tierra? ¿Es acaso la restricción burocrática menos grave que la colocación de un obstáculo físico? Si las fronteras existen, están para ser protegidas.
Eliminar2.2. No defenderé los abusos de Fujimori, y soy el primero en afirmar que la "lucha contra el terrorismo" sirve muy bien a los propósitos de gobiernos que quieren crecer en poder, como fue el de Bush. Pero, sí me parece que, a la hora de criticar una alta presencia militar, debe considerarse el contexto. Lo mismo aplica a Israel.
2.3. Israel ha tenido muchas respuestas desproporcionadas y se violan muchas libertades individuales en la lucha contra el terrorismo. Pero, revisar carros en una alcabala no me parece una violación de derechos. No dudo de que Israel y Palestina son ahora David contra Goliat (no fue así en las primeras guerras, las de Egipto, Jordania, Siria e Irak contra Israel). Pero, el hecho de que mi enemigo me ataque con piedras y palos no implica que yo no tenga derecho a defenderme.
2.1. Esa es efectivamente una de las principales razones, otras son que impide el autogobierno del pueblo, o que está absolutamente injustificada su construcción con fines de seguridad (por lo que se deduce que tiene otros fines). Aquí hay un análisis sobre los derechos que vulnera: http://www.embajadadepalestina.es/muro.php
EliminarY no, no hay ninguna diferencia moral. Es absolutamente inmoral y contrario a la felicidad de los seres humanos.
Y no, las fronteras no existen para estar protegidas, no deben ser herramientas de represión y blindaje de la riqueza sino límites de gestión en todo caso.
El ejemplo que te ponía de Ceuta es una vergüenza y la comparecencia del ministro de interior al respecto, una humillación.
2.2 Claro, Fujimori es indefendible.
2.3 El derecho internacional da la oportunidad efectivamente de defenderse pero siempre de manera proporcionada. Un "ataque preventivo" no es una defensa, un ataque selectivo contra objetivos civiles tampoco. Por eso ese "derecho" (entiendo que empleas esta palabra como término moral y no jurídico) al que apelas, tal como lo ejerce el Estado de Israel, es contrario al derecho internacional Humanitario y las leyes de la guerra.
2.1. Pero, Eva, las fronteras están para evitar que una gente pase de un lado a otro. Si consideras inmoral el mero hecho de imponer una frontera (y es una postura razonable), entonces debes oponerte a todas las fronteras del mundo, no sólo la de Israel.
Eliminar2.3. No conozco exhaustivamente la larga historia militar de Israel, pero hasta donde sé, el único ataque preventivo fue en la guerra de 1967. Y, en ese caso, era inminente una invasión por parte de Egipto y Siria, de forma tal que fue más "pre-emptiva" que "preventiva". Incluso la intervención en Líbano (altamente reprochable, opino yo), no fue preventiva, pues desde el Líbano la OLP organizaba ataques.
Tampoco estoy seguro de que los israelíes hayan atacado selectivamente contra civiles (pero, como te digo, no conozco los detalles, y podría equivocarme). Como en toda contienda militar, han muerto civiles, pero como daño colateral, y en la teoría moral de la guerra justa, el daño colateral sí puede ser aceptable (claro, se tienen que cumplir una serie de requisitos, y no sé si estos requisitos se han cumplido). Los únicos ataques selectivos que yo recuerdo, han sido contra dirigentes de Hamas y Hezbollah, y en ese caso, las víctimas no están exentas de la acción militar, pues son combatientes de facto (aunque, por supuesto, habría que calcular la dimensión del daño colateral en esos ataques, y evaluar si hay proporción).
2.1 En este punto te equivocas completamente o tal vez te refieres a los puestos fronterizos? Una frontera es la delimitación de la soberania sobre un territorio y no es incompatible con la libertad de circulación. Por eso te decia que requiere de mucha otra argumentación. Yo puedo atravesar todas las fronteras de Europa (UE) sin encontrar un solo puesto fronterizo. Atravesar la linea amarilla si limita sin embargo mi acceso a la ciudadania (no puedo votar).
Eliminar2.3. Las organizaciones internacionales y pro- DDHH dan cuenta de esto.
3. Como te hacían ver en otros comentarios que he leído, no es incompatible pensar que el estado de Israel es ilegítimo con la aceptación de soluciones viables al conflicto. Por lo tanto no propongo hacer nada especial con los seis millones de judios que viven en el país más allá de aplicar una soberanía compartida real por parte de todas las personas que viven en él. Yo me opongo de manera radical a los nacionalismos (aún siendo profundamente una persona adscrita a la izquierda) y me opongo porque creo que se basa en identidades ficticias y contrapuestas. No creo en pueblos aislados y cerrados, no creo que en el mantenimiento de las barreras culturales a través de artificios como las fronteras y aún menos con fronteras mentales que señalen al otro como distinto (y estas pueden ser internas con mecanismos como las leyes de extranjería).
ResponderEliminarPor ejemplo, hay judíos árabes, de hecho muchos de los sefardíes que hoy te puedes encontrar en Israel lo son.
