MARTIN, Michael. Alegato contra el cristianismo. Pamplona: Laetoli. 2007
En la Alta Edad Media, antes de la Reforma Protestante, ya se conformaban considerables esfuerzos por reformar a la Iglesia Católica. Desde hacía tiempo se venían denunciado las ventas de indulgencias, la hipocresía del clero, etc. Pero, ya en el siglo XVI, Lutero se propuso algo más ambicioso: no sólo criticaría las prácticas corruptas de la Iglesia, sino también buena parte de sus creencias por considerarlas ajenas a la Biblia (como si, el hecho de que unas creencias estén inscritas en la Biblia inmediatamente las hace aceptables).
Pues bien, el ateísmo contemporáneo está en necesidad de algunos Luteros. Hoy, las críticas al cristianismo tienden más hacia la denuncia de los casos de pedofilia, la homosexualidad reprimida de los curas, o al desinterés clerical por la justicia social. Son el tipo de críticas que Marx y Nietzsche levantaron en contra del cristianismo, y que no están dirigidas propiamente al contenido de las creencias, sino a sus efectos. Pero, a decir verdad, todas estas críticas son muy débiles, pues no van al corazón del cristianismo, a saber, que existe Dios, y que éste encarnó en la persona de Jesús de Nazaret. Como hizo Lutero en el siglo XVI, es urgente criticar, no meramente a la institución de la Iglesia, sino el contenido de sus enseñanzas.
Ya Bertrand Russell había intentado algo parecido con su ameno Por qué no soy cristiano, pero este libro no era lo suficientemente sistemático (de hecho, era apenas una colección de ensayos dispersos sobre el tema de la religión). Michael Martin, por su parte, se ha propuesto una crítica sistemática de las principales doctrinas del cristianismo. Para ello, examina con mucho rigor los principales enunciados de los principales credos (apostólico, niceno y atanasiano) del cristianismo.
Ya Martin tiene cierta fama con su Atheism: A Philosophical Justification, en el cual, casi de forma enciclopédica, critica minuciosamente cada uno de los argumentos a favor de la existencia de Dios, y promueve argumentos en contra de la existencia de Dios. En Alegato contra el cristianismo, no se ocupa propiamente de la existencia de Dios, pero sí de las principales doctrinas cristianas. Martin oportunamente señala los problemas epistemológicos de la fe: aceptar algo por fe (a saber, en ausencia de evidencia) conduce a un relativismo pernicioso. Critica a autores que han abrazado como una virtud a la fe (en especial Kierkegaard y su enaltecimiento de Abraham), y opina que la llamada ‘epistemología reformada’ de Alvin Plantinga, la cual postula que debe aceptarse la existencia de Dios como un axioma, también conduce al relativismo, pues, si aceptamos como axiomático que Dios existe, ¿por qué no aceptar como axiomático que existe una Gran Calabaza cósmica?
Asimismo, Martin alega tener serias dudas sobre la existencia de Jesús. Basándose en el historiador G.A. Wells, Martin alega que no hay buenas razones para admitir que hubo un Jesús histórico: no hay fuentes contemporáneas no cristianas que lo mencionen (la de Josefo es seguramente una interpolación), Pablo casi no da detalles sobre la vida de Jesús, y éste tiene paralelos con otras deidades mediterráneas.
Por mi parte, me parece que en este punto, Martin exagera un poco. Si bien me queda alguna pequeña duda respecto a la historicidad de Jesús, creo que sí podemos confiar en ella (como, de hecho, asumen muchos biógrafos e historiadores seculares). El hecho de que se narra que Jesús fue crucificado hace pensar que se trata de una historia real, pues nadie inventaría un mito sobre un dios que sufre una muerte tan humillante. A Martin le falta aplicar aquello que los historiadores llaman el ‘criterio de la vergüenza’: cuando se narra una historia vergonzosa para los mismos narradores, es seguramente histórica.
