Uno de los argumentos que más frecuentemente usan los nostálgicos del imperio español (es muy sospechoso que estos nostálgicos están en España, y no en las antiguas colonias) es que en Hispanoamérica quedan indios, mientras que en Norteamérica casi no quedan, y los poco que sobreviven están confinados en reservas.
En el mito nacionalista español, la gran virtud del imperio fue la iniciativa del mestizaje. A inicios del siglo XX, algunos nacionalistas hispanoamericanos extrañamente tomaron esta idea. José Vasconcelos, por ejemplo, argumentaba de un modo muy confuso y con datos muy espurios, que la raza mexicana era superior a otras, en virtud de su origen en el mestizaje. Según este mito, en Norteamérica a los indios se les hacía la guerra, en Sudamérica a las indias se les hacía el amor.
Esta idea de los conquistadores como hippies proclamando algo así como “make love, not war”, y conquistando no con las armas, sino con sus deleites sexuales, es extremadamente difícil de aceptar. Los conquistadores eran tipos que habían leído demasiadas novelas de caballería (muy a lo Don Quijote), y estaban muy deseosos de conseguir gloria (no tanto oro) en territorios lejanos, a sangre y fuego. Eso explica muchas de las atrocidades cometidas por Cortés, Pizarro, y tantos otros.
Con todo, persiste el reto planteado por los nacionalistas españoles: ¿por qué, entonces, quedan indios en Sudamérica pero no en Norteamérica? La respuesta, me parece, no es tan difícil: sencillamente, porque había más indios en el Sur que en el Norte. Las dos grandes civilizaciones del continente en el siglo XVI, los aztecas y los incas, estaban en territorios conquistados por los españoles. Con una mayor densidad de población, es natural que sobrevivieran indios en mayor número, en los territorios conquistados por España.
De hecho, en aquellos territorios conquistados por España, pero en los cuales no había grandes civilizaciones, no quedan indios. Hay una cuantiosa población indígena en México o Perú, pero son inexistentes en la República Dominicana, Puerto Rico o Cuba, precisamente porque esas islas, con menor densidad poblacional, no aguantaron la arremetida de los conquistadores. La densidad poblacional del Caribe era similar a la de Norteamérica. Cabe pensar que si los españoles hubieran conquistado Norteamérica, los indios ahí también hubiesen desaparecido, y si los ingleses hubiesen conquistado Sudamérica, habría muchos indios hablando inglés. De hecho, en Guyana inglesa y Belize, hay básicamente la misma proporción de indios que en Venezuela y Honduras.
Es cierto que en Sudamérica hubo más mestizaje que en Norteamérica. Pero, esto no es el gran logro moral que los nacionalistas españoles quieren hacer creer. Como en casi todas las sociedades, el mestizaje en Hispanoamérica se toleraba siempre y cuando la mujer fuese de posición social inferior. Los mestizos glorificados por España siempre han sido hijos de indias y conquistadores (el Inca Garcilaso, Francisco Fajardo, Martín Cortés, etc.), nunca hijos de indios con españolas. La supuesta gran hazaña del mestizaje es más bien testimonio de la brutal conducta militar española, en su toma de botín sexual.
Por lo demás, los mismos nacionalistas españoles que tanto enaltecen el mestizaje, suelen justificar lo injustificable alegando que España trajo a América el gran beneficio de la religión católica. A la Iglesia se le pueden reprochar muchas cosas, pero al menos, ha sido consistente en su enseñanza sobre la inmoralidad del adulterio. Los nacionalistas españoles, en plena hipocresía, enaltecen a Cortés y los conquistadores, como si hubieran hecho un gran aporte a la fe católica, pero disimulan el hecho de que sus amoríos con las indias (si acaso a eso se le puede llamar amorío, era mucho más coerción sexual) ocurrían mientras permanecían casados con sus mujeres en España, y de hecho, muchas veces, tras conseguir fortuna en las Indias, regresaban a sus esposas.
En el mito nacionalista español, la gran virtud del imperio fue la iniciativa del mestizaje. A inicios del siglo XX, algunos nacionalistas hispanoamericanos extrañamente tomaron esta idea. José Vasconcelos, por ejemplo, argumentaba de un modo muy confuso y con datos muy espurios, que la raza mexicana era superior a otras, en virtud de su origen en el mestizaje. Según este mito, en Norteamérica a los indios se les hacía la guerra, en Sudamérica a las indias se les hacía el amor.
Esta idea de los conquistadores como hippies proclamando algo así como “make love, not war”, y conquistando no con las armas, sino con sus deleites sexuales, es extremadamente difícil de aceptar. Los conquistadores eran tipos que habían leído demasiadas novelas de caballería (muy a lo Don Quijote), y estaban muy deseosos de conseguir gloria (no tanto oro) en territorios lejanos, a sangre y fuego. Eso explica muchas de las atrocidades cometidas por Cortés, Pizarro, y tantos otros.
Con todo, persiste el reto planteado por los nacionalistas españoles: ¿por qué, entonces, quedan indios en Sudamérica pero no en Norteamérica? La respuesta, me parece, no es tan difícil: sencillamente, porque había más indios en el Sur que en el Norte. Las dos grandes civilizaciones del continente en el siglo XVI, los aztecas y los incas, estaban en territorios conquistados por los españoles. Con una mayor densidad de población, es natural que sobrevivieran indios en mayor número, en los territorios conquistados por España.
