Escribí recientemente una entrada (acá), en la cual consideraba
la hipótesis de que la “disforia de género”, si bien es real y seguramente
tiene causas biológicas, podría también ser inducida por la extensa cobertura
mediática que recibe. No me opongo al tratamiento hormonal o quirúrgico para
esta condición, pero sí advierto que hay un considerable número de casos que
entran en remisión después de la adolescencia, y que en función de ello, esos
tratamientos deberían suspenderse al menos hasta la edad adulta.
Un
lector, aparentemente simpatizando con mi idea, me refirió a enlaces en los
cuales, un médico advierte que la terapia del reemplazo hormonal causa cáncer.
Eso es falso. Ciertamente el riesgo de cáncer existe en el reemplazo hormonal,
pero si la terapia es debidamente monitoreada, es perfectamente segura.
Luego comprendí
que ese lector es uno de esos fanáticos católicos que, con todo, mantienen
cierto nivel de cultura, y surfean el internet buscando noticias que confirmen
sus sesgos derivados del dogmatismo católico. Y así, esta gente quiere dar un
barniz de preocupación científica a una postura que, en realidad, es
enteramente dogmática. Para gente como ese señor, el verdadero motivo para
oponerse a la terapia de reemplazo hormonal no es lo que la ciencia diga, sino
lo que diga el Papa. Y el Papa (al menos Benedicto XVI, Francisco ha sido más
escueto) inequívocamente se opone a la terapia de reemplazo hormonal.
Aprovechemos
la ocasión para considerar un episodio muy oscuro (¡otro de tantos!) en la
historia de la Iglesia, relacionado con ese tema. A la Iglesia aparentemente le
preocupa que los médicos interfieran en las hormonas de la gente. Pero, no
siempre fue así. En el siglo XVII, se pusieron de moda los castrati, jovencitos que, al ser castrados en la infancia, retenían
su voz infantil, y como adultos, lograban cantar en tonos que hacían muy bellas
sus interpretaciones. Podemos acusar a la Iglesia de muchas cosas, pero nunca
la acusaremos de tener malos gustos artísticos, o de ser indiferente ante el arte. Así
pues, desde un primer momento, la Iglesia misma se encargó de promover los
crueles procedimientos quirúrgicos para generar castrati, y usarlos en sus
coros. Ya en el siglo XVI, Sixto X emitió una bula ordenando que los castrati
fueran incluidos en el coro de San Pedro.
Siempre
hay gente sensata, por supuesto. Y así, en el seno de la propia Iglesia, no
tardaron en surgir voces de preocupación ante la crueldad de la castración. Hubo
lobby para que los pontífices prohibieran a los castrati. Pero, el gusto por
los castrati era tal, que los Papas no querían arriesgarse a alienar a los
feligreses. En el siglo XVIII, por ejemplo, Benedicto XIV trató de erradicar la
cruel práctica de una vez por todas, pero pronto comprendió que si los castrati
desaparecían, se corría el riesgo de que la feligresía no iría a los templos, y
así, decidió dejar las cosas en su santo lugar.
De vez
en cuando los papas decían públicamente estar en contra del uso de los
castrati, pero la hipocresía los vencía. Se seguían empleando castrati para que
cantaran en el Vaticano, alegando que no habían sido deliberadamente castrados
para cantar, sino que su castración había sido accidental (montando un caballo,
o siendo mordidos por algún animal). No fue sino hasta el siglo XX, cuando Pío
X puso fin a aquella crueldad, emitiendo una bula definitiva en contra de la
castración para fines artísticos.
La Iglesia no ha emitido ninguna
disculpa histórica. Si le llevó más de tres siglos disculparse por silenciar a
Galileo, no soy muy optimista de que, por ahora, pedirán disculpas por haber
promovido la castración de los jóvenes. No está mal que critiquen a médicos que
apresuradamente castran a jovencitos que quieren convertirse en jovencitas.
Pero, tomaremos en serio esas críticas, cuando ellos primero pidan disculpas
por las salvajadas que promovieron con los castrati.
Esta usted muy equivocado, La Iglesia siempre ha prohibido la castración. El mito de que la Iglesia toleró la castración fue creado, al parecer, por el sacerdote apóstata Joseph McCabe. Le recomiendo que lea el termino " voz" en la Gran Enciclopedia Rialp donde se desmontan las ridiculas acusaciones sobre los "castrati". Ver también : La Chiesa e gli eunuchi
ResponderEliminardi Rino Cammilleri
[Da "Il Timone" n. 17, Gennaio/Febbraio 2002] http://www.kattoliko.it/leggendanera/modules.php?name=News&file=article&sid=898
No leo italiano, y por ahora, no tengo acceo a la enciclopedia Rialp, pero prometo que buscaré lo que dices. Pero, sería bueno que, si de verdad quieres refutarme, me indiques cuál punto en este blog es falso. La Iglesia sí toleró a los castrati, pues ciertamente, había castrati en los coros, y Sixto X emitió una bula solicitando su incorporación. La Iglesia formalmente hizo varias prohibiciones de la castración, pero es obvio que había mucha hipocresía, pues los seguía empleando.
