Hace algún
tiempo, mi amigo, el sociólogo venezolano Gendrik Moreno, me narraba sus admirables
experiencias como facilitador de construcción de viviendas entre las
comunidades de la etnia wayúu en Venezuela. Pero, Gendrik me confesaba que, en
ocasiones, tenía dificultad para que algunos wayúu entendieran principios básicos
de construcción, y él me preguntaba si yo opinaba que, quizás, hubiese una
explicación biológica de esto; a saber, si los cerebros de los wayúu son
distintos de los cerebros del resto de la gente.
En aquel
momento, yo respondí enfáticamente que no. Teorías como ésas fueron
formuladas en el siglo XIX por los pseudocientíficos raciales, y hoy han sido
totalmente refutadas. En tanto universalista, yo creo firmemente en la unidad
biológica de la especie humana, y creo que las diferencias biológicas entre los
seres humanos son superficiales (color de piel, forma de la nariz, etc.), pero
no sustanciales (constitución del cerebro, etc.). Contrario a los teóricos
racistas del siglo XIX, me parece perfectamente plausible que un niño wayúu,
sujeto a la educación occidental desde joven, pueda convertirse en un físico
ganador del premio Nóbel.
Pero, la
inquietud de Gendrik me dejó con alguna duda. Pues, en más de una ocasión, me he
encontrado con profesores de lógica y matemática que me señalan que, por regla
general, los wayúu tienen más dificultad en comprender operaciones lógicas
elementales. Yo he tenido estudiantes wayúu, y nunca me he encontrado que
tengan dificultades especiales de aprendizaje (más allá que las que puede tener
cualquier estudiante universitario), pero otros colegas sí parecen señalar
esto. ¿Se trata esto de un prejuicio colonialista? ¿Son los pueblos no occidentales
menos aptos para las operaciones lógicas? ¿Tienen intrínsecamente un grado
menor de racionalidad?
A simple
vista, parece tentador admitir sencillamente que, una sociedad que construye
rascacielos es más avanzada que una sociedad que construye bohíos; una sociedad
que cura el cáncer con quimioterapia es más racional que una sociedad que
invoca espíritus para alejar enfermedades, etc.; una sociedad que produce matemáticos
que descubre teoremas es más racional que una sociedad que no puede contar más
allá del tres.
Pero, no han
faltado antropólogos que disputan esto. Probablemente el más célebre de estos
antropólogos sea Claude Levi Strauss. Su teoría de la ‘unidad psíquica de la
especie’ postula que, no sólo todos los seres humanos tenemos básicamente el
mismo cerebro, sino que también, todos pensamos fundamentalmente en los mismos
términos, y así, el razonamiento lógico no es exclusivo de la civilización
occidental. Todos los seres humanos pensamos con el mismo grado de
racionalidad. La diferencia, opina Levi Strauss, está en que los modernos
razonamos más con elementos abstractos, mientras que pueblos como los wayúu, razonan
más con elementos concretos, pero esta diferencia no elimina el hecho de que
todos empleamos la racionalidad.
Quizás los wayúu no
hayan producido un Pitágoras que logre descubrir que, en triángulo con un ángulo
recto, la sumatoria de los cuadrados de los lados que conforman el ángulo recto
sea igual al cuadrado del tercer lado. Pero, los wayúu producen versiones de
mitos con variadas permutaciones, o tienen un complejo sistema de parentesco
(mucho más complejo que el occidental), y eso confirma la hipótesis de que, los
wayúu no utilizan una lógica abstracta (como en el teorema de Pitágoras), pero
sí utilizan una lógica de lo concreto (como en la mitología o el parentesco).
