Los medios de
comunicación exageran la intensidad del racismo en EE.UU. Pero, en líneas
generales, no deja de ser cierto que ese país aún no se ha deslastrado de los
siglos de esclavitud y las décadas de leyes segregacionistas. Se eligió a un
presidente negro, pero aún queda racismo.
¿Cómo superar el racismo? El sentido
común dictaría que el mejor modo de hacerlo es que los distintos grupos
raciales se acerquen y se integren, venzan los prejuicios, y puedan vivir
armónicamente. Hay, es verdad, grupos supremacistas blancos que impiden que así
ocurra. Pero, no dejemos de lado la responsabilidad que los propios negros
tienen.
Un gran obstáculo a la integración
racial en EE.UU. es la híper-sensibilidad que hoy reina en ese país. Los grupos
minoritarios, pero en especial los negros, están a la caza de cualquier
comentario hecho por algún miembro de un grupo dominante, para acusarlos de
racismo. En EE.UU., se camina sobre cáscaras de huevo: hay un inmenso temor de
ofender a otros.
El caso más reciente de este
patético fenómeno ha ocurrido con la actriz Ellen De Generes. Tras el
impresionante triunfo del atleta jamaiquino Usain Bolt en las olimpíadas de Río
de Janeiro, la actriz publicó un montaje de foto, en la cual, ella va montada
encima de Bolt mientras éste corre.
DeGeneres, a quien no se le conoce
ningún pasado racista (y quien incluso, ha compartido agradables momentos con
Bolt), fue inmediatamente acusada de ser racista por haber publicado esa foto.
Ciertamente en el pasado, los esclavistas blancos norteamericanos se tomaban
fotos posando montados sobre esclavos negros, como si se tratara de bestias de
carga. Pero, habría que halar demasiado las cosas por los pelos, como para
decir que la foto de DeGeneres es del mismo tipo.
La imagen es más bien un homenaje a
la proeza olímpica de Bolt. El escándalo que esta imagen está causando refleja
más bien algo muy básico que explora la escuela de Gestalt en psicología: en
nuestras percepciones, proyectamos nuestras ideas preconcebidas. Un psicoanalista
obsesionado con Freud ve penes y vaginas en todas partes. El filósofo Karl
Popper estudió este tipo de cosas con mucho acierto. Popper documentó los
sesgos de confirmación en los que incurrimos muchas veces.
Pues bien, en EE.UU. pululan
lobistas obsesionados con la opresión racial. Y, lo mismo que el psicoanalista
que ve penes y vaginas por doquier, estos combatientes del racismo ven muchas
veces supuesto racismo, donde en realidad no lo hay. Una imagen como la que
publicó De Generes al final se convierte en algo parecido a un test de
Rorscharch: se ve lo que se quiere ver.
Si acaso, las más ofendidas por la
imagen no deberían ser los negros, sino las propias mujeres. Bolt es retratado,
no como una bestia de carga, sino como un viril atleta que viene a rescatar y
llevarse a la princesa que pasivamente espera en la torre del castillo. Este
tema, desde Barba Azul, hasta Mario Bros, ha molestado mucho a las
feministas, y con justa razón. En EE.UU., no obstante, hay muchísima más
híper-sensibilidad en torno a temas raciales que en torno a temas de género, y
eso hace que la lectura feminista de esta imagen sea menos relevante que la
lectura racial.
Todo esto es profundamente
destructivo para esa sociedad. Los celotas de la lucha anti-racista que
reprochan a DeGeneres, al final, no hacen más que contribuir aún más al
racismo. Pues, si algún blanco tiene la disposición de acercarse a los negros y
promover la integración, con casos como éste, eventualmente sentirá un gran
temor de tener amigos negros, no vaya a ser que los ofenda inadvertidamente con
cualquier comentario insignificante. Ante tanta híper-sensibilidad, la
respuesta más natural del ciudadano común es más bien el acentuar aún más la
segregación.