jueves, 10 de diciembre de 2015

El caso de O.J. Simpson, 20 años después

            Este año se cumplen 20 de la exculpación de O.J. Simpson. Aquel juicio no tuvo mucho impacto en el mundo de habla hispana, pero sí fue un acontecimiento cumbre en la sociedad norteamericana. En 1995, yo vivía en el estado de Michigan, y sentí de cerca la relevancia de este juicio. Los suburbios de Detroit (donde yo vivía) son zonas de alta tensión racial, y el juicio a Simpson tuvo una importantísima dimensión racial. Si bien yo era adolescente, seguí de cerca aquellos acontecimientos, y su desenlace influyó significativamente en mis opiniones respecto al estado de las relaciones raciales en EE.UU.
            Simpson, un atleta negro  exitoso, fue señalado de haber asesinado a su esposa Nicole, una blanca. Había un océano de pruebas en su contra: ADN, historial de violencia doméstica, piezas de vestimenta, etc. Increíblemente, además, Simpson se había dado a la fuga (en una infame persecución televisada), lo cual añadía aún más a la sospecha de su culpabilidad.

            Ante una posición tan difícil, los abogados de Simpson optaron por introducir el elemento racial en su defensa. Según sus abogados, Simpson era víctima de un complot policial racista para culparlo de homicidio. La ciudad de aquellos acontecimientos, Los Ángeles, unos años antes había vivido disturbios porque unos policías blancos habían dado una paliza a un hombre negro, Rodney King, y un jurado (en su mayoría compuesto por blancos) los absolvió. Teniendo estos desafortunados antecedentes, los abogados de Simpson astutamente se aseguraron de que el jurado del caso de Simpson fuese en su mayoría negros. La mesa estaba servida para proponer su teoría de la conspiración sobre el complot policial.
            Al principio del juicio, el elemento racial no fue tan preponderante. Pero, eventualmente, salió a relucir que el principal detective del caso, Mark Fuhrman, era un racista. Años atrás, Fuhrman había grabado unas cintas, en las cuales él utilizaba epítetos raciales. Con esto, el jurado quedó convencido de que el complot era real, y terminó por absolver a Simpson. Cuando se anunció la absolución de Simpson, el pueblo negro norteamericano estalló en alegría.
            En realidad, las cintas de Fuhrman eran meramente situaciones ficticias que el detective había grabado como material para una posible película. En otras palabras: Furhman sencillamente estaba actuando en un sketch, pero su actuación se asumió como prueba real de su supuesto racismo.        
Es cierto que, en aquel juicio, hubo algunas cosas extrañas. Por ejemplo, se pidió a Simpson que se pusiera los guantes que el asesino utilizó, pero le quedaban demasiado pequeños. A partir de eso, la defensa convenció al jurado de que Simpson no podía ser el asesino (en realidad, es perfectamente normal que los guantes de cuero se encojan). El jurado prefirió ignorar la montaña de evidencia que apuntaban a Simpson como el asesino.
El juicio a Simpson dividió a la sociedad norteamericana en torno a líneas raciales. La abrumadora mayoría de los blancos opinaban que Simpson era culpable; la abrumadora mayoría de los negros opinaban que era inocente. Pero, las encuestas revelaban un dato perturbador: un sector de los negros admitía que, aun si Simpson mató a su esposa, ella se lo merecía.
Pronto, la actitud mayoritaria entre los negros era que aquel juicio no trataba sobre un asesinato. El juicio en realidad era sobre la dignidad del pueblo negro. Simpson pasó a ser un héroe, pues su figura serviría como protesta frente a siglos de racismo, y más específicamente, frente al caso de Rodney King unos años antes. Al pueblo negro pronto le importó poco si Simpson era culpable o no; mandó a la mierda la evidencia. Lo importante era absolver a un negro acusado por blancos, aun si era culpable.
El caso tuvo un impacto en mí, pues descubrí la enorme corrupción que hay en el liderazgo negro norteamericano. Los abogados de Simpson (en especial Johnny Cochran, un hombre bastante acomodado) emplearon el chantaje racial para liberar a un asesino, y lograron su objetivo.
Esto, vine a comprender, es apenas un microcosmos de lo que ocurre en la sociedad norteamericana. Hay hoy una industria de los derechos civiles entre los negros, que acusa a mansalva a todos los demás de ser racistas, para chantajear y extorsionar.  La lucha original de Martin Luther King Jr. (quien se enfrentó a una discriminación muy real), ha sido traicionado por líderes como Jesse Jackson y Al Sharpton, quienes hoy tienen muchísimo más poder que el que tuvo King, pero quienes denuncian muchas situaciones supuestamente racistas que, en realidad, no lo son ni por asomo.