Si acaso Jesús existió, esgrime Martin, no podemos aceptar los relatos sobre su resurrección. Martin invoca razones de sobra: los relatos evangélicos sobre la resurrección son dispares entre sí, no hay una crónica confiable de testigos presenciales, los evangelios están cargados con intenciones teológicas que nos hacen sospechar de su veracidad. Mucho alarde se ha hecho de la historia del sepulcro vacío, pero Martin expone buenas razones para sostener que probablemente nunca hubo un sepulcro vacío. Respecto a las apariciones de Jesús, Martin opina que se trata de alucinaciones, y si bien las alucinaciones colectivas no suelen ocurrir, sí han sido documentadas en varias ocasiones.
Martin también ataca el nacimiento virgen. De nuevo, advierte que los dos relatos sobre el nacimiento virgen (Mateo y Lucas) son dispares entre sí, y en el caso de Mateo, probablemente procede de una traducción errónea del libro de Isaías. Además, Martin critica la aceptación de cualquier hecho milagroso, y para ello, invoca el célebre argumento de Hume: el falso testimonio sobre el milagro siempre será más probable que el hecho milagroso en sí.
Respecto a la creencia en la segunda venida de Jesús, Martin también la considera irracional, entre otras cosas, sencillamente porque Jesús en los mismos evangelios anuncia que llegaría antes de que esa generación pasara y, por supuesto, nada de eso ocurrió, en vista de lo cual no hay motivos para seguir esperando su regreso.
Martin también dirige su atención a los problemas filosóficos derivados de la doctrina de la encarnación (según la cual, Dios se hizo hombre en la persona de Jesús). Si bien Martin no lo menciona, todos estos problemas recapitulan las disputas del siglo V respecto a las naturalezas de Cristo. Y, por supuesto, Martin añade una dosis de sentido común y postula que, sencillamente, la doctrina de la encarnación en incoherente.
Tampoco acepta Martin la supuesta perfección moral de Jesús, y como corolario, añade que la ética cristiana no es plenamente valorable. Hay, por supuesto, aspectos loables en la ética cristiana, pero éstos no son originales del cristianismo, antes bien, ya tienen muchos precedentes. Hay, además, un aspecto sumamente desagradable en la prédica de Jesús: la continua amenaza con el fuego infernal, muy alejado de la persuasión racional. Además, mandatos como la entrega incondicional de la otra mejilla, pueden resultar sumamente perjudiciales, en vista de lo cual carece de justificación.
También critica Martin la doctrina cristiana de que es necesaria la fe para salvarse. Hay mucha gente que no ha tenido oportunidad de escuchar sobre Jesús, y por ende, no ha tenido fe en él. Sería sumamente injusto que Dios condene a esta gente, y Martin denuncia este hecho.
Uno de los capítulos más interesantes del libro es el 8. En el siglo XX, ha habido un intento por acercar al cristianismo a la mentalidad moderna, a saber, la llamada ‘teología liberal’. Ésta consiste en alegorizar muchos pasajes bíblicos, rechazar algunas doctrinas y postular que el cristianismo es una religión revelada, pero en el sentido de que ofrece un supuesto mensaje profundo y liberador. Martin critica a estos teólogos (en especial a Rudolf Bultmann), reprochándoles su falta de claridad en sus conceptos de ‘Dios’ y ‘salvación’.
Por último, incluye Martin un apéndice en el cual critica la teoría del mandato divino (aquella que postula que la diferencia entre lo bueno y lo malo procede de Dios). Un segundo apéndice está dirigido a reseñar y criticar las teorías de la expiación (a saber, el modo en que Jesús supuestamente salvó a la humanidad con su muerte). Estas teorías son muy curiosas, pues oscilan desde aquella que postula que Dios entregó a Cristo como rescate para que el diablo liberase a la humanidad, hasta aquella que postula que Cristo murió para restablecer el honor ofendido de Dios por los pecados de la humanidad. Martin señala que ninguna de estas teorías tiene sentido.