Hay una gran parte de judíos ortodoxos que se oponen a la construcción del Estado de Israel por motivos religiosos, habiendo cometido actos terroristas contra los intereses del mismo y que incluso puede llegar a vivir de las ayudas que esta institución ofrece. Sin embargo se oponen a su legitimidad.
Están los judios Etíopes que han sido reconocidos como tales, pero que muchos ponen en duda que deriven de una de las tribus perdidas de Israel.
Hay judios blancos, judios negros, judios ortodoxos, judios ateos, judios comunistas, judios que hablan hebreo, judios que hablan árabe, judios que hablan español, judios que comen kosher, judios que comen cerdo, etc.
Esto son ejemplos que rompen mi imagen mental de los judios como pueblo. Son muchos pueblos de diversos lugares que tienen un origen común y una idea ficticia de unidad basada más en la oposición a otros nacionalismos (que les impidieron la ciudadanía, el acceso a la propiedad,les marcaron como chivo expiatorio etc.) que a rasgos realmente comunes.
Esta ficción ha dado lugar a la construcción de un nuevo nacionalismo, el judío. Esta idea sienta las bases para la construcción de un Estado propio en una tierra baldía propia, da la casualidad que en esos momentos el protectorado inglés se marcha y se dan las condiciones ideales porque ese es el lugar del primer exilio. Todo ello se basa en mi opinión en una mentira tras otra que tiene más que ver con políticas discriminatorias que con una unidad real. Ha conducido además a la segregación de miles de personas en sus territorios (estas si, unidas al menos por el idioma y la geografía), a guerras y matanzas continuas, a nuevos nacionalismos, etc.
Por ello, como decía, no propongo hacer nada especial con todos esos pueblos y personas que comparten el territorio (yo no veo a seis millones de judios, veo a seis millones de personas), más allá de trabajar por la soberanía compartida (y no por los intereses que sostienen el mantenimiento de una guerra tras otra en oriente medio).
4. Te tomo la palabra :) .
5. Lo siento, he tenido que publicar en tres veces por la limitación del comentario y es que empiezo pero no acabo a la hora de escribir :)
3.1. Yo, como tú, aborrezco el nacionalismo. Y, como tú, opino que no hay un criterio étnicos bien defenido para "judío", como para justificar un Estado-nación. Pero, lamentablemente, por muchas razones, los judíos en muchas partes del mundo (más en Europa antaño, pero ahora más en el mundo árabe) han sido muy vulnerables a progromos y exterminios. Y, la idea original del sionismo era ofrecer un Estado refugio a este gente, para garantizarles un mínimo de libertades.
Eliminar3.2. No he entendido bien si postulas como solución a este conflicto la existencia de uno o dos Estados. ¿Me lo aclaras?
3.1. Claro que se ofreció para eso, para dar una solución al maltrato y al miedo, pero no creo que la solución que se tomó fuera ni la única ni la mejor, vistos los resultados. Se tomó como base además una idea que no comparto y se ofreció un territorio que no pertenecía a quienes lo ocupaban.
Eliminar3.2. No postulo ni me inclino hacia una solución o la otra de las que das, puede que lo que resuelva ese conflicto a mi no se me llegue a ocurrir nunca.
Lo que si me parece necesario es renunciar a la idea de Estado-Nación o como diría Sarkozy a la identidad nacional, sobre todo porque no existe. Se debe poner a la población de todos los bandos (que no son dos) en el centro de toda solución y reconocimiento. Los seres humanos y la población civil están felizmente muy por encima de los políticos que les gobiernan en todos los lugares del mundo. Los movimientos de insumisión parcial del ejército israelí o las organizaciones sociales (ej: http://www.acpp.com/otras_voces.htm ) han hecho mucho más por la paz que cualquier hoja de ruta.
Lo que evita las masacres es el reconocimiento de las otras personas como iguales, el desarrollo del pensamiento crítico y con él de la empatía (ya que permite liberarse del dogma y usar como instrumento la razón).
Esto aunque parezca un enunciado naïf, me parece la clave de resolución de cualquier conflicto, ya sea en un patio de vecinos o en la mayor de las guerras. Y claro que hay formas para hacerlo, pero no es tan interesante ni tan fácil como aborregar, enfrentar y buscar chivos expiatorios.
Por esta razón insistía en que el mayor valor del artículo que publicabas en origen no me parecía que estuviera en si lo que ocurre en Israel se ajusta a la verdad, sino en el uso político de conflictos ajenos a una realidad para la explicación de esta.
Por ejemplo en mi caso, me he definido anteriormente como persona adscrita a la izquierda, he de matizar que a la izquierda de algunos movimientos sociales ubicada en el Estado Español (que aboga por los derechos sociales, los derechos humanos, es antimilitarista, feminista, crítica y democrática). En el espectro de la izquierda hay muchos sectores con los que no me identifico precisamente por falta de crítica ya que traga discursos similares a los que comentas sin tan siquiera masticar. Se habla de modo similar a lo que comentas de Bolivia o Venezuela. Cuando gran parte de la población cree que las cosas son ciertas porque vienen de alguien en particular, hay un problema.