El pueblo negro en EE.UU. sigue en una situación lamentable: altos índices de pobreza, presencia en las cárceles, etc. Pero, a diferencia de lo que ocurría hace cinco décadas en la época de Martin Luther King Jr., yo no creo que el racismo siga siendo un factor relevante en esta tragedia. Mucha más responsabilidad tienen líderes como Jackson y Sharpton quienes, al denunciar racismo donde no lo hay, incentivan en el pueblo negro una actitud irresponsable, más dada al chantaje racial que al esfuerzo y la disciplina. Los líderes negros, al tomar a un asesino como héroe, envían un claro mensaje a sus seguidores: puedes violar las normas, siempre y cuando utilices el chantaje racial como arma para tu defensa.

8 comentarios:

  1. Hola de nuevo:
    1. Yo escuche que hace poco volvieron a enjuiciar a O.J. Simpson y en ese ultimo juicio lo condenaron a cadena perpetua ¿verdad?
    2. Ademas de M.L.K. agregaria a Malcolm X como otro activista de los derechos que era por asi decirlo lógico y coherente, ya que si bien en u principio mantuvo ideas racistas, ya después cambio sus ideas (luego de hacer el Hadj que afirmó que veía musulmanes blancos de ojos azules) y terminó siendo traicionado por su pueblo, dicen que fueron miembros de la nación del islam los que lo mataron

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    1. 1. Un par de años después del infame juicio, hubo una demanda civil de las víctimas contra Simpson, y Simpson perdió el juicio. Más recientemente, Simpson fue juzgado por haber entrado violentamente a un hotel. No se le condenó a cadena perpetua, pero sigue en la cárcel.
      2. No tengo simpatías por Malcolm X, ni siquiera después de abandonar sus ideas racistas. Malcolm X proponía métodos violentos de liberación. En efecto, se sospecha que la propia Nación del Islam, con Farrakhan a la cabeza, ordenó su asesinato.

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  2. Un post interesante; sin lugar a dudas, acá en América Latina no se es muy consciente de lo determinante y crucial que fue el juicio de O.J. Simpson por esas tierras, juicio que incluso fue más televisado y más visto que el Mundial de Fútbol que (desafortunadamente, en términos de difusión y rating) se jugaba por allá.

    Sin embargo, quisiera hacer algunas aclaraciones. La famosa y dramática escena de O.J. Simpson tratando en vano de colocarse los guantes no fue relevante para el jurado, como suele creerse, puesto que sabían bien que pueden encogerse, sino más bien fueron las irregularidades del caso, que (hay que admitirlo), fueron brillantemente explotadas por el “dream team” jurídico de O.J. Simpson; como ser el hecho de que se encontró ADN que no debería estar en la escena del crimen.

    Este hecho, junto ciertas inconsistencias en los testimonios de los especialistas forenses y criminólogos, acrecentó la figura de que la policía había plantado la evidencia (y no hubiera sido la primera vez que lo hacían) para inculparlo a él; al no haber testigos, y siendo la evidencia ahora puesta en duda, fue la absolución para O.J. Simpson. No niego para nada que hubo componentes raciales, sólo digo que no fueron tan preponderantes como se piensa, y que al fin de cuentas hubo muchas irregularidades; O.J. Simpson le debe más su victoria a sus acusadores, que no supieron preparar bien el caso.

    Cosas que esas y más se pueden ver en el documental de la CNN sobre el caso: https://www.youtube.com/watch?v=XU2V7Hzead4

    Un último detalle, el abogado defensor de O.J. Simpson le preguntó a Fuhrman si en los últimos diez años había pronunciado la palabra nigger, no se le estaba acusando propiamente si era racista o no, es decir, si decía la susodicha palabra en serio o no, SÓLO si la había dicho o no; al haberla dicho, había mentido bajo juramento, independientemente de si era racista o no, una trampa brillante vale admitir, para tener en cuenta que se debe tener cuidado en cada palabra que se dice en un juicio, sobre todo en Estados Unidos.

    Saludos.

