Las
películas sobre cavernícolas son notoriamente ridículas, y son las principales
culpables de desinformar al público en materia de paleoantropología. Es común
ver en estas películas a bellas mujeres en bikinis de piel de leopardo,
acechadas por dinosaurios, e incluso, ¡con las pirámides de Egipto en el trasfondo!
Una fatal mescolanza.
Pero, en
la laguna de patos feos, siempre podemos encontrar algún cisne. Y, en el género
de películas sobre cavernícolas, ese cisne es En busca del fuego, dirigida por Jean Jacques Anad. La película
narra la historia de una tribu de homínidos (nunca queda claro a cuál especie
pertenecen) que envía a tres delegados a buscar el fuego, y tras varias
aventuras, finalmente lo encuentran.
El aspecto bufón
que suelen tener las películas sobre cavernícolas está afortunadamente ausente
en este film (aunque, no deja de haber algunas escenas con cierto aire cómico).
El film tiene una clara intención científica y divulgativa (aunque, como
veremos, no está exento de errores), pero no tiene la frialdad de un
documental, pues en la trama hay varios momentos de emotividad que mantienen al
espectador muy atento.
Los antropólogos
han señalado los errores de En busca del
fuego muchas veces. No está claro si en la película la tribu de
protagonistas son neandertales, o si más bien pertenecen a nuestra especie
propiamente, pero con menor nivel de desarrollo cultural frente a otra tribu.
Sea como sea, el encuentro entre distintas especies del género de homínidos (y
en la película aparecen varias de estas especies) no se habría dado hace 80 mil
años, como pregona la película, sino más recientemente.
Es dudoso también
que aquellos hombres no conocieran el fuego, pues ya incluso Homo erectus (la primera especie humana
en salir de África) manipulaba el fuego (aunque, por otra parte, es también posible
que algunos grupos humanos pudieron haber olvidado usarlo, como ocurrió con los
tasmanios). En la película, el protagonista se enamora de una mujer perteneciente
a una tribu más culturalmente avanzada, y esta mujer le enseña a tener sexo
cara a cara, en vista de que el protagonista estaba acostumbrado a aparearse en
la posición típica animal. La película presenta esto como una innovación
cultural, pero en realidad, los antropólogos nos informan que el sexo cara a
cara es mucho más antiguo en la evolución humana.
Si el protagonista de
la película es un neandertal (algunos aspectos faciales parecieran sugerirlo),
entonces la película afirma que hubo cruces entre neandertales y seres humanos
anatómicamente modernos, pues el protagonista embaraza a la mujer
(anatómicamente moderna) de la cual se enamora. Esto se sigue debatiendo hoy,
pero la mayoría de científicos estima que los neandertales no se cruzaron con
nuestros ancestros.
Al margen de éstos
y otros errores, la película es un deleite. Y, parte de su excelencia está no
sólo en su gran esfuerzo por hacerse científicamente creíble, sino también por
su comentario filosófico. La historia de Prometeo y su rapto del fuego siempre
ha inspirado a poetas y filósofos, y por extensión, la historia de unos
homínidos que van a la busca del fuego también sirve para reflexionar sobre
cosas profundas.
Desde el siglo XVII, la filosofía ha acudido
al experimento mental del “estado natural” para justificar ideologías
políticas. Hobbes imaginó a los cavernícolas como seres brutales y violentos,
en vista de lo cual, es necesario la intervención de un Estado fuerte.
Rousseau, en cambio, imaginó a cavernícolas solitarios, pero sumamente felices,
hasta que algún cavernícola egoísta inventó el concepto de la propiedad
privada, y desde entonces, todo se vino a la mierda.
En esta dicotomía
de escenarios sobre el “estado natural”, En
busca del fuego (y, en buena medida, la paleoantropología en genera) se
coloca más del lado de Hobbes. Entre las tribus representadas en la película
hay violencia, y la precariedad tecnológica hace la vida de muchos de estos homínidos
bastante miserable. Pero, por otra parte, aun sin Estado, entre estos homínidos
hay cooperación y empatía, especialmente ante el reto de ir a buscar el fuego.
