Estoy actualmente
escribiendo un libro introductorio a la psicología, y me preparo para redactar
un capítulo sobre la psicopatía. No soy un gran cinéfilo, pero cuando leo y
escribo, ocasionalmente me detengo a ver alguna película relacionada con el
tema que ocupa mi mente. Así pues, mientras me documento sobre los psicópatas,
decidí ver Psicosis, de Hitchcock.
A mí particularmente
el género thriller me aburre. Estimo
que es demasiado pueril. El thriller es
el tipo de película que cautiva al adolescente, pero no al espectador más
maduro. El adolescente quiere sentir miedo, el maduro disfruta más con una
experiencia más reflexiva. A mí nunca me gustaron las montañas rusas, de forma
tal que es natural que tampoco me gusten mucho los thrillers.
Por esto, el cine de
Hitchcock nunca me ha deslumbrado. Sí, son películas bien hechas. Pero, esos
giros inesperadísimos al final de la película (irónicamente, se han vuelto ya
tan cliché, que hace mucho tiempo dejaron de ser inesperados) me aburren. La
buena película, me parece, es la que puede volver a verse. Si el valor de una
película depende de la emoción que se siente cuando por primera vez se descubre
un misterio, entonces lamentablemente, esa película no podrá verse con la misma
emoción más de una vez. Un spoiler no arruina una buena película.
En fin, Psicosis es probablemente el thriller por antonomasia. Una mujer con
un dinero robado llega a un motel, y ahí interactúa con Norman Bates, el dueño
del motel. La muchacha es asesinada, aparentemente por la madre de Bates. Al
final de la película, se descubre que el asesino es realmente el propio Bates,
quien perturbado psicológicamente por eventos traumáticos en su vida, asume la
personalidad de su madre, muerta ya hace muchos años.
El título original de
Psicosis es Psycho. En inglés, nunca ha estado claro si psycho se refiere a psicópata
o psicótico. Es fácil confundir
los términos, pero significan dos cosas distintas. El psicópata es aquel que no
tiene remordimiento moral por lo que hace; el psicótico es aquel que ha perdido
contacto con la realidad y tiene ideas delirantes.
La traducción al
castellano del título de la película asume que Bates un psicótico, pero en
realidad, el personaje parece una combinación de psicópata y psicótico. Bates mata
a la muchacha a sangre fría; en esto, se parece a los psicópatas. Pero, a la
vez, momifica el cuerpo de su madre, viste el cuerpo, y asume que está viva; en
esto, se parece a los psicóticos.
Esta combinación de
psicosis y psicopatía es muy extraña. De hecho, pareciera ser más un invento de
Hitchcock. Dicen los entendidos que Hitchcock tuvo mucho interés en el
psicoanálisis, y que eso se refleja en sus películas. Pues bien, el
psicoanálisis es un paradigma bastante desprestigiado en la psicología, y así
como Freud inventó muchas cosas fantasiosas (por ejemplo, el complejo de
Edipo), Hitchcock aparentemente también inventó una psicopatología que no
existe.
Además de esta
extraña combinación de psicopatía y psicosis, Hitchcock añadió otro componente aún
más extraño: las personalidades múltiples en un mismo sujeto. Bates no sólo
asume que su madre está aún viva (al punto del macabro detalle de vestir al
cadáver), sino que él mismo asume su personalidad. Según la historia, Bates
asume esto como una forma de enfrentar el trauma que supuso para él haber
matado a su propia madre.
Es cierto que el trastorno de identidad disociativa (ése
es el nombre clínico para describir a las personalidades múltiples) suele
surgir como un mecanismo de defensa disociativo para evadir una dura realidad.
Pero, la forma en que Hitchcock retrata este trastorno también es muy
fantasiosa. Bates habla con su madre, saltando de una personalidad a otra en
una misma conversación. Esto nunca ocurre así en el trastorno de identidad
disociativa. Los pacientes que sufren este trastorno alternan de una personalidad
a otra en periodos mucho más largos, nunca en una misma conversación entre las
distintas personalidades que ellos mismos asumen.
Vale destacar que,
durante los últimos cincuenta años, en EE.UU. ha habido una explosión de casos
de trastorno de identidad disociativa. Muchos psiquiatras sospechan que los medios
de comunicación han tenido una gran influencia en esto. Hollywood ha quedado
fascinado con este tema, y lo ha explotado. Los espectadores han quedado tan
saturados con el tema, que al final, ellos mismos han desarrollado este
trastorno. Muy pocas enfermedades mentales son inducidas por los medios de
comunicación, pero el trastorno de identidad disociativa es una de ellas.
Tal ha sido la
obsesión con las personalidades múltiples, que en la penúltima década del siglo
XX, hubo en EE.UU. una epidemia de casos de personas que creían haber
desarrollado personalidades múltiples, supuestamente como consecuencia de un
recuerdo reprimido de abuso sexual. Todo esto es resonancia del psicoanálisis,
y su teoría de que los recuerdos se reprimen. En Psicosis, Bates desarrolla una personalidad alterna, como una forma
de reprimir sus perturbadas memorias.
Hitchcock, por
supuesto, era cineasta, y sólo quería entretener. Pero, su influencia propició
un mal entendimiento de cómo funciona la mente humana, y su retrato de las
memorias reprimidas y las personalidades múltiples abrió el paso para que tres
décadas después de Psicosis,
proliferaran en EE.UU. casos de personas que alegaban haber sido abusadas en su
infancia (cuyos recuerdos habían sido reprimidos, y ahora se recuperaban con
hipnosis). Cuando el FBI investigó a fondo estos casos, no encontró nada
sustancial, y tras varios años de investigación, llegó a la conclusión de que
todo se trataba de una histeria colectiva.
Muchos comentaristas
elogian la supuesta profundidad psicológica de las películas de Hitchcock, pero
al menos en el caso de Psicosis,
juzgo que es más bien el origen de muchos de los clichés y falsas concepciones
que hoy abundan en torno a la psicología. Con todo, cinematográficamente, Psicosis cautiva. Aun sabiendo que a la
muchacha la matarían, la famosísima escena de la ducha generó gran ansiedad en
mí. Además de eso, dicen los entendidos que Psicosis
marcó un hito en la historia del cine, al desafiar muchas convenciones
morales (fue de las primeras en representar violencia y sexo de un modo más o
menos explícito). Muy bien. Como película, sentó un precedente, y aun casi
sesenta años después, es entretenida. Pero, si el espectador quiere ver una
película para entender la psicosis o la psicopatía, no la recomiendo.
Je, y hace poco M. Night Shyamalan, el "iluminado" del thriller con giros absurdos dirigió una película basada en el bulo de la personalidad múltiple. No la he visto así que quizás resulte ser algo realista y alejarse de los estereotipos ridículos en los que se funda esa tontería pero conociendo el historial del cineasta lo pongo seriamente en duda.
ResponderEliminarSé que las aspiraciones artísticas son una prioridad sobre la realidad pero cuando se tratan temas científicos creo que los artistas tendrían que documentarse al menos lo suficiente como para no eternizar estos disparates.
Shyamalan es uno de los peores directores de cine que me he encontrado. Cada vez que he cometido el error de ver alguna de sus peliculas, me arrepiento. No he visto aun esa pelicula sobre las personalidades multiples, pero amigos psiquiatras que la han visto, me dicen que es fantasiosa en extremo.
Eliminar