En definitiva, Alegato contra el cristianismo es una contribución significativa. Martin es un filósofo de tradición analítica, a quien le gusta exponer y analizar formalmente silogismos. Quizás a veces eso haga que la lectura de este libro no sea muy entretenida para una audiencia general. No hay en Martin la retórica incendiaria de un Richard Dawkins o un Michel Onfray. Pero, más allá de algunos pasajes en los que se vuelve demasiado técnico, el libro está escrito en un estilo muy claro.
En Alegato al cristianismo no hay arrebatos anticlericales, ni se habla de la religión como el opio del pueblo, ni se denuncian las cruzadas o la Inquisición. De hecho, Martin podría perfectamente asumir (no sé si ése será su caso) que el cristianismo ha sido beneficioso para la civilización occidental y que la religión cumple una importante función social. Todo eso es irrelevante, por supuesto, frente a la cuestión de si son o no racionales las creencias cristianas.
El ateísmo tiene dos vertientes. Por una parte, está el ateísmo inspirado en Nietzsche, el cual no se ocupa de evaluar la racionalidad de las creencias religiosas, sino que, de forma bastante irracional, arremete en contra de los dioses y la religión instituida. Por otra parte, está el ateísmo inspirado en los ilustrados, el cual no muestra tanta animadversión a la institución de la religión, pero sí es mucho más analítico a la hora de examinar las creencias religiosas. Martin pertenece al segundo tipo de ateísmo. Y, me parece que, en sus debates frente a los creyentes, los ateos y agnósticos deberían alejarse más de autores como Nietzseche y Onfray, y acercarse más a autores como Bertrand Rusell y Michael Martin. Es hora de ir comprendiendo que la represión de la sexualidad o la pedofilia clerical no son buenos motivos para oponerse al cristianismo; antes bien, el fundamento de la oposición al cristianismo está en el contenido de doctrinas como la Trinidad, el pecado original, la resurrección, etc. En demostrar esto, me parece que Martin hace una gran labor.
Luis Vivanco menta esto:
ResponderEliminar1º: “También critica Martin la doctrina cristiana de que es necesaria la fe para salvarse. Hay mucha gente que no ha tenido oportunidad de escuchar sobre Jesús, y por ende, no ha tenido fe en él. Sería sumamente injusto que Dios condene a esta gente, y Martin denuncia este hecho.” Esto ya desde chico sabía que no era así, y me lo explicaron dos curas. Algo así: toda alma que sigue su razón natural y hace el bien en ella, se salva, por el don del espíritu [santo]. La doctrina es complicada, pero no es la cosa loca que dice el martín ese. Claro que yo cuando chico también plantee algo como que si uno podía salvarse sin creer en Cristo, para qué molestarse en ser católico. Pero es que la cuestión es de perspectiva. En lo que te mandé antes iba mejor explicado. Si tienes spaghetti y no tienes vino, igual puedes comerte los spaghetti, pero si tienes vino, sería un pecado de idiotez supina y suprema hacerlo sin vino. Y no vengas con que “Yo no tomo vino”, se trata de sentido común totalitario. Si puedes salvarte en Cristo, chévere, pero si vives en Filipinas en el siglo XXIII antes de Cristo, igual te salvas, no te vas a poner a esperar que lleguen los misioneros. Igual tienes que vivir y como ser racional. Ahora, si como ser racional pelas bola o haces tonterías, como ser racional te jodes también, ¿O acaso por ser sin Dios no se peca, ni se roba ni se mata? Igualito, vas a carcel e infierno luego. Todo esto iba mejor expuesto en el comentario que el (&%/&() blog aniquiló.