EliminarPuedes utilizar el traductor de google, yo tampoco leo italiano pero utilizo este traductor automatico cuando encuentro algún documento interesante.
EliminarEvidentemente la Iglesia si toleraba a los castrati, lo que no toleraba era ni la castración ni a los castradores. Tampoco tolera el robo pero no prohibe que quienes han sufrido la sustracció
ResponderEliminarn de sus objetos personales participen en los coros parroquiales.
La Iglesia prohibía la castración. Pero, hipócritamente la seguía promoviendo, al hacerse la vista gorda respecto a la procedencia de los castrati. Tu analogía es muy imperfecta. La misma Iglesia estimulaba la castración, al promover un tipo de estética que valoraba a los castrados en los coros. Y, más aún, la misoginia de la Iglesia (¿vas a negar también que la Iglesia ha sido misógina?) empeoró la situación, pues de haber permitido a las mujeres cantar, no habría necesidad de emplear a los castrados para alcanzar esos tonos.
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ResponderEliminarDebo señalar que las críticas a las hormonas tomadas por los transexuales las he basado en un libro muy interesante que leí hace bastantes años de la feminista Germaine Greer (Mujer Completa). En un capítulo de este último libro, damas de pantomina, denuncia duramente el transexualismo y señala que actualmente el riesgo de cáncer por hormonarse ha disminuido al estar estos tratamientos muy monitorizados pero que permanece muy elevado el riego de embolias y trombosis.
ResponderEliminarCitas a Germaine Geer, pero obviamente, tu intención es citar sólo aquello que encaje con la doctrina católica, la cual es tu verdadera medida. De forma tal que tus opiniones no se guían tanto por lo que diga la evidencia, sino por lo que diga el Papa. Te aseguro que no citarás muchas otras cosas que dice Geer, precisamente porque en tanto feminista, sus posturas no agradan a la Iglesia.
EliminarDicho eso, debo advertir que Geer suele decir muchas tonterías, y no es ninguna autoridad científica en temas médicos. Cualquier médico serio confirma que la terapia de reemplazo hormonal es segura en los adultos, y el riesgo de cáncer es fácilmente controlable. Webmed es ampliamento reconocida como un sitio confiable de información médica, y confirma que, si bien el riesgo de cáncer existe, es controlable, y en el caso de pacientes adultos con disforia de género, está justificado emplear esa terapia, pues los beneficios son mayores que los riesgos: http://www.webmd.com/breast-cancer/breast-cancer-hormone-replacement-therapy-cancer-risk#1
Gabriel, precisamente por ser creyente yo soy un autentico librepensador. El verdadero librepensador es el creyente; el incrédulo se pone unas barreras infranqueables, mientras que el creyente es libre para rendirse a los hechos. Cito también a Vittorio Messori, un converso tan singular que se atreve a decir que el verdadero librepensador es el creyente. «Porque si los hechos son objetivos y probados, los acepta, aunque vayan más allá de los esquemas racionalistas y de la experiencia común».
EliminarLamento decir que, a pesar de que respeto tu nivel de cultura y conocimiento, NO eres librepensador. En tanto creyente, aceptas dogmas. ¿Qué es un dogma? Una creencia que, con base en la autoridad, debes aceptar sin cuestionarla. Cualquier diccionario o enciclopedia ofrecerá una definición similar. Eso no es libertad de pensamiento. El creyente NO es libre para rendirse antes los hechos. Los hechos dictan una cosa, pero si el dogma dice que se debe creer otra cosa, entonces el creyente cree el dogma, y no lo que dicten los hechos.
EliminarNoooooo!!! En el fondo sólo habría un único dogma obligatorio : la resurreción corporal de Cristo. Pero yo soy libre de negar cualquier milagro excepto la resurreción de Cristo : Fatima, Lourdes, Psre Pío...por el contrarío un ateo es incapaz de aceptar un sólo milagro, ya que esto equivaldría a resquebrajar todo su edificio filosofico. Es interesante analizar el modo con el que los no creyentes aplican el "método científico" y ejemplo tenemos en la historia... siglo XIX, apariciones de la Virgen de Lourdes... la intelectualidad, los ilustrados franceses, desconcertados... no pueden menos que negar el hecho e ir al lugar de los milagros para encontrar la superchería que hay oculta en tanto ruido... ya que, por axioma, lo sobrenatural es imposible.