Así pues, no existe
una diferencia sustancial entre el pensamiento llamado ‘primitivo’ y el
pensamiento moderno, y ambos tienen el mismo grado de racionalidad. Levi
Strauss en buena medida pretendía una refutación de un antropólogo de una
generación anterior a él, Lucien Levy Bruhl. Este antropólogo de sillón (a
diferencia de Levi Strauss, Levy Bruhl nunca convivió con pueblos no
occidentales) opinaba que la mentalidad de los pueblos tribales es ‘pre-lógica’,
en tanto son incapaces de realizar operaciones lógicas elementales. Mediante
sus análisis de sistemas de parentesco y mitología, Levi Strauss pretendía
demostrar, contrario a Levy Bruhl, que estos pueblos no tienen una mentalidad
pre-lógica, sino que sencillamente, emplean la racionalidad con elementos
concretos.
Los análisis de
Levi Strauss son dignos de admiración, y ciertamente, las tesis de Levy Bruhl
han sido enterradas en el olvido. Hay quizás, además, un tufo colonialista en las
tesis de Levy Bruhl: la implicación de sus tesis es que nosotros los
occidentales somos racionales y analíticos, mientras que los no occidentales se
comportan más como niños, y eso podría justificar que los conquistemos y los
sometamos a regímenes colonialistas, mientras los impregnamos de racionalidad.
Pero, yo no
desecharía tan velozmente las teorías de Levy Bruhl. Quizás, los pueblos
tribales sí tengan una forma de pensamiento menos racional que la nuestra. Levy
Bruhl fue un antropólogo de sillón, pero otros etnólogos han hecho extensos
trabajos de campo, y han formulado teorías similares a las de Levy Bruhl.
El más destacado de
éstos es C.R. Hallpike. Hallpike parte de los adelantos teóricos de Jean
Piaget. Como se sabe, Piaget postuló que, en el desarrollo cognitivo de los
niños, se atraviesan varias fases. En las primeras fases, hay ciertas
operaciones mentales que a los adultos nos resultan muy elementales, pero que
los niños tienen dificultades en realizar. Quizás la más célebre es la llamada ‘capacidad
de la conservación’, la cual es fácilmente ilustrada con un experimento: si tomamos
dos vasos, uno fino y alargado, y otro grueso y bajo, y transferimos agua de un
vaso a otro, sostendremos que la cantidad de agua es la misma. Pero, los niños
menores de siete años no llegarán a esa conclusión: la mayoría opinará que el
vaso fino y alargado tiene más agua que el grueso y bajo. Piaget formuló otros
experimentos un poco más complejos que someten a prueba otras habilidades
mentales, y así formuló su célebre teoría de los pasos del desarrollo
cognitivo.
Pues bien, Hallpike
y sus seguidores han procurado aplicar estos experimentos a adultos de pueblos
tribales. Si Levi Strauss está en lo cierto, los adultos de pueblos tribales no
tendrían dificultad en razonar correctamente, pues estos exámenes no tratan
sobre conceptos abstractos, sino sobre situaciones concretas muy puntuales. Pero,
la evidencia parece refutar la postura de Levi Strauss. Sorprendentemente, los
adultos en pueblos tribales tienen mucha más dificultad en responder correctamente
a estos experimentos. Ignoro si estas pruebas han sido aplicadas a adultos wayúu; ciertamente los wayúu que he conocido son personas tan intligentes como cualquier otra persona, pero por otra parte, éstos son wayúus que han recibido educación occidentalizada.
En todo caso, Hallpike postula
que el nivel de razonamiento de los adultos en pueblos tribales es en muchas
dimensiones fundamentalmente el mismo que el de los niños de siete años en
sociedades modernas. Esto no quiere decir que los pueblos nativos se comporten
como niños en todas sus facetas. Pero, si Hallpike está en lo cierto, entonces sí
hay algo de verdad en la idea colonialista de que los nativos de Tercer Mundo son
más infantiles que los ciudadanos de sociedades modernas.
Como yo, Hallpike
rechaza la idea de que los wayúu (o cualquier otro pueblo indígena) tengan
cerebros sustancialmente distintos. Pero, entonces, ¿cómo explicar las
diferencias sustanciales en el modo de pensar? Seguramente se deba a variables
ambientales. Por muchos factores, los pueblos tribales no han sentido la presión
para emplear el razonamiento lógico que sí se emplea en la sociedad moderna. Y,
así, las habilidades para el razonamiento no estarían tanto condicionadas por
la estructura cerebral (a pesar de que no debe descartarse una base para ello),
sino en la influencia del ambiente educativo. Bajo la hipótesis de Hillpike, seguramente,
antes de la aparición de las grandes civilizaciones humanas, nuestra especie no
estaba en posición de articular óptimamente la habilidad psicológica de la
conservación, documentada por Piaget.