2º: Sobre “la cuestión de si son o no racionales las creencias cristianas.” Creo que de esto ya hemos hablado. Lo racional en lo humano no es como en una computadora, que está o no está, blanco o negro, X o Z, A o B. No, lo racional se da mezclado. Con las creencias religiosas no se trata tanto de si son racionales –aunque eso importa algo, claro- por ejemplo, tienen que poder ser expresadas en contenidos lingüísticos coherentes al menos en una parte substancial de las mismas. Pero con las creencias, se trata de si pueden ser razonablemente creídas o no, no de si son mera o puramente racionales, porque no lo van a ser: de eso se trata: no están regidas o determinadas por la razón, o si quieres, no solamente por ella. Entonces, tu sentencia debería ser: “la cuestión de si son o no CREÍBLES las creencias cristianas.” Y si decides que no lo son, chévere, es tu legítimo derecho. Pero no que las rechaces porque “no son racionales”, porque es como rechazar un número par porque no es impar, pero el número par no se trataba nunca de que fuera impar, de modo que es una expectativa ilegítima. Injusta diría inclusive. Se rechaza una creencia porque no te gusta (como un helado, por ejemplo) o porque no te convence, o porque no la ves necesaria o conveniente o porque no te aporta nada, ni espiritual ni psicológico, pero rechazarla por irracional es como rechazar el vodka porque tiene alcohol o rechazar a los militares porque son marciales y con órdenes y disciplina. Esto también iba mejor en el comentario que la )(/(/&/&%)((=()&(/&%)$%$R)(%$$$•%)=?)(()=?( blog eliminó.
Luis Vivanco comenta esto: El problema de algunos no creyentes es que no saben como negociar ni que hacer con la parte no racional de la existencia. Es como que creen que la racionalidad es todo o predominante. Ciertamente, ella es mucho, pero no da para todo. Un ter ...mómetro es utilíisimo para las temperaturas terrestres, pero no para llevarlo un ratico al sol. Igualmente un contador Geiger, se vuelve loco ya cerquita del sol, por las intensas radiaciones. Pero eso no significa que se chalequee el contador o el termómetro,... ni la razón. Cada cosa en su circunstancia. Uno de los pasatiempos más útiles de la filosofía por cierto es comprobar los límites y los puntos ciegos de la razón. Hasta los posmodernos en esto están de acuerdo y creo que al menos en ese punto, no les falta razón. Lo que pasa es que de la limitación de la razón deducen que ella no sirve ni existe, lo cual no me parece una deducción muy justa ni correcta.
ResponderEliminarEn este escrito vamos a estudiar la confiabilidad de la Biblia, especialmente la de los Evangelios. El tema puede ser problemático para mucha gente y pueden perder su fe por ello. A menudo, muchos investigadores que dudan de la historia de la Biblia pueden decir cosas como estas: “En el mundo real los milagros nunca habrían sucedido.” Estas declaraciones pueden influenciar la forma de pensar de la gente y hacer que digan que las cosas descritas en la Biblia son inciertas.
ResponderEliminarSin embargo, es bueno notar que declaraciones como esas no son nada nuevo: Han sido presentadas a lo largo de los últimos doscientos años. Realmente es interesante notar que cuando la teoría de la evolución de Darwin y la teoría de la era glaciar se volvieron bien conocidas, simultáneamente el criticismo bíblico comenzó a ganar terreno. Comenzaron a surgir investigadores que cuestionaron los escritos sobre la vida de Jesús y otros eventos bíblicos. Es posible que llegaran a pensar que si la creación y el diluvio no eran algo verdadero a la luz de esas teorías, no tendríamos motivos para creer la información sobre Jesús. Así que ciertamente no es por casualidad que estos tres temas surgieran casi simultáneamente.
