La toma
de Granada es uno de los acontecimientos más conmemorados por el nacionalismo
español. En 1492, los Reyes Católicos conquistaban Granada, el último reino moro
de la Península Ibérica. En 711, los musulmanes habían cruzado el estrecho de
Gibraltar, y con asombrosa rapidez, conquistaron las tierras ibéricas. Desde
Asturias, se inició el proceso que vino a llamarse “la reconquista”, y
progresivamente, los reinos cristianos fueron arrebatando territorio a los
musulmanes. Finalmente, en 1492, se completó aquella empresa.
Por
supuesto, difícilmente Boabdil, el último rey moro, se consideraba a sí mismo
un invasor. Sus ancestros habían llegado siete siglos antes a España, y los
musulmanes de Granada estaban tan aferrados a su tierra como cualquier
ciudadano lo está hoy con su país. Y, en ese sentido, objetivamente, no es tan
fácil pensar en la toma de Granada como una liberación. Fue más bien una
invasión de reyes expansionistas cristianos, que conquistaron con atrocidades
(sitiaron a Granada por casi un año, y la sometieron a una hambruna),
expulsaron a la población judía, e impusieron la conversión forzosa de los
musulmanes.
En la
celebración de la toma de Granada este año 2016, el partido político español
Podemos ha destacado este revisionismo histórico. Y, en ese sentido, ha
protestado en contra de las celebraciones. Podemos percibe las festividades, no
solamente como una celebración de hechos vergonzosos, sino también, como una
afronta en contra de los actuales españoles musulmanes. De hecho, Podemos no
sólo se opone a las festividades, sino que también insta a las actuales
autoridades españolas a pedir perdón por aquellos sucesos vergonzosos.
Me parece
muy bien esta sana actitud revisionista de Podemos. Las cosas deben contarse
como ocurrieron, y en la toma de Granada hubo atrocidades. Asimismo, rechazo
esa idea relativista, según la cual, los parámetros morales de hace cinco
siglos no son los mismos que los de hoy. Sitiar a una ciudad para matarla de
hambre, expulsar a minorías religiosas, y suprimir la libertad de culto, está
mal hoy, y también estuvo mal en 1492. ¿Debe pedirse perdón? Pues, sí. Si Willy
Brandt se arrodilló pidiendo perdón por los crímenes nazis en su visita a
Polonia, no veo por qué no se pueda pedir perdón por los crímenes que los
cristianos cometieron contra los moros en la toma de Granada.
El
problema, no obstante, es la típica hipocresía izquierdista de Podemos. Pues,
no es un secreto que Pablo Iglesias llenó su boca de elogios a Hugo Chávez y la
revolución bolivariana de Venezuela. En 2010, esta revolución celebró por todo
lo alto (con muchísima más pompa que las celebraciones de la toma de Granada)
el bicentenario de la proclamación de la independencia de Venezuela respecto a
España.
Los
españoles que vivían en Venezuela en 1810, lo mismo que los moros de Granada,
tampoco se sentían invasores. La conquista de América había ocurrido ya tres
siglos atrás. La expulsión de los españoles de Venezuela fue, como la de los
moros de Granada, tremendamente violenta. En 1813, Simón Bolívar emitió un
decreto proclamando que, aquellos españoles que no tomaran partido activo en la
revuelta, serían ejecutados. A Bolívar no le tembló la mano para ejecutar a dos
mil prisioneros españoles en el puerto de La Guaira en 1814. Cuando, finalmente
Venezuela selló su independencia en 1824, hubo despojo masivo de propiedades de
ciudadanos españoles, y muchos fueron deportados.
El nacionalismo
venezolano trata de endulzar estos eventos, alegando que sí se trató de una
guerra de liberación, pues la Corona española imponía condiciones de opresión.
Tienen razón. Pero, ¿justifica eso las atrocidades? El reino de Granada, y Al Ándalus
en general, contrariamente a lo que proclama la leyenda rosa, no era un paraíso
de tolerancia y libertad. Los judíos y cristianos eran ciudadanos de segunda
clase, obligados a pagar un impuesto adicional. Si eso no justifica las
atrocidades de los Reyes Católicos, ¿por qué la opresión de la Corona española
en el siglo XIX sí debe justificar los crímenes de Bolívar?
En
Venezuela, quien se atreva a solicitar al gobierno pedir perdón a España por
las atrocidades de los patriotas en la guerra de independencia, enfrenta serias
amenazas. Decir que la celebración del bicentenario ofende a los inmigrantes
españoles en Venezuela (y, vale agregar que son un colectivo bastante grande), del
mismo modo en que la celebración de la toma de Granada ofende a los musulmanes
de España, es risible en Venezuela.
