Los historiadores y
sociólogos suelen recordarnos que los movimientos apocalípticos y mesiánicos
prosperan cuando hay condiciones de opresión, o al menos, cuando una minoría se
siente perseguida (aun si objetivamente no lo está). El Apocalipsis de Juan se escribió poco tiempo después de la
persecución de Domiciano contra los cristianos. La Virgen de Fátima apareció
haciendo anuncios apocalípticos cuando la cristiandad occidental temía el auge
del bolchevismo ruso, y así muchos otros casos.
Uno de los casos
más curiosos de movimientos apocalípticos en el siglo XX fue el de los “cultos
de cargo” en Melanesia. Como cabría esperar, surgió en un contexto de opresión.
En el actual país de Vanuatu, los nativos estaban sometidos a misioneros
escoceses que les imponían restricciones a su tradicional estilo de vida. Los
bailes, el adulterio y la poligamia, entre otras cosas, eran severamente
castigadas por los misioneros.
De la prédica de
los misioneros, a los nativos les interesaron especialmente las enseñanzas
apocalípticas. También se sentían muy atraídos por los bienes de consumo que
disfrutaban los occidentales, pero a los cuales ellos no tenían acceso.
Entonces, apareció un misterioso personaje nativo que les dijo a sus compatriotas
que, si dejaban de obedecer a los misioneros, él les traería todos los bienes
materiales de los cuales disfrutaban los misioneros.
Aquella promesa
coincidió con la llegada de los militares norteamericanos, durante la Segunda
Guerra Mundial. Los nativos quedaban perplejos al ver que había soldados negros
como ellos, pero que gozaban de los bienes de consumo que se negaban a los
nativos. Eventualmente, los militares norteamericanos empezaron a emplear a los
nativos en distintas labores, y les pagaban con los bienes tan anhelados.
Pero, la guerra
terminó, los militares norteamericanos se fueron, y los nativos quedaron
desencantados porque ya no recibían más bienes. Surgió la leyenda de un tal
John Frum, supuestamente el mesías que originalmente les había prometido bienes
de consumo si se alejaban de los misioneros. Ante la partida de los
norteamericanos, surgió entre los nativos el mito de que John Frum se escondía
en el interior de un volcán, y que ahora ellos debían hacer rituales para
forzar su regreso con los bienes, o como ahora lo llamaban, el “cargo”.
Los nativos
empezaron a imitar todo lo que los norteamericanos habían hecho en años anteriores.
Hicieron rifles de bambú; construyeron aviones, pistas de aterrizaje y torres
de control con cañas, se pintaban una cruz roja en el pecho (en imitación de
los médicos militares), marchaban en pelotones, etc.
Toda esta historia
es muy pintoresca por varios motivos. En primer lugar, excita mucho a la
mentalidad imperialista. Una fantasía imperialista siempre fue llegar a una
isla remota, y ser recibidos como dioses. Se ha dicho que Cortés en México, y
Cook en Hawaii, fueron recibidos como tales, pero hay dudas sobre la
autenticidad de estas historias. En cambio, los informes sobre los cultos del
cargo en Melanesia son completamente verídicos.
El otro motivo por
el cual esta historia es pintoresca, es que coloca de manifiesto cómo opera el
pensamiento mágico. Los nativos confundieron las causas con las consecuencias.
Vieron una asociación entre los ritos que hacían los americanos y la llegada de
bienes de consumo, y apresuradamente concluyeron que si se hacía lo mismo en
rituales, lograrían los objetivos planteados.
En un célebre
experimento, el psicólogo B.F. Skinner documentó cómo una paloma se va
volviendo supersticiosa cada vez que recibe comida en una jaula, al punto de
llegar a creer que algunos de sus movimientos específicos son los causantes de
que desde afuera se le otorgue comida. Los nativos de Vanuatu hacían algo muy
parecido.
Ciertamente, los nativos,
en un nivel de desarrollo cognitivo aún muy primitivo (Piaget lo habría llamado
“pre-operacional”), cometían errores básicos de razonamiento. Casos como éste
deberían ser suficientes para refutar a antropólogos como Levi-Strauss, quienes
se empeñan en sostener que todas las culturas son racionales en el mismo grado.