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    1. Sí, es cierto todo lo que dices. Acá en América Latina, estamos acostumbrados a decir "negro" con cariño. Pero, en EE.UU., la sensibilidad en ese tema es grandísima. Y, por ello, supongo que Fuhrman prefirió evitar siquiera admitir que había usado esa palabra, aún si no era en serio. Lo pagó caro.
      Por otra parte, el hecho de que Simpson siguió delinquiendo y hoy está tras las rejas, me parece claro indicio de que, en realidad, sí fue capaz de cometer aquella atrocidad.

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  3. Perdón, pero no puede evitar acordarme de esto:

    http://opuscrisis.blogspot.com/2010/02/chavez-y-oj-simpsom.html

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  4. Estoy de acuerdo con que Al Sharpton y Jesse Jackson enviaron un mal mensaje a la población.
    Sin embargo su escrito es muy acrítico. Primero decir que el racismo no es un tema relevante hoy en día es una mentira. Entre otras cosas la reticencia a mostrarles casas en buenos barrios a gente de color ha ayudado a que estos terminen en los peores barrios. Hoy en día el racismo puede ser menor, pero la situación de los negros es consecuencia de esa discriminación.
    Por una parte usted crítica a los negros que creían que era inocente sólo por ser negros¿Y la población blanca qué? Leyeron todas las pruebas y terminaron analizando que era culpable. Muchos sí, pero dudo mucho que todos. Esa crítica está ausente.

    En otra publicación usted decía que era muy importante que ciertas situaciones injustas no dejaran que otras más injustas distrajeran a la gente (fatwa envy).
    Estoy de acuerdo.
    Usted crítica mucho a la acción afirmativa, a los líderes negros de EU, a los chantajistas raciales¿Dónde están las críticas a los genuinos racistas, a los xenófobos, a los líderes consevadores blancos, a los que se excusan en decir que no diferencian de acuerdo a los colores de piel (sólo cuando se le dan becas a alguien por negro) pero se quedan absurdamente callados cuando por tener un nombre negro en una aplicación de trabajo se le niega el mismo a una persona?
    ¿Dónde están esas críticas?¿Sus experiencias personales lo han formado tanto que sólo le permiten criticar eso que vivió pero no otro tipo de injusticias que usted sabe que existen?
    Lo último:
    Si esas críticas son menos que las que usted les dedica a los afroamericanos la pregunta es,¿Por qué?

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    1. Gracias pro comentar.
      1. Yo sí sostengo que la relevancia del racismo en EE.UU. se exagera en los medios, y en las campañas de chantaje racial de líderes como Sharpton.
      2. Yo no veo discriminación en la asignación de casas en EE.UU. Ciertamente, los negros viven en peores condiciones. Pero, eso no es evidencia ni de racismo ni de discriminación. El mero hecho de que un colectivo no ocupe las más altas posiciones en una sociedad, no es evidencia de racismo. Thomas Sowell (un autor negro norteamericano) ha mostrado muy bien que ese lamentable estado de los negros en EE.UU. puede deberse a muchos otros factores que poco tienen que ver con el racismo.
      3. Yo francamente no creo que la mayoría de la población blanca norteamericana tuviera una motivación racial al pensar que Simpson era culpable. Ese juicio fue televisado, y estuvo a la luz de cualquier persona racional, que había muchísima evidencia en contra de Simpson.
      4. Yo no veo mucha evidencia de que, en 2016, en EE.UU. haya blancos que no den trabajo a alguien por el mero hecho de ser negro. Es muy tentador anticiparse y decir que a Jamal o a Jevon le negaron el trabajo por su color de piel, pero para propiamente alegar que se trata de discriminación racial, deben controlarse muchas otras variables, y yo no veo que eso se haga con frecuencia. Es cierto que algunos estudios controlando variables sí sugieren que esa dicriminación existe. Pero, no es evidencia contundente. Y, en todo caso, aún si esa discriminación existiese, no sería del todo irracional por parte del empleador blanco. Pues, lamentablemente, el empleador quiere evitar riesgos, y si percibe que Jamal o Jevon forman parte de un colectivo con alto riesgo de irresponsabilidad, comprensiblemente no querrán asumir el riesgo de emplearlos. Es la misma discriminación racional que aplican las compañías de seguro cuando deciden no conceder pólizas de automóviles a gente de mayor riesgo, como los adolescentes.
      5. Confieso que mis experiencias personales han perfilado mis opiniones. Pero, también he hecho un esfuerzo por considerar los datos de forma general. Y, al revisar con detenimiento los datos, no veo mucha evidencia de discriminación. Sí veo evidencia de que los negros en EE.UU. están en una difícil posición social. Pero, insisto, eso no es necesariamente evidencia de discriminación.

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