De hecho, en aquellos territorios conquistados por España, pero en los cuales no había grandes civilizaciones, no quedan indios. Hay una cuantiosa población indígena en México o Perú, pero son inexistentes en la República Dominicana, Puerto Rico o Cuba, precisamente porque esas islas, con menor densidad poblacional, no aguantaron la arremetida de los conquistadores. La densidad poblacional del Caribe era similar a la de Norteamérica. Cabe pensar que si los españoles hubieran conquistado Norteamérica, los indios ahí también hubiesen desaparecido, y si los ingleses hubiesen conquistado Sudamérica, habría muchos indios hablando inglés. De hecho, en Guyana inglesa y Belize, hay básicamente la misma proporción de indios que en Venezuela y Honduras.
Es cierto que en Sudamérica hubo más mestizaje que en Norteamérica. Pero, esto no es el gran logro moral que los nacionalistas españoles quieren hacer creer. Como en casi todas las sociedades, el mestizaje en Hispanoamérica se toleraba siempre y cuando la mujer fuese de posición social inferior. Los mestizos glorificados por España siempre han sido hijos de indias y conquistadores (el Inca Garcilaso, Francisco Fajardo, Martín Cortés, etc.), nunca hijos de indios con españolas. La supuesta gran hazaña del mestizaje es más bien testimonio de la brutal conducta militar española, en su toma de botín sexual.
Por lo demás, los mismos nacionalistas españoles que tanto enaltecen el mestizaje, suelen justificar lo injustificable alegando que España trajo a América el gran beneficio de la religión católica. A la Iglesia se le pueden reprochar muchas cosas, pero al menos, ha sido consistente en su enseñanza sobre la inmoralidad del adulterio. Los nacionalistas españoles, en plena hipocresía, enaltecen a Cortés y los conquistadores, como si hubieran hecho un gran aporte a la fe católica, pero disimulan el hecho de que sus amoríos con las indias (si acaso a eso se le puede llamar amorío, era mucho más coerción sexual) ocurrían mientras permanecían casados con sus mujeres en España, y de hecho, muchas veces, tras conseguir fortuna en las Indias, regresaban a sus esposas.
La comparación entre la conquista española y la inglesa en América siempre me ha parecido muy injusta. Españoles e ingleses eran distintos y se encontraron con pueblos también distintos.
ResponderEliminarLos españoles eran, en su mayoría, varones, y se encontraron con pueblos agrícolas, sedentarios y más o menos urbanizados. Los ingleses venían en familia y se encontraron con pueblos nómadas dispersos sin núcleos urbanos especialmente grandes.
Obviamente los resultados iban a ser muy disímiles. Me parece que aun en los casos en la que los españoles chocaron con pueblos nómadas el resultado fue distinto.
También influyeron cuestiones políticas: España justificó la conquist una obra evangelizadora; y económicas: los indios estaban mejor adaptados que negros y españoles a las condiciones ambientales donde se encontraban las minas. En ambos casos era necesario dejar indios von vida.
También sería importante agregar que quiénes diezmaron a los pueblos indios norteamericanos no fueron los ingleses, sino los estadounidenses, con la ayuda de mexicanos en las zonas fronterizas.
He leído los comentarios que hace sobre Carlos III y el programa de Esparza sobre Bolívar, y al igual que en esta entrada demuestra conocimiento muy limitado de lo que fue la Monarquía Hispánica, sin ánimo de ser exhaustivo: 1) Carlos III no convierte los reinos americanos en colonias, lo que hace es reformar la administración, en ambos lados, en favor de la sujeción de las élites locales a la Corona; le recomiendo leer a Pérez Vejo (premio Àguila Azteca, 2018) y a Jiménez Codinach (la mejor historiadora mexicana sobre la Independencia) 2) Bolívar asume que vivía en una colonia y estaba apartado del poder, algo que la necesidad de convertir las guerras civiles en guerras de liberación nacional, convierte en pilar fundamental: un tío suyo era secretario del Rey, él se hospedó en CDMX en el palacio virreinal, y en Madrid en la Corte...por cierto, el que firma la Constitución de Cádiz en nombre del rey ausente, fue un colombiano. 3) El resultado poblacional de indígenas al norte y al sur, es producto de la idelogía, no de otros factores, en Nueva España los matrimonios interétnicos, y de africanos con españoles, estaban aprobados por la Iglesia desde el inicio, al norte, hasta mediados del siglo XX, en muchos estados tales matrimonios eran ilegales....y por cierto, combatir las estupideces de la leyenda negra y leyendas nacionalistas que usted comparte, no es algo de españoles en España, y menos aùn de españoles del PP, sino de realidades históricas, en México por ejemplo, tal combate, tiene su centro en la escuela de filosofía marxista de Ismael Carvallo...en fin...saludos
ResponderEliminarHay un punto que usted no toca: las Leyes y las instituciones que se crearon para hacerlas cumplir. Tampoco habla del Testamento y Codicilo de Isabel la Católica, que claramente expresa su deseo de que se respete a los naturales de estas tierras y se fomenta el mestizaje (también de "indios con españolas"). Debe haber tenido usted algún desencuentro con un desagradable nacionalista español, pero no creo que eso justifique esa visión tan negativa que, no olvidemos, es la base del tradicional y pernicioso victimismo latinoamericano. Un saludo cordial.
ResponderEliminar(Este teclado no tiene acentos). Si, tales leyes se crearon, y si, Isabel la Catolica dejo ese testamento. Lamentableente, fueron letra muerta, pues no se cumplieron. Y, tambien lamentablemente, esas iniciativas de Isabel fueron eclipsadas por su participacion en el reparto del tratado de Tordesillas, y su autorizacion para que si se le hiciera la guerra a quien se sospechara de participar en antropofagia, cuestion que en realidad dio carta blanca a los conquistadores para matar a su antojo.
EliminarDebe haber tenido Usted algun desencuentro con un nacionalista latinoamericano, pero no creo que eso justifique esa vision tan positiva que, no olvidemos, es la base tradicional de la mentalidad colonialista espanola. Un saludo cordial.