ResponderEliminarCuenta Vittorio que el mismo Ernest Renan, según testimonio de la viuda de un comisario de policía de Lourdes, durante la época de las apariciones, el propio Renan ofreció en secreto una cuantiosa suma de cuarenta mil francos a cambio de documentos y noticias que descalificaran aquellos acontecimientos, tan molestos para él. También el ilustre Zola ofreció una gran cantidad de dinero para que abandonara Francia y se trasladase a Bélgica, a una mujer cuya curación total e inmediata él había presenciado durante su estancia en Lourdes. No consiguiéndolo la dio por muerta en un su novela contra Lourdes después de una breve e ilusoria recuperación... lo que motivó que la "difunta" protestase enviando varias cartas a los periódicos poniendo en entredicho la credibilidad del escritor "naturalista"." http://fondodelbaul.blogspot.com.es/2006/05/sobre-la-obstinacin-de-los-incrdulos.html
1. Decir que la resurrección de Cristo es el único dogma de la Iglesia es una afirmación falsa. Si eres católico, tu lista de dogmas es mucho más extensa.
Eliminar2. El ateo aceptará el milagro, cuando haya evidencia a favor de ese milagro. La evidencia no puede ser anecdótica, pues si fuera así, Uds. los católicos también tendrían que aceptar un sinfín de milagros que proceden de otras religiones.
3. Es falso que, por axioma, lo sobrenatural es imposible. Pero, sí es un axioma que, los alegatos necesitan evidencia. Y, si no ofreces evidencia de la existencia de lo sobrenatural, entonces en el entretiempo podemos presumir que lo sobrenatural no existe.
4. No entiendo cuál es la relevancia de esas anécdotas sobre Renan y Zola. Si con eso pretendes alegar que en el ateísmo hay fraudes, te puedo asegurar que, en las religiones, la lista de milagros fraudulentos es aún mayor. Pero, ya que hablas sobre Lourdes, te remito al filósofo Etienne Vermeersch y su concepto del "efecto Lourdes": ¿por qué en lugares como Lourdes siempre aparecen curaciones tan ambiguas y faltas de evidencia contundente? ¿Por qué no aparece un brazo que vuelve a crecer después de una amputación, y así despejamos dudas de una vez por todas?
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
EliminarÉmile Zola visitó el santuario de Lourdes. Ante los numerosos exvotos de la gruta, declara en tono burlesco: «Veo muchos bastones y muletas, pero no veo ninguna pata de palo». Quería decir con ello que nunca, ni en Lourdes ni en otro lugar, se había visto que un miembro que faltara o que se hubiera amputado recobrara vida y volviera a crecer. De igual modo se expresaba Jean-Marie Charcot, famoso neurólogo de aquella época (1825-1893, maestro de Freud y que, entre otras cosas quiso reducir los sucesos de Lourdes a una mera histeria colectiva,: «Tras consultar el catálogo de curaciones supuestamente «milagrosas» de Lourdes, nunca se constató que la fe hiciera volver a crecer un miembro amputado». Dichas declaraciones en forma de desafío pretenden desacreditar, en nombre de la razón y del espíritu crítico, la creencia en la existencia del mundo sobrenatural. Ernest Renan declara sin ambages en su Prólogo de la Vida de Jesús: «Lo que refutamos es lo sobrenatural« Hasta ahora, nunca se ha producido un «milagro» que haya podido ser observado por testigos dignos de fe y constatado con certeza». ¿Pero es cierto que nunca se han alegado curaciones de amputados? Ya en 1722 los bolandistas refutaban la pregunta mostrando curaciones efectuadas por los santos a amputados, pero veamos un caso del siglo XVII : http://www.clairval.com/lettres/es/2007/07/25/4250707.htm
ResponderEliminar1. Renan tiene razón en refutar la sobrenatural, si no se presentan pruebas de su existencia. La carga de la prueba está en quien afirma la existencia de lo sobrenatural. Si no presentas pruebas, es razonable asumir que eso no existe.
Eliminar2. Siempre ofreces evidencia anecdótica. Bajo ese mismo patrón de evidencia anecdótica, entonces también debemos creer el testimonio de los raptados por los extraterrestres. No me sirve una crónica del siglo XVIII sobre una supuesta curación a un amputado. Sólo sirve una muestra actual, de alguien que no tenía un brazo, fue a Lourdes, y le creció.
En vez de citar a autores que no vienen al caso, deberías más bien citar al gran Carl Sagan: "los alegatos extraordinarios requieren evidencia extraordinaria".