En todo caso, es bueno que nosotros estudiemos esto. El propósito es, especialmente, ayudar a los que quieren saber más acerca de la confiabilidad de la información bíblica, y mostrar lo razonable que es confiar en la veracidad de los eventos descritos. Si estás luchando con este asunto, vale la pena que te tomes tiempo para seguir leyendo:
http://www.jariiivanainen.net/podemosconfiarenelcriticismobiblico.html
No entiendo la intención de tu comentario. Pero, no estamos de acuerdo respecto a la confiabilidad histórica de la Biblia
ResponderEliminarla realidad que lo ciento mucho pero creo que un sociólogo no sabe definir una teoría tan complicada como la de copernico siempre debemos ir a la raíz de los argumentos como positivista usted no puede creer en dios, ustedes solo creen en lo que ve un ejemplo de esto es que ser humano depende siempre de otro un ejemplo de esto es que usted depende del dinero producto de las ventas de sus libros y que ese dinero no lo convierte en un racista ECONÓMICO, ES que no le hallo la razón de ser, y darwin solo vivía de un sueño si el ser humano viene del mono porque aun no sigue evolucionando estos, y creo que no supo explicar bien la teoría de darwin y si es así donde esta el eslabón que une una especie que ha evolucionado con otro. responda eso? creo que usted que critica el racismo es un neo nazi,mi querido doctor creo que debe investigar mas y llegar a una raíz mas profunda donde se pueda sustentar una teoría como la de usted para ser sincero no le hallo ni cabeza, ni rabo a sus argumentos
ResponderEliminarErwin, la verdad es que con una ortografía tan atroz como la tuya, no puedo ni siquiera considerar refutarte.
ResponderEliminarDe hecho, ya me di cuenta que es un buen lector gracias por corregirme, esto se llama un gesto de humildad, cosas que los sociólogos no muestran y por todo lo que he leído me parece que quiere usted mi estimado doctor ocupar un lugar que no le corresponde, el cual es el lugar de Dios. Tratando de resolver los problemas de la humanidad, tratando de explicarlo con teorías basadas en teorías filosóficas que a lo mejor para sus seguidores tienen alguna razón, para mi parecen argumentos vacíos ya que la sociología va de la mano con su auxiliar que es la etnografía. Eso significa que hay que ir mas allá de las ramblas para entender más al ser humano y la sociedad, debido que éste desde que está en el vientre ya tiene derecho otorgado por los propios romanos, el cual llamaron ius-naturalis, sin embargo lo irónico del caso es que ellos no respetaban esa argumentación, podría catalogarlo igual. Pero desde mi óptica mis distinguido y erudito doctor en la ciencia de la sociología, un conocimiento, sin corazón es un conocimiento vació y de lo que expresan sus manos y su boca es igual de vacía sin sustentación por que le falta lo mas importante mi amo de la ciencias y de las letras es humildad, búsquela para que sea realmente feliz y sabio. Con cariño,APHOFIS.
ResponderEliminarComo diría mi ilustre Martin Luther King,"Nada en el mundo es más peligroso que la ignorancia sincera y la estupidez concienzuda". Buenas tardes doctor.
Si necesita conocer un poco más, acerca de la sociología puede contactarme por esta misma vía creo que mi estimado doctor su argumentación quedo refutada.Según Von Jess(2007)" El sociólogo moderno no es un simple narrador,ni un es un científico que se limita a explicar la física social,sino además, y principalmente,es un filósofo y un sabio que debe comprender el mundo en que vivimos y que aprende a concebir lo que debe ser"Pág.29,como vera doctor explíqueme ahora que le he mostratado mi verdadera faceta, quien refuto a quien?
ResponderEliminarORIGEN DE LA SOCIOLOGÍA ¿ES UNA CIENCIA O NO?
ResponderEliminarComte la creó como disciplina autónoma, le dio un nombre y te asignó un contenido determinado, pero no claro. En su libro “Cours de Phlilosophíe Positivo”, Comte empleó la expresión “física social “para designar un conjunto de conocimientos que según él, adquirían carácter positivo por su propia obra. Trato de formar así una nueva ciencia, pero no alcanzó directamente su objetivo dada su objetivo dada su confusión ideológica. Repetimos, Comte nace dentro de una familia de católica no practicantes. Por un lado fue racionalista y revolucionario; con influencia de Montesquieu, Turgot, Condorcet y Saint Simón, influencias de la época; por otro, fue conservador católico con influencia de Vico, de Maístre y de Bonald. Está imbuido de ideas profundamente positivista que determina en él la necesidad de un acuerdo con la realidad y la investigación de los hechos y de las leyes, y no con las de las causas ni con los fines, y que él consideró como la única salida intelectual que podía detener realmente aquella pavorosa e inmensa crisis social, que venia desarrollando desde hacía medio siglo en todo el occidente europeo, sobretodo en Francia. Era necesario reaccionar contra el metaficismo; había que solucionar los problemas sociales y reorganizar la sociedad; atacar aquellos problemas que habían surgido con ocasión de la profunda conmoción ocasionada por la revolución francesa, el liberalismo, el maquinismo, y en especial, la revolución industrial, y todo lo que se estaba avecinando.