Todas estas hipótesis,
por supuesto, están apenas en un nivel tentativo, y queda mucho por averiguar y
discutir. Pero, hacemos bien en no desechar definitivamente la teoría,
originalmente formulada por Levy Bruhl, según la cual, hay una diferencia
sustancial entre la mentalidad moderna y la mentalidad tribal, y que la segunda
sencillamente no opera en términos lógicos. Algunas personas han postulado que la
hipótesis de Levy Bruhl es racista, pues degrada a los nativos. Frente a esto,
urge apreciar que la hipótesis de Levy Bruhl no es racista, pues no invoca una explicación biológica al respecto
(‘raza’ es un concepto biológico). Y, precisamente puesto que el origen de la
diferencia sustancial entre ambos tipos de mentalidades no es biológico, es perfectamente viable que un niño procedente de
una tribu indígena, pero educado bajo parámetros occidentales, desarrolle perfectamente
una mentalidad lógica y racional.
Quizás mis colegas
profesores sí tengan alguna dificultad en enseñar lógica a los indígenas
adultos, pues éstos piensan de un modo ajeno a la lógica. Pero, si esto fuese
así, me inclino a pensar que esto no se debe a que su cerebro es distinto. Se
debe sencillamente a que su modo de vida y educación inicial no ha fomentado suficientemente
las habilidades cognitivas. Quizás ya sea difícil revertir esto en los adultos,
pero los niños indígenas ciertamente tienen el cerebro lo suficientemente
flexible como para desarrollar las habilidades cognitivas del desarrollo. La
lección que nos ofrecerían los estudios de Hallpike, no obstante, es que esto
no sería posible sin una educación moderna. Por ello, urge extender las
escuelas de inspiración occidental, a los pueblos indígenas.
Un tema difícil y polémico, me hace recordar el efecto Flynn, que es el hecho de que el cociente intelectual aumenta considerablemente en cada generación a pesar de no haber cambios genéticos significativos así. Para mí, definitivamente la cultura influye mucho en la inteligencia.
ResponderEliminarGracias por el comentario. Ciertamente, el efecto Flynn ha sido documentado extensamente, y eso pareciera refutar que exista una correlación entre razas (como atributos biológicos) e inteligencias. No obstante, la hipótesis que planteo acá es que, si acaso los indígenas no occidentalizados son menos racionales, es debido a circunstancias sociales.
EliminarManifiesto una inquietud: ¿No sería posible que el indígena promedio tenga realmente inconvenientes para el pensamiento lógico, pero que existan, aún así, individuos dotados de un poder racional destacado en el interior de sus comunidades? Después de todo, tanto el viejo libro de Paul Radin ("El hombre primitivo como filósofo") como las recientes investigaciones de Odera Oruka y compañía ("African Sage Philosophy"), parecen apuntar en esa dirección. Y, según se expone en dichas obras, los "filósofos primitivos", serían gente que no habría pasado por las instancias formales de la educación occidental o moderna.
ResponderEliminarHola, sí es posible que, entre los indígenas, haya individuos excepcionales con más poder racional que el resto.
EliminarYo no descartaría un sustento biológico, pero no por razones de determinismo genético, sino debido a la plasticidad cerebral. Un contexto sociocultural distinto incidirá de forma distinta en la forma en la que se desarrollará el cerebro y, en consecuencia, un individuo fortalecerá, o no, ciertas áreas del cerebro asociadas a distintas facultades.
ResponderEliminarSí, al final, todo lo mental es biológico, cada pensamiento tiene un sustento neuronal. Pero, cuando hablamos de "bases biológicas", se entiende en un sentido genético.
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