Al
final, Podemos participa de la misma hipocresía de siempre respecto a los
nacionalismos. Para ellos, el nacionalismo es malo, pero sólo si se trata del
nacionalismo español. Si los vascos o catalanes quieren distorsionar la
historiografía, contando mentiras que le sirvan de provecho para sus propios
nacionalismos, Podemos lo deja pasar. Y, si Venezuela opta por celebrar
atrocidades en su guerra de independencia, Podemos se hace cómplice, elogiando
a los líderes políticos que promueven estas celebraciones.
En resumidas
cuentas, la postura de ese sector de la izquierda es muy sencilla: los
latinoamericanos, árabes y africanos, sí tienen derecho a ser nacionalistas;
los europeos y norteamericanos no. Si esto no es hipocresía, ¿qué es?
Muchos ven a Isabel de Castilla, una figura despiadada sin embargo, fue ella quien prohibió a Cristóbal Colón la venta de los pobladores del territorio americano como esclavos. Ella misma dijo, que indios americanos eran hombres libres tal como los habitantes de Castilla. Los esclavos que Colón llegó a vender fueron rescatados y devueltos a su tierra originaria de esta manera, recuperaron su libertad.
ResponderEliminarIsabel La Católica prohibió la esclavitud de los guanches en 1478, la de los indios en 1501, liberó a los solariegos castellanos en 1480 y a los payeses catalanes en 1486; según Dumont en 1492 compro los esclavos musulmanes de Castilla para emanciparlos…« quiso reformar las costumbres del clero.Isabel entrega unos 300 millones de euros actuales a los pobres. “Me admiran profundamente las normas que ella daba para [los indios, a] quienes denominaba sus súbditos. Encomendaba en todas sus cartas y en todas sus cédulas reales que tuvieran en cuenta que eran sus súbditos, y no siervos, y que amaba a sus súbditos de ultramar. Y con ese espíritu, la reina pidió que se les dieran no más de ocho horas de trabajo, que no trabajaran sábados ni domingos”.La Reina Isabel, el 29 de septiembre de 1477, al recibir la noticia de que había quienes traían esclavos de Canarias, mandó que se les tuviese libres y prohibió que se vendiesen y repartiesen. La Reina aceptó y aplicó, «como artículo de fe», la doctrina pontificia sobre la libertad de los indígenas.
La acción liberadora de la Corona en las islas Canarias prosiguió en América, como muestra la Real Cédula de 2 de diciembre de 1501, por la que los Reyes Católicos mandaron encarcelar al mercader Cristóbal Guerra por haber maltratado y vendido en Andalucía a indios que había traído como esclavos.Además de la prisión, el mercader tuvo que devolver el dinero recibido por la venta. Los indios fueron puestos en libertad y devueltos a sus comunidades.
Isabel en el Codicilo de su testamento, al mandar que en las Indias y Tierra firme del Mar Océano, descubiertas y por descubrir, fuesen cristianizados sus habitantes y que no se consintiese que los indios «vecinos y moradores» recibiesen «agravio alguno en sus personas ni bienes», y que fuesen «bien y justamente tratados». ‘ABC’ 2006-06.29 – Esp.
Autor – Don Gonzalo Anes y Álvarez de Castrillón – Doctor director de la Real Academia de la Historia-
conocereisdeverdad.org/…/…
Isabel la Católica reaccionó contra esclavitud de los indios (en 1496 Colón había viado muchos a España) mandando liberar, desde 1498, a los esclavos de los colonos en las Canarias.
Nada de eso compensa la brutalidad con que se hizo la toma de Granada.
Eliminar¿entonces el problema está en que lo pida Podemos?
ResponderEliminarYo creo que es una acotecimineto cuyo tinte nacionalcatolico sobra. Puede mantenerse como conmemoración, claro que si. Pero no con esa desconsideración hacía esos musulmanes, tan españoles (en cuanto a nacidos en el actual estado) como lo eran los castellanos, aragoneses y navarros de aquellos tiempos. A mi me llama la atención que se traten como extranjeros a Abderramán III, Averroes, Maimonides (judio), o José I Bonaparte; y no hagan lo propio con los reyes visigodos o los emperadosres Trajano, Adriano y Teodosio, o el rey Carlos I.
Si, por supuesto que el problema esta en que lo pida Podemos. Son unos hipócritas
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