Como podemos apreciar Auguste Comte, vivía un conflicto interno, la incomprensión de sus padres que a pesar de ser católicos no practicaban su vocación y por otro lado todos los sucesos surgidos en el siglo de XVIII en Francia. Surgió en este la idea de crear una supuesta ciencia que tratara de buscar una respuesta en el comportamiento humano llevándolo al extremo de crear una filosofía positivista que llenara sus necesidades de respuestas.
Este es mi pequeño aporte al estudio de una filosofía que ha sido considerada ciencia, mediante un pequeño estudio de sus orígenes recordando que la sociología no se compone sola, sino que también debe valerse de otras ciencias para poder fundamentarse. Como vera Dr. Gabriel Andrade, un verdadero profesor explica a sus estudiantes los orígenes donde la opinión de todos cuente sin ser atacado por su facilitador ya que, la función de nosotros es de aceptar todas las corrientes de pensamientos ya que nosotros no manejamos la verdad absoluta.
De igual forma, a todas aquellas personas que tengan diferencias de criterios, que no estén y que estén de acuerdo con el ilustre Dr. Gabriel Andrade pueden compartir sus opiniones en contra y a favor por mis correo electrónico, pues estoy abierto a todas las opiniones y deseoso de aprender de otros, ya que yo no me la se todas pero sus aportes son muy importante para mi pueden hacerlo, por mi correo electrónico apofis.quiroz@gmail.com.
Autor: Lcdo. Erwin J. Quiroz
disculpe mi estimado Dr. mis terrores ortográficos pero como vera todos somo seres humanos y cometemos errores eso es lo que quiero que entienda. No somos dueño de la verdad absoluta pues sencillamente esta no existe, todos manejamos una verdad. Aphofis
ResponderEliminarORIGEN DEL MAL “NIETZSCHE Y LOS TRASTRONOS DE ADOLF HITLER”
ResponderEliminarComenzamos por explicar quien fue Nietzche, Friedrich Wilhelm Nietzsche nació el 15 de octubre de 1844 en Röcken, una pequeña ciudad de la Sajonia prusiana, hijo de Carl Ludwig (1813-1849) y Franziska Oehler(1826-1897). La temprana muerte de su padre, pastor luterano, a causa de un proceso de degeneración cerebral, provocado supuestamente por una herida en la cabeza producida por una caída, obliga a la familia a abandonar la casa en que residían, para ser ocupada por el nuevo pastor, trasladándose en 1849 a Naumburgo. Allí vivirá con su madre, su hermana Elisabeth, su abuela Erdmuthe y dos tías, Auguste y Rosalie, realizando sus primeros estudios en el instituto ("Gymnasium") local, entre 1854 y 1858.
En 1858 ingresa en el internado de Pforta, que había adquirido un gran renombre en la época, y en el que se observaba un régimen estricto y tradicional, donde permanecerá hasta 1864. En esta época se desarrolla su admiración por el genio griego, leyendo sobre todo a Platón y Esquilo, así como por la música y la poesía, siendo un admirador de Hölderlin, realizando entonces sus primeros ensayos como poeta y músico, tanto respecto a la composición, (Allegro para piano, Phantasie for piano, Miserere, entre otras), como a la interpretación, llegando a ser considerable su habilidad al piano. Por lo demás, comienzan los problemas de salud de Nietzsche, sufriendo en numerosas ocasiones intensos dolores de cabeza que podían llegar a durar varios días.