Pero, al mismo tiempo, deberíamos preguntarnos
si los cultos del cargo no son más racionales que la amplia gama de movimientos
apocalípticos que perduran hasta el día de hoy. La mayoría de los movimientos
apocalípticos (y, no perdamos de vista que las tres grandes religiones abrahámicas
son apocalípticas, pues todas esperan el fin del mundo) son contemplativos:
esperan pasivamente que Dios intervenga y misteriosamente resuelva las cosas.
En esto, yo valoro más a los cultos del cargo: hay en ellos un intento por
tomar control, y tratar de hacer algo para modificar las cosas. Ciertamente sus
acciones son ridículas, pero al menos está la intención de participar
activamente, y no quedarse de brazos cruzados esperando algo que en realidad
nunca llega.
Con todo, como los
melanesios, hoy hay algunos fanáticos que creen que, haciendo algunos rituales,
pueden acelerar la aparición de algún mesías. Los fanáticos judíos, aupados por
algunos fanáticos cristianos, creen que demoliendo la mezquita del domo dorado
en Jerusalén, y construyendo el Tercer Templo, se apurará el apocalipsis.
Algunos campesinos en Texas creen que criando vacas rojas, Cristo volverá más
rápido. Hay el temor (más o menos bien fundado) de que el programa nuclear de
Irán sea un intento por hacer que vuelva el Mahdi.
Pero, aun en estos
casos, yo prefiero a los cultos del cargo, y no solamente porque los melanesios
son inofensivos en sus rituales, mientras que los apocalípticos judíos,
cristianos y musulmanes pueden ser muy peligrosos. Valoro más a los cultos del
cargo, porque hay en ellos mayor inclinación a la verificación empírica. Los
nativos de Melanesia razonaban erróneamente, pero al menos partieron de una
base empírica: el mesías original (transformado luego en el legendario John
Frum) prometió algo, y esa promesa pareció cumplirse con la llegada de los
norteamericanos y su mercancía. Desde su limitado conocimiento en esa región
tan apartada, no era descabellado hacer los rituales que imitaban a los
soldados norteamericanos, con la esperanza de que volviera el cargo.
En cambio, ¿qué
indicios empíricos hay para seguir pensando, dos mil años después, que un
campesino galileo volverá a derrotar a una bestia de siete cabezas? ¿Qué
promesa pareció cumplirse, para que se sigan creyendo estas cosas? En el caso
de los melanesios, procedentes de una cultura muy rudimentaria, sus errores de
razonamiento son bastante excusables; e incluso, hoy son pocos los melanesios
que participan en estos cultos. Pero, debería ser motivo de vergüenza para
nosotros que, en una civilización que envió el hombre a la luna, se siga
esperando la venida de algún mesías, y peor aún, que se hagan cosas muy
peligrosas para acelerar su llegada.
Conocia la religión melanesia de los cultos de cargo, a mi esta nueva religión siempre me intrigó porque aparente daba la razón a frikis pseudocientíficos como el ex-presidiario Von Daniken y Zecharia Sitchin : Toda tecnología lo suficientemente avanzada es indistinguible de la magia según Arthur Clarke, una hipotetica civilización extraterrestre tecnologica avanzada sería confundida por dioses. Naturalmente también existen buenas refutaciones como ARA ENTENDER A LOS EXTRATERRESTRES. Estudio etnológico de una creencia contemporánea de Wiktor Stoczkowski.
ResponderEliminarSí, sospecho que la mente humana tiene una inclinación a formarse estas ideas
EliminarHola a todos. Quiero apreciar el gran trabajo del Dr. Ehoh. Hace años que me diagnosticaron el virus del herpes simple, perdí toda esperanza y no tengo cura y me tomaron medicamentos para mantenerme hasta que llegué a saber sobre el Dr. Eboh a través de un amigo que curó de VIH. Me puse en contacto con él y él me envió su remedio herbal que tomé cuando me ordenó que lo hiciera por algunos días y fui al hospital después de consumir su medicina herbaria y me confirmaron el Herpes Negativo después de años de dolores y sufrimientos. milagro, Dr.Eboh holycurecenter@gmail.com es un gran hombre, he escuchado mucho sobre cómo él ha ayudado a mucha gente, si tiene algún problema, puede contactarlo para ayuda.via: holycurecenter@gmail.com o agregar Él en WhatsApp + 2348053823815. Puedes contactarme para obtener más información a través de: holycurecenter@gmail.com
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