Una de las escenas
más extrañas (pero a la vez una de las más inspiradoras) de la película, es cuando
los protagonistas descubren la risa (aparentemente algo enseñado por los
humanos más modernos): hasta ese momento, ningún miembro de la tribu se había
reído, pero luego de que uno de los protagonistas recibe un golpe en la cabeza
con una roca (un golpe nada suave, pues lo deja sangrando), la mujer
anatómicamente moderna se empieza a reír, y los otros miembros de la tribu
(presumiblemente neandertales), se ríen por primera vez en sus vidas.
En las escenas
finales, los protagonistas traen el fuego consigo, tras haber intentado robarlo
a otras tribus, pero en un arrebato de alegría, el fuego cae al agua, y se
pierde nuevamente. La catástrofe se subsana cuando el protagonista, habiendo
previamente observado a los humanos más modernos generar el fuego con el método
de la frotación de los palitos (y ayudado por la mujer anatómicamente moderna),
genera nuevamente el fuego. Esto, me parece, es una metáfora muy poderosa: la
riqueza no se consigue expropiando y quitando a los otros sus recursos, sino
más bien, aprendiendo de los demás cómo se generó esa riqueza, y así
reproducirla.
Una de mis películas favoritas. Por cierto que Desmond Morris (El mono desnudo) y Anthony Burgess (La naranja mecánica) colaboraron en el film; el primero asesorando sobre los gestos de los protagonistas y el otro inventando el lenguaje gutural.
ResponderEliminarMe sorprende el título que le das al filme: ese fue el que le pusieron en España. En Hispanoamérica se le puso "La guerra del fuego" (traducción literal de su título original en francés).
Hola amigo, gracias por escribir. Sí, la versión de la película que yo vi, es la española. Pero, en efecto, tienes razón, la traducción fiel es la hispanoamericana.
EliminarAunque coincido contigo en la valoración general, la película ha envejecido demasiado: la caracterización de los homínidos más peludos (se supone que Homo erectus) es como mínima floja. Los homínidos que conviven con los Homo sapiens son neandertales, según leí. Es una pena que ahora, cuando tenemos medios técnicos fabulosos, falle la otra parte, la del contenido, que es la buena en la película de Anad.
ResponderEliminarEfectivamente, la película se presta a confusión. Pues, después de verla, yo leí que los protagonistas son Homo sapiens sapiens (a mí me parecieron que eran neandertales, pues su anatomía era muy cercana a esa especie). Y, también es cierto que esa caracterización de Homo eretcus como peludo, es muy equivocada.
EliminarSi ahí le has dao
EliminarSi ahí le has dao
EliminarPelícula vista a mis 15 o 16 años un sábado o domingo, en el tv de la sala, con la familia reunida detrás mio.
ResponderEliminarMuy buena película, nunca más la vi y creo que prefiero que sea así.
La parte del sexo hubo comentarios detrás mío :-D
Espero que la vuelvan a pasar en TV. ¿De dónde escribes?
EliminarDesde Argentilandia... la vi hace eones, supongo que habría sido alrededor de 1985-1988 aproximadamente.
EliminarRecuerdo la escena, todos en la mesa y yo a 1m del TV, cuando aparece la escena sexual :D
Una escena así, a la tarde de un domingo dudo mucho que la veamos ahora :P
EliminarQue tal te parecio la pelicula de el ultimo neanderthal? En esta la teoria es que se extinguieron por una enfermedad traida por los humanos y ante la cual no tenian anticuerpos
ResponderEliminarNo la he visto, pero gracias por mencionarla, la voy a buscar. La teoría que mencionas es plausible, aunque presumo que, en realidad, los neandertales se extinguieron por muchos factores: sencillamente no pudieron competir contra los Cro.magnones
EliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarHola, ando buscando una película de cavernícola que solo recuerdo una escena, donde el tipo está tomando agua en un arroyo o algo así, se tira un pedo y un ciervo o animal similar sale corriendo. La ví de muy chico por eso solo recuerdo esa escena, creo que acá la había alquilado con el nombre "El eslabón perdido" pero la busqué y no es esa de 1970, así que será otra más rara, lo que creo recordar es que el cavernícola en cuestión anda solo toda la película, si mal no recuerdo. Bueno, saludos desde Argentina.
ResponderEliminarPerdón, justo poco después de formular la pregunta, he encontrado la película, efectivamente se llamaba acá "El eslabón perdido" pero su título en inglés es "Missing link" y es de 1988. Gracias y saludos.
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