En 1864 ingresa en la universidad de Bonn, junto con su compañero y amigo Paul Deussen, quien posteriormente sería profesor de filosofía en Kiel y admirador de la filosofía India y de Schopenhauer y que, pese a no compartir la futura filosofía de Nietzsche, mantendría con él una relación de sincera amistad. El Departamento de Filología de Bonn gozaba entonces de gran reputación con Otto Jahn y Friedrich Wilhelm Ritschl, quienes mantenían un larvado desacuerdo que estallaría al año siguiente, trasladándose Wilhelm Ritschl a la Universidad de Leipzig. Nietzsche se traslada también en 1865 a dicha universidad, donde permanecerá hasta 1869, siguiendo los pasos de su maestro Ritschl, continuando en ella los estudios filológicos bajo su dirección, llegando a ser su discípulo predilecto.
De esa época data su amistad con Erwin Rhode, que se irá rompiendo a medida que Nietzsche radicaliza su pensamiento, terminando en un alejamiento total. También de esta época data su admiración por la música de Wagner y su primer encuentro con el músico. La lectura de Schopenhauer y el abandono definitivo del cristianismo coinciden con su actividad como filólogo, publicando varios trabajos en el "Rheinisches Museum" por los que obtiene un gran prestigio entre los especialistas. En 1869 la Universidad de Basilea le ofrece la cátedra de Filología, ante los informes favorables recibidos por su profesor Ritschl, y antes incluso de haber obtenido el grado de Doctor, cátedra que Nietzsche ocupa en mayo de ese mismo año.
Como podemos observar igual que Comte, provenía de una familia religiosa pero a medida que crecía y por ir profundizando sus ideas egocéntricas de la grandeza por su filosofía, del super hombre teoría que manejo Hitler y la gran tragedia que aún en día hablamos de todas las atrocidades cometidas en la segunda guerra mundial, llegando a preguntarme ¿Cómo es posible que una filosofía pueda modificar a una persona? y la vez ¿Cómo un gran virus intoxica y envenena el alma a otros seres humanos?por favor! Ilustre Dr. Andrade sáqueme de esta gran duda pues estoy viendo la filosofía como un veneno a la humanidad y no como una aportadora de conocimientos. Cualquier aporte pueden hacerlo por mi correo: apofis.quiroz@gmail.com
Autor: Licdo. Erwin Quiroz
Gabriel, ¿has leído "Existió realmente Jesús", editado por Antonio Piñeiro? ¿O los libros de Puente Ojea? Yo, tras haberlo hecho, estoy convencido de que Jesús sí existió, pero ese Jesús histórico poco tiene que ver con el de la Biblia.
ResponderEliminarHola José, no he leído a Piñeiro. Sí conozco algunos libros de Puente Ojea. Yo opino que el mejor estudioso de este tema es Bart Ehrman, y recientemente publicó un libro (creo que ya salió en castellano también) afirmando la existencia de Jesús. Yo diría que el mejor argumento a favor de la existencia de Jesús es que nadie va a inventar un dios que es humillado en una cruz. A esto lo llaman el "criterio de vergüenza": si una historia causa vergüenza a quien la narra, entonces probablemente sí es verdadera.
EliminarExacto, es uno de los argumentos que he leído en esos libros, muy convincente. Otros, en la misma línea, son los que apuntan a las contradicciones internas del Nuevo Testamento e incluso dentro de los propios Evangelios. En definitiva, lo más probable es que Jesús fuera un sedicioso que pretendió liberar una rebelión contra el dominio romano, prometiendo la llegada del Reino de Dios en la Tierra a través de los gobernantes judíos; dado que el movimiento acabó en un estrepitoso fracaso, a saber, la ignominiosa crucifixión del líder, sus seguidores reescribieron la historia inventándose un final feliz: la resurrección del mismo, y con ella, toda la teología paulina de la redención, escatológica y universalista. Desde el punto de vista histórico, y conociendo la idiosincrasia del pueblo hebreo, permanentemente obsesionado por la preservación de su único y verdadero Dios, y visceralmente enfrentado a toda forma de dominio foráneo, ésta es la única interpretación con sentido.
