El 2014
fue un año de tensiones raciales en EE.UU. En la ciudad de Ferguson, Missouri,
un policía blanco mató a un joven negro. Las especificidades del caso fueron
ambiguas, y un jurado decidió absolver al policía en cuestión. Esto produjo
motines entre la población negra.
Podemos
someter a discusión si el policía hizo lo correcto o no, y si el jurado tomó o
no una decisión equivocada. Pero, no debemos apresurarnos y saltar a alegar que
(en caso de que el policía obró mal) esto obedece al racismo. El hecho de que
un agresor tenga un color de piel, y la víctima tenga otro color de piel, no es suficiente evidencia de racismo en
un país. No estamos en la cabeza del agresor para saber si actuó así por el
mero hecho de que su víctima tenía otro color de piel.
Y, en todo caso, aún
si ese caso en particular sí estuvo conducido por motivaciones racistas,
tampoco debemos apresurarnos a negar que se trate de un caso aislado. Pues, de
hecho, en EE.UU. es mucho mayor el porcentaje de negros que matan a blancos que
viceversa, y con todo, esa estadística no se emplea para alegar que en EE.UU. los
blancos son víctimas de opresión racial.
Quienes
insisten en que EE.UU. es aún una sociedad racista, alegan que los negros son
víctimas del sistema dominado por blancos. Y, para ello, se amparan en
estadísticas que revelan que los negros se encuentran en pésimas condiciones
sociales: tiene representaciones altísimas en la población carcelaria, y
bajísimas en posiciones de ventajas en créditos bancarios, entre otras.
Pero, el
hecho de que un grupo étnico no esté acordemente representado no es racismo. Quizás, sencillamente,
ese grupo no cuenta con las calificaciones meritorias para ocupar esas
posiciones, y en una sociedad verdaderamente meritocrática, cabría esperar que
un grupo sin calificaciones meritorias, en efecto, tenga alta representación en
las cárceles y baja representación en los bancos.
De
hecho, el sociólogo Thomas Sowell (un negro) ha demostrado en su libro Intellectuals and Race que, en EE.UU.,
proporcionalmente a su población, los ciudadanos de origen asiático tienen menos representación en las cárceles, y más representación en los bancos. Esto
conduce a Sowell a preguntar: si el sistema está supuestamente dominado por
blancos que buscan privilegiar su grupo racial a toda costa y por ello oprimen
a los negros, ¿por qué, entonces, permite que los asiáticos superen a los
blancos? En realidad, sugiere Sowell, el asunto es mucho más sencillo: hay menos
asiáticos en las cárceles y más asiáticos en los bancos, porque tienen más
méritos, y el sistema, aún si fuera dominado por blancos, recompensa más en
función del mérito, y menos en función del prejuicio racial.
Sowell no
discute las estadísticas de brutalidad policial. Pero, es presumible que, aun
si se reflejara que los negros son víctimas de brutalidad policial en una
proporción mayor que los blancos, eso no sería evidencia contundente de racismo
en EE.UU. Pues, es también presumible que los asiáticos son víctimas de
brutalidad policial en menor proporción
que los blancos. De nuevo, ¿estaríamos dispuestos a aceptar que el sistema,
dominado por blancos, oprime a sus propios ciudadanos blancos y favorece a los
asiáticos? No. Es mucho más plausible pensar que, puesto que los negros
estadísticamente tienen mayor participación en el crimen, son también más
vulnerables a la brutalidad policial. Esto, por supuesto, de ninguna manera
justifica la brutalidad policial, pero sí debería colocarnos en alerta, y tener
presente que, antes de demagógicamente acusar a un país de ser racista, es
necesario evaluar bien las estadísticas.
Thomas Sowell tiene razón y es fascinante como la izquierda, y últimamente la derecha religiosa, ha utilizado las disparidades raciales para sus fines. Pensemos en la utilización del racismo como sambenito contralos adversarios. La pena de muerte en los Estados Unidos de América sigue siendo un acto de injusticia racial dice Amnistía Internacional. Los negros suman un 12 por ciento de la población, y sin embargo constituyen más del 40 por ciento de los condenados a muerte, y uno de cada tres ejecutados es negro. Lo que Amnistia Internacional no dice es que los negros representan sólo una octava parte de la población, la probabilidad de que sean víctimas de un homicidio es seis veces superior a la de los blancos; y es siete veces más probable que acaben cometiendo un homicidio.
ResponderEliminarDel mismo modo con el aborto; las negras en Estados Unidos son 4,8 veces más susceptibles de abortar que las mujeres blancas no hispanas. ¿Hay una conspiración blanca para difundir el aborto entre los negros? No, navaja de Occam, explicación más sencilla : hay mas negros condenados amuerte porque hay mas asesinos negros que blancos, y las mujeres negras tienen más abortos porque tienebn más embarazos no deseados que las blancas. Esto no significa que la pena capital o las practicas abortivas sean buenas o malas, sólo que no son racistas.
Hola Alfonso, tienes toda la razón. No obstante, algunos críticos podrán decir (y quizás yo estaría de acuerdo con ellos hasta cierto punto), que el racismo no está en el sistema penitenciario propiamente, sino en la sociedad en general. Pues, habría que considerar por qué los negros cometen más crímenes y más abortos que los blancos, y quizás parte de la explicación esté en que sigue siendo una sociedad racista. Por supuesto, esto parte de la premisa de que la sociedad empuja al individuo a cometer crímenes, y que por ende, no hay libre albedrío en la decisión de cometer un crimen, lo cual podría ser bastante cuestionable.
Eliminar