EliminarDicho sea de paso que la raíz de la resistencia y el odio judíos hacia los distintos poderes opresores nada tiene que ver con su celo religioso, sino con intereses económicos. Dicho de otro modo: no querían darles lo que tan laboriosamente se habían ganado.
Por favor, no dejes de publicar sobre todos estos temas, porque son apasionantes.
Gracias por tus palabras. Estoy de acuerdo en casi todo lo que dices. Quizás mi discrepancia está en lo siguiente: opino que Jesús NO era concientemente un sedicioso. Los romanos sí lo interpretaron como tal, pero él no tenía la intención de organizar una rebelión (eso más bien lo hacía la secta de los zelotes; quizás uno de los discípulos de Jesús, un tal Simón, sí fue un zelote). Jesús era más bien un predicador apocalíptico: él creía que el mundo se acabaría pronto, y que el Reino de Dios llegaría abruptamente, pero sin necesidad de la acción humana. A lo sumo, había que prepararse para la llegada del Reino, pero no había que tomar acciones políticas. Tampoco creo que Jesús esperara que el Reino de Dios llegara a través de gobernantes judíos. Jesús consideraba corruptos a todos esos posibles gobernantes. Su idea era más bien que el "Hijo del hombre", una figura que llegaría entre las nubes, gobernara.
EliminarPuede ser, pero no son pocos los que sostienen que las durísimas críticas de Jesús a los líderes político-religiosos de los judíos (fariseos, saduceos, etc.) son una elaboración tardía de los evangelistas, muchos de cuyos "testimonios" son claramente ficticios (por señalar sólo uno, como dice Onfray en "Tratado de Ateología", la comparecencia de un "delincuente" judío como Jesús ante nada menos que el procurador Poncio Pilatos). En este caso, las críticas, según esos autores, serían consecuencia del progresivo apartamiento de un sector de los cristianos primitivos respecto de las tradiciones judías (el inicio del antisemitismo estaría ya ahí y en las cartas de Pablo).
ResponderEliminarConcretamente, tres datos aducidos por esos autores para defender el carácter sedicioso de Jesús, y que provienen de los propios evangelios, son:
- el hecho de que los romanos enviaran toda una cohorte (hablo de memoria) para arrestar a Jesús, quien no pudo estar acompañado sólo por una docena de seguidores, sino por cientos de rebeldes;
- la propia agresión física de Pedro contra uno de los soldados;
- la afirmación de Jesús de que no venía a traer la paz sino la espada (que luego se habrían reinterpretado en el sentido que les atribuimos actualmente), etc.
Mi opinión es que ciertamente los romanos creían que Jesús era un rebelde. Pero, los romanos malinterpretaron a Jesús (y, efectivamente, es muy poco probable que Jesús se reuniera con Pilatos). Jesús no estaba convocando a una rebelión, sino a la expectativa frente a la llegada del Hijo del Hombre y el cataclismo apocalíptico. Él creía que Dios abruptamente pondría fin al sufrimiento. Jesús no habría sido un guerrilero como el Che Guevara o Yasser Arafat, sino un predicador apocalíptico como aquellos que anunciaron que el mundo se acabaría el 21 de diciembre del 2012.
EliminarEl dicho de "no vine a traer la espada...", me parece, es un anuncio, no de la violencia que el mismo Jesús ejercerá, sino de la violencia que vendrá con el cataclismo apocalíptico.
Buenas, Señor Andrade, ¿ese criterio de vergüenza que menciona no es un poco ingenuo en este caso? Digo, la crucifixión de Jesús no fue un hecho aislado, vino acompaña de la resurrección.
ResponderEliminarSi simplemente hubiese muerto me parece que el criterio sería más convincente, no sé.
La película que más me gustó de pokemon es la primera, donde Ash muere y revive XD, si solo hubiese muerto la hubiese odiado.
Saludos.
Hola Javier, ciertamente, la crucifixión acompañada de la resurrección no es vergonzosa. Con todo, para inventar un mito, se habría formulado una muerte más heorica y apoteósica (como las de la mitología griega), y no tan humillante